ACI Digital
Evangelio para cada día
Martes 27 de junio
Evangelio según San Mateo, capítulo 7, versículos 6; del 12 al 14
6 "No deis a los perros lo que es santo y no echéis vuestras perlas ante los puercos, no sea que las pisoteen con sus pies, y después, volviéndose, os despedacen".
12 Así que, todo cuanto queréis que los hombres os hagan, hacedlo también vosotros a ellos; ésta es la Ley y los Profetas".
Los dos caminos.
13 "Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición y muchos son los que entran por él. 14 Porque angosta es la puerta y estrecho el camino que lleva a la vida, y pocos son los que lo encuentran".
Comentario
6. El Evangelio es semilla. No debe darse por la fuerza a quienes tienen el espíritu mal dispuesto por la soberbia, pues sólo conseguiríamos que lo profanasen y aumentasen su odio. Porque, como dice S. Juan de la Cruz, sólo a los que negando los apetitos se disponen para recibir el espíritu, les es dado apacentarse del mismo. Véase Prov. 29, 9. Os despedacen: Véase Hech. 7, 54 y nota: "Como oyesen esto, se enfurecieron en sus corazones y crujían los dientes contra él". El crujir los dientes por odio es, según nos enseña la Biblia, la actitud propia del pecador ante el justo (cf. S. 36, 12 y nota). Es muy importante, para el discípulo de Cristo, compenetrarse de este misterio, a primera vista inexplicable, pues el justo no trata de hacer daño al pecador, sino bien, como lo dice S. Pablo a los Gálatas (Gál. 4, 16). Es el caso de los cerdos, que no sólo pisotean perlas, sino que nos devoran (Mat. 7, 6). Es que "para el insensato, cada palabra es un azote" (Prov. 10, 8; 18, 2), y la sola presencia del justo es un testimonio que les reprocha su maldad (Juan 7, 7). Sólo meditando esto podremos tener conciencia de que no somos del mundo, sino que estamos en él "como corderos entre lobos" (Mat. 10, 16; Juan 15, 19; 17, 14 ss.; etc. y "como basura" (I Cor. 4, 13), lo cual nos sirve de testimonio de que nuestra vocación no es mundana, como sería si fuéramos aplaudidos por los hombres.
12. Es la regla de oro que Jesús nos ofrece para guía de nuestra conducta. Nótese su carácter positivo, en tanto que el Antiguo Testamento la presentaba en forma negativa (Tob. 4, 16; Luc. 6, 31; Hech. 15, 29).
14. Por el camino estrecho no pueden pasar sino los pequeños. Es éste un nuevo llamado a la humildad y al amor, el cual nos hace cumplir los mandamientos. Véase Luc. 13, 24 y nota: Respondióles: "Pelead para entrar por la puerta angosta, porque muchos, os lo declaro, tratarán de entrar y no podrán". Como observan algunos exégetas, estas palabras de Jesús no parecen las mismas de Mat. 7, 13, donde no se habla de esforzarse y se trata más bien de un pasaje que de una puerta. La imagen es sumamente gráfica, pues hace comprender que, así como nos esforzamos por hacernos pequeños para poder pasar por una portezuela en que no caben los grandes, así hemos de luchar por hacernos pequeños para poder entrar en ese reino que está exclusivamente reservado a los que se hacen niños según lo dice Jesús. Cf. 10, 21; Mat. 18, 1 - 4; Marc. 10, 15.
Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios

