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El Papa en Tierra Santa

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JUAN PABLO II PRESIDE FIESTA RELIGIOSA MÁS GRANDE EN HISTORIA DE ISRAEL

JERUSALÉN, 24 Mar. (ACI).- Definitivamente, Tierra Santa ya no será la misma después de la visita de Juan Pablo II. El Santo Padre ha cambiado la historia, y esto lo confirma con la multitudinaria Eucaristía que presidió esta mañana en el Monte de las Bienaventuranzas convertida ahora en la fiesta religiosa más grande celebrada en Israel.

El Santo Padre llegó en helicóptero hasta Korazim, 135 kilómetