Recursos


Día 5

Programa:

  • 07:30 a.m. Santa Misa en privado en el Palacio arzobispal de San Jorge en Lviv.
  • 09:30 a.m. Llegada al Hipódromo de la calle Stryiska.
  • 10.00 a.m. Liturgia divina en rito bizantino con beatificaciones en el Hipódromo. Homilía del Santo Padre.
  • 1:15 p.m. Llegada al Palacio arzobispal de San Jorge en Lviv.
  • 13:30 p.m. Almuerzo con los obispos católicos de Ucrania en el Palacio arzobispal de San Jorge en Lviv.
  • 5:30 p.m. Despedida del Palacio arzobispal de San Jorge en Lviv.
  • 6:15p.m. Ceremonia de despedida en el aeropuerto internacional de Lviv.
    Discurso del Santo Padre.
  • 7:00 p.m. Partida el aeropuerto internacional de Lviv para Roma.

Un millón de fieles en beatificación de mártires ucranianos

ROMA, 28 Jun. 01 (ACI).- Acompañado por más de un millón de fieles, el Papa Juan Pablo II celebró en el Hipódromo de Lviv la Misa en rito bizantino-ucraniano de beatificación de 27 mártires ucranianos entre los que se encuentran obispos, sacerdotes diocesanos, religiosos, religiosas y un laico, asesinados entre 1935 y 1973 por odio a la fe cristiana.

Entre los nuevos beatos están los Siervos de Dios Mykola Carneckyj y 24 compañeros mártires; Teodor Romza, Obispo y mártir (1911-1947); Omeljan Kovc, sacerdote y mártir (1884-1944) y Josaphata Hordashevska, co-fundadora de la Congregación de las Siervas de María Inmaculada (1869-1919).

El Santo Padre recordó en la homilía que la mayor parte de los nuevos beatos, "hijos de esta gloriosa Iglesia de Lviv de los Ucranianos, fue asesinada por odio a la fe cristiana" y que "fueron sometidos a pruebas en varios modos por los seguidores de las ideologías nefastas del nazismo y del comunismo".

"Estos hermanos y hermanas nuestros son los representantes conocidos entre una multitud de héroes anónimos -hombres y mujeres, maridos y esposas, sacerdotes y consagrados, jóvenes y ancianos- que durante el siglo XX, el 'siglo del martirio', afrontaron la persecución, la violencia, la muerte por no renunciar a su fe", agregó el Papa.

"¿Cómo no recordar aquí la brillante y sólida acción pastoral del Siervo de Dios, el metropolitano Andrey Sheptytskyj, cuya causa de beatificación está en curso y esperamos ver un día en la gloria de los Santos? Debemos referirnos a su heroica acción apostólica si queremos comprender la fecundidad humanamente inexplicable de la Iglesia greco-católica ucraniana en los años oscuros de la persecución", continúo el Pontífice.

El Santo Padre subrayó que junto con estos beatos "también fueron perseguidos y asesinados a causa de Cristo cristianos de otras confesiones. Su martirio común es un fuerte llamamiento a la reconciliación y a la unidad. El ecumenismo de los mártires y de los testigos de la fe indica el camino de la unidad a los cristianos del siglo XXI. Que su sacrificio sea una lección concreta de vida para todos". Y añadió que es necesario "pedir y ofrecer perdón unos a otros por las ofensas hechas y recibidas, y confiar sin reservas en la acción renovadora del Espíritu Santo".

Tras animar a los sacerdotes, religiosos, seminaristas, catequistas y estudiantes de Teología a que siguieran el ejemplo de "estos testigos heroicos del Evangelio", el Papa pidió a los responsables que cuidaran la formación de los futuros sacerdotes y de los que son llamados a la vida consagrada.
"Que por una parte se ponga de relieve el valor del celibato por el Reino de los Cielos y por otra la importancia del Sacramento del Matrimonio con sus propios compromisos", afirmó.
Juan Pablo II concluyó exhortando a "todos los hijos e hijas de la Iglesia a buscar con empeño constante un conocimiento de Cristo cada vez más auténtico y profundo. Que el clero se preocupe siempre de ofrecer a los laicos una seria formación evangélica y eclesial".

Después de la Misa, el Papa se trasladó al Palacio Arzobispal de San Jorge de Lviv, donde almorzó con los obispos católicos de Ucrania y con los miembros del séquito.


Diez Mandamientos son primer paso para la libertad, afirma el Papa

ROMA, 28 Jun. 01 (ACI).- En su encuentro con más de 500 mil jóvenes ucranianos en la explanada de Sykhiv, a las afueras de Lviv, el Papa Juan Pablo II habló sobre los Diez Mandamientos como "el primer paso hacia la libertad y la vida eterna" y afirmó que "quisiera simbólicamente volver a entregaros los mandamientos para que sean vuestra 'brújula', el firme punto de apoyo para construir vuestro presente y vuestro futuro".

En el encuentro, realizado frente a la iglesia de la Natividad de la Madre de Dios, el Santo Padre explicó que el Decálogo "es como una brújula que en un mar agitado hace que no perdamos la ruta para alcanzar el puerto" y agregó que los Diez Mandamientos "tienen un valor perenne porque son la ley fundamental de la humanidad, grabada en la conciencia de cada persona. En el mundo de hoy se producen cambios sociales rápidos y profundos y tantos puntos de referencia moral vacilan, causando el caos y a veces la desesperación de los seres humanos".

"'Amarás al Señor, tu Dios'. A Dios corresponde el primer lugar en nuestra vida. Por eso los tres primeros mandamientos se refieren a nuestra relación con El. Hoy es muy fuerte la presión para sustituir al verdadero Dios con dioses falsos e ideales falaces. Los bienes materiales son ídolos. Si se buscan y emplean como instrumentos para el bien son útiles. Sin embargo nunca deben ocupar el primer puesto en el corazón del ser humano, tanto menos en el de los jóvenes, llamados a volar alto, hacia los ideales más hermosos y más nobles", expresó el Pontífice.

El Santo Padre explicó que "los otros siete mandamientos se refieren a la relación con el prójimo. Nos indican el camino para establecer con los otros seres humanos relaciones marcadas por el amor y el respeto, sobre la base de la verdad y la justicia. Los que ponen en práctica esta ley divina a menudo van contra corriente. ¡Jóvenes de Ucrania, Cristo os pide que vayáis contra corriente! Os pide que defendáis su ley y la traduzcáis en comportamientos coherentes en la vida diaria".

"Vuestro pueblo vive el paso difícil y complejo del régimen totalitario que durante tantos años lo ha oprimido a una sociedad finalmente libre y democrática. La libertad, sin embargo, requiere conciencias fuertes, responsables y maduras. ¡La libertad es exigente y de alguna manera, cuesta más que la esclavitud!", agregó el Papa.

"Por esto -continúo el Santo Padre-, abrazándoos como un padre, os digo: elegid el camino estrecho que el Señor os indica a través de sus mandamientos. Son palabras de verdad y vida. El camino que a menudo parece fácil y ancho se revela más tarde engañoso y falaz. No paséis de la esclavitud del régimen comunista a la del consumismo, otra forma de materialismo que, sin rechazar a Dios con palabras, lo niega con los hechos, excluyéndolo de la vida".

Juan Pablo II añadió que "sin Dios no podréis hacer nada bueno. Con su ayuda, en cambio, podréis afrontar todos los desafíos del momento actual. Tendréis éxito a la hora de tomar decisiones difíciles, contra corriente, como por ejemplo la de permanecer con confianza en vuestra patria, sin ceder a los espejismos de fáciles fortunas en el extranjero. Hacéis falta aquí, jóvenes".

"Hoy Cristo os hace la misma pregunta que hizo en su día a los apóstoles: '¿También queréis iros vosotros?'. Y vosotros, jóvenes de Ucrania, ¿qué contestáis? Estoy seguro que conmigo, también hacéis vuestras las palabras de Pedro: '¿A quién iremos? ¡Tú tienes palabras de vida eterna!'", afirmó el Papa.

"Sí, queridos jóvenes. Cristo tiene 'palabras de vida eterna'. Sus palabras duran para siempre y sobre todo nos abren las puertas de la vida eterna. Cuando Dios habla sus palabras dan la vida, llaman a la existencia, guían el camino, encienden los corazones desencantados y perdidos e infunden en ellos nuevas esperanzas", agregó.

"Antes de dejaros quiero añadir una última palabra: ¡Amad a la Iglesia! Es vuestra familia y el edificio espiritual del que estáis llamados a ser piedras vivas", concluyó el Santo Padre.

Los jóvenes comenzaron a concentrarse en la explanada a primeras horas de la tarde para cantar, bailar y dar testimonio de su fe, culminando la ceremonia con la bendición papal y la premiación a varios jóvenes ucranianos y polacos por su obra a favor de la reconciliación entre las dos comunidades.

Mártires ucranianos reflejan madurez de católicos orientales, afirma Fides

ROMA, 28 Jun. 01 (ACI).- El Papa Juan Pablo II ha beatificado a 30 católicos en Ucrania, de los cuales 27 alcanzaron la corona del martirio. Las vidas de los nuevos beatos reflejan, para la agencia vaticana Fides, la madurez de la Iglesia en el oriente del mundo.

"La beatificación de los confesores y mártires ucranianos dice que esta Iglesia es madura desde hace tiempo. No es una comunidad nacida sólo sobre las cenizas del comunismo. Su santidad tiene raíces muy antiguas y sólidas", señala Fides en una nota editorial de Bernardo Cervellera.

Entre los nuevos beatos hay 10 obispos, 15 sacerdotes (uno casado, según la tradición bizantina), 4 religiosas, un laico casado y padre de cuatro hijos. Un obispo y un sacerdote son de la Iglesia latina y fueron beatificados como confesores de la fe; los otros pertenecen a la Iglesia greco-católica y son todos mártires, menos uno: Sor Josafata Hordashevska, fundadora de una Orden caritativa.

