ACI Digital
Evangelio para cada día
Martes 24 de octubre
Evangelio según San Lucas, capítulo 12, versículos del 35 al 38
Parábola de los servidores vigilantes.
35 "Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas. 36 Y sed semejantes a hombres que aguardan a su amo a su regreso de las bodas, a fin de que, cuando Él llegue y golpee, le abran enseguida. 37 ¡Felices esos servidores, que el amo, cuando llegue, hallará velando! En verdad, os lo digo, él se ceñirá, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirles. 38 Y si llega a la segunda vela, o a la tercera, y así los hallare, ¡felices de ellos!
Comentario
37. Se pondrá a servirles: Jesús tiene derecho a que le creamos esta promesa inaudita, porque ya nos dijo que Él es nuestro sirviente (22, 27), y que no vino para ser servido, sino para servir (Mat. 20, 28). Por eso nos dice que entre nosotros el primero servirá a los demás (Mat. 20, 26 s.; Luc. 22, 26). En esto estriba sin duda el gran misterio escondido en la Escritura que dice "el mayor servirá al menor" (Gén. 25, 23; Rom. 9, 12). Jesús, aun después de resucitado, sirvió de cocinero a su discípulos (Juan 21, 9 - 12). Él, que desde Isaías se hizo anunciar como "el servidor de Yahvé" (Is. 42, 1 ss.; cf. Ez. 45, 22), quiere también reservarse, como cosa excelente y digna de Él, esa función de servidor nuestro. Y debemos creerle, porque hizo algo mucho más humillante que el servirnos y lavarnos los pies: se dejó escupir por los criados, y colgar desnudo entre criminales, "reputado como uno de ellos" (22, 37; Marc. 15, 28; Is. 53, 12). Vemos, pues, que la inmensidad de las promesas de Cristo, más aún que en la opulencia de darnos su misma realeza y ponernos a su mesa y sentarnos en tronos (Luc. 22, 29 s.), está en el amor con que quiere ponerse El mismo a servirnos. El que no ama no puede comprender semejantes cosas, según enseña S. Juan (I Juan 4, 8).
Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios

