Recursos


Día 3

Programa:

  • 07:30 a.m. Santa Misa en la Nunciatura Apostólica de Kiev.
  • 09:30 a.m. Llegada al aeropuerto de Chayka.
  • 10:00 a.m. Liturgia divina en rito bizantino en el aeropuerto de Chayka. Homilía del Santo Padre.
  • 4:30 p.m. Despedida de la Nunciatura Apostólica de Kiev.
  • 5:45 p.m. llegada al aeropuerto internacional Boryspil de Kiev y partida para Lviv.
  • 7:15 p.m. Llegada al aeropuerto internacional de Lviv.

Noticias del día


Juan Pablo II celebra unidad en la fe de ucranianos

ROMA, 25 Jun. 01 (ACI).- En su único acontecimiento público de hoy en Ucrania, el Papa Juan Pablo II presidió una liturgia en el aeropuerto de Chayka, en Kiev, en la que celebró la unidad de los cristianos en un país en el que conviven -bajo el abrazo de Pedro- católicos de distintos ritos.

Bajo el grito Ut unum sint (Que todos sean uno), el Pontífice aseguró que "no hay evangelización auténtica sin comunión fraterna plena".

"¡Que todos sean uno! Éste es el misterio de la Iglesia querida por Cristo. La unidad fundada en la Verdad revelada y en su Amor no anula al ser humano, a su cultura y a su historia sino que lo inserta en la comunión trinitaria, donde lo que es auténticamente humano se enriquece y se potencia", señaló el Papa.

"Éste es un misterio que esta liturgia representa muy bien, concelebrada por obispos y sacerdotes católicos de tradición oriental y de tradición latina. En la humanidad nueva hay una pluralidad de tradiciones, de ritos, de disciplinas canónicas que, lejos de amenazar a la unidad del Cuerpo de Cristo, la enriquece con los dones que cada uno aporta".

Al finalizar la liturgia divina de San Juan Crisóstomo, que fue celebrada por el Cardenal Lubomyr Husar en rito ucraniano bizantino, el Papa bendijo con agua bendita la primera piedra de la catedral greco-católica ucraniana que se edificará en Kiev, así como las primeras piedras de otras nuevas iglesias.

"El texto del Evangelio que acabamos de proclamar -dijo Juan Pablo II en su homilía- nos lleva con la mente y con el corazón al Cenáculo. 'Ut unum sint' ¡que todos sean uno! El Cenáculo es el lugar de la unidad que nace del amor. Es el lugar de la misión: 'para que el mundo crea'".

"Y siempre en el Cenáculo, el día de Pentecostés, los apóstoles reunidos con María, la Madre de Jesús, reciben el Espíritu Santo. Del don de Cristo resucitado nace la nueva humanidad, la Iglesia, en la que la comunión vence las divisiones y la dispersión, engendradas por el espíritu del mundo", agregó el Santo Padre.

Dirigiéndose a todos los miembros de los diversos ritos en Ucrania, Juan Pablo II señaló que su "coexistencia en la caridad está llamada a servir de modelo de una unidad que vive en seno a un pluralismo legítimo y está garantizada por el Obispo de Roma, el sucesor de Pedro".

Casi al final de su homilía, el Pontífice se refirió a la reconquistada independencia ucraniana, y dijo que en esta década el país "ha mostrado que, no obstante las tentaciones de la ilegalidad y la corrupción, sus raíces espirituales son fuertes".

"Mi deseo cordial es que Ucrania siga nutriéndose de los ideales de la moral personal, social y eclesial, del servicio al bien común, de la honradez y del sacrificio, sin olvidarse del don de los diez mandamientos. La vivacidad de su fe y la fuerza del renacer de su Iglesia son sorprendentes: las raíces de su pasado se han transformado en prenda de esperanza para el futuro", indicó.

Finalmente, el Papa reiteró el grito de "'Ut unum sint" como "una ardiente invocación por la unidad de los cristianos. Es una plegaria incesante, que se eleva de los corazones de los humildes y dispuestos a sentir, pensar y actuar con generosidad para que el deseo de Cristo se cumpla".

Más información

Acompañe al Papa peregrino en su histórica visita a Ucrania


Santo Padre llega a Lviv, bastión católico de Ucrania

ROMA, 25 Jun. 01 (ACI).- A las 17:45 horas del lunes, el Papa Juan Pablo II llegó al aeropuerto internacional Boryspil de Kiev para partir rumbo a Lviv, la tradicional ciudad católica de Ucrania que alberga en estos días a peregrinos de todo el país y Europa ansiosos por ver al Santo Padre.

En un vuelo de una hora, el Papa recorrió los 470 kilómetros que separan a Lviv de la capital ucraniana, Kiev, cuna de la ortodoxia rusa.

Lviv, caracterizada por sus catedrales barrocas, espera al Papa "con los brazos abiertos" según los observadores internacionales.

La ciudad fue fundada en el siglo XIII y fue gobernada desde el siglo siguiente por reyes polacos. Cayó bajo el dominio austro-húngaro y tuvo un breve periodo de independencia tras la Primera Guerra Mundial. En su época de estudiante, el Papa participó de un entrenamiento militar cerca de Lviv.

En Lviv prácticamente no hay recintos ortodoxos, y según algunos parece una ciudad europea. Es considerada como el bastión de los católicos en Ucrania y uno de los lugares con más católicos del rito oriental, que fueron incorporados obligatoriamente a la Iglesia Ortodoxa rusa en 1946 y salieron del dominio moscovita en los años del colapso de la Unión Soviética.


Judíos agradecen oración del Papa por víctimas de holocausto en Ucrania

ROMA, 25 Jun. 01 (ACI).- Antes de viajar a Lviv, el Papa Juan Pablo II visitó el monumento Babi Yar, símbolo del sufrimiento judío, para rezar una vez más por las víctimas del holocausto nazi, en un gesto que conmovió a la comunidad judía local.

El Santo Padre llegó a la hondonada de Babi Yar, el lugar en el que los nazis iniciaron la masacre sistemática de los judíos ucranianos durante la Segunda Guerra Mundial.

El Papa llegó ante el gran monumento de hormigón y bronce en la árida zona, flanqueado por el rabino principal de Ucrania, Yaakov Dov Bleich, y otros líderes judíos.

El rabino Bleich señaló que el Pontífice rezó en silencio y luego recitó una plegaria en latín por los muertos. Después se volvió hacia Bleich y le dijo "Dios te bendiga''.

Según Bleich, "su sola presencia aquí es muy importante para los judíos de todo el mundo" y reconoció que "gracias a los grandes esfuerzos del Papa Juan Pablo II, hay una esperanza de que no existan más Babi Yares''.

Las fuerzas nazis invadieron la Unión Soviética en junio de 1941 y en septiembre, tomaron la capital ucraniana. Ese mes, ordenaron que los judíos de la ciudad se reunieran vistiendo ropas abrigadoras y portando sus bienes. Luego, los llevaron en columnas fuera de la ciudad, hasta Babi Yar.

En dos días, asesinaron a más de 33 mil judíos. En total, en la zona murieron 100 mil judíos y otras tantas personas de otras religiones, todos los cuerpos fueron abandonados en la hondonada.