"Estos mártires -señaló Fides- sirven para un examen de conciencia, sobre todo a Europa. Los nuevos beatos tienen, efectivamente, un claro carácter europeo. Muchos de ellos estudiaron y trabajaron en Roma, París, Viena, Cracovia".

"En su vida acogieron y protegieron a hebreos, ucranianos, rusos, polacos; la causa de su muerte lleva el sello del drama de la Europa del '800 y '900: nacionalismos, totalitarismos, Holocausto", agregó.

Según Cerverella, "Europa los ha olvidado y la misma Comunidad Europea fatiga a aceptar que sus confines superen el Muro de Berlín, hasta las riberas del Dnieper y más allá. Y en casa católica, los cristianos de occidente, miopes por la ideología o la cautela, nos hemos avergonzado durante mucho tiempo de un Card. Slipyij y de muchos mártires ucranianos. Pensábamos que eran sólo "anti-comunistas" y, en cambio, ellos son de lo mejor del cristianismo de Europa. Esta beatificación, después de tantísimos años, les hace justicia y nos abre un poco más a la verdad".

Según Fides, las ceremonias de beatificación han sido el culmen del viaje del Papa a Ucrania, aportando una "expresión de gratitud hacia la rama oriental del cristianismo en Europa que, de la semilla de Cirilo y Metodio, se ha desarrollado en la Rus', hasta nuestros días. Como han demostrado ya los encuentros en Kiev y en Lviv, la Iglesia en Ucrania está viva y presente".

Según Fides, lo que más impresiona de los nuevos beatos es la modernidad y grandeza de sus vidas. "Su heroísmo no tiene nada que envidiar al de sus 'colegas' occidentales", indicó.

"El obispo latino de Leópolis, Mons. José Bilczewiski, a comienzos del siglo pasado lanzó un programa de evangelización que comprendía no sólo la formación del clero y la catequesis, sino también actividades sociales y los medios de comunicación" explicó.

Asimismo, se refirió a Sor Josafata, la greco-católica fundadora de la Orden de las Siervas de María Inmaculada, una mujer que "se consumó en la asistencia a niños, pobres, en la lucha contra el analfabetismo y la marginación".

Sin embargo, Fides enfatiza que "el núcleo más ardiente de esta santidad oriental es ciertamente el de los mártires".

Dos monjes basilianos Severijan Barankyk y Jakym Senkivskyi, fueron capturados en 1941 por agentes secretos soviéticos, encerrados en la cárcel de Drohobych y asesinados momentos antes que llegaran las tropas alemanas. Según los testigos, ambos fueron cocinados y el Padre Severijan fue incluso servido como sopa a sus compañeros de prisión. Zynovij Kovalyk, a su vez, fue crucificado en las paredes de la cárcel de Lviv.

También destaca la historia de un mártir de los nazis, el Padre Omelian Kovec. El sacerdote fue arrestado por los comunistas y liberado por los alemanes. Sin embargo, fue arrestado de nuevo porque ayudaba a los hebreos a huir de la deportación. El Padre Kovec fue encerrado en el campo de Majdanek, cerca de Lublin, Polonia, y murió en 1944.

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Acompaña al Santo Padre en su peregrinación a Ucrania con el Especial de ACI Digital

Sacerdotes y laicos deben edificarse y no confundirse, explica el Papa

VATICANO, 28 Jun. 01 (ACI).- En su mensaje dirigido al Cardenal James Francis Stafford, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, con motivo del X Congreso Teológico-Pastoral Internacional, el Papa Juan Pablo II se refirió a la relación entre los sacerdotes y los movimientos eclesiales como una "experiencia de confraternidad entre 'christifideles' que se edifican mutuamente, sin confundirse nunca".

El Santo Padre explicó que "sería una grave pérdida, si se desviase hacia una 'clericalización' de los movimientos" y "al mismo tiempo, sería un daño si el testimonio y el ministerio de los sacerdotes fuesen en algún modo ofuscados y asimilados progresivamente a un estado laical".

Asimismo, el Pontífice recordó que en muchos movimientos eclesiales participan junto a los laicos "numerosos sacerdotes, atraídos por el ímpetu carismático, pedagógico, comunitario y misionero, propio de las nuevas realidades eclesiales".

"Su eficacia positiva se manifiesta cuando los sacerdotes encuentran en los movimientos 'la luz y el calor' que les ayudan a madurar en una fervorosa vida cristiana, y en particular, en un auténtico 'sensus Ecclesiae'", agregó el Papa.

Juan Pablo II concluyó explicando que en el Movimientos Eclesiales, los sacerdotes y laicos comparten una experiencia de confraternidad "'tocados' y 'atraídos' por el mismo carisma".
El Congreso es promovido por el Movimiento de los Focolares del 26 al 29 de junio con el tema "Los movimientos eclesiales para la nueva evangelización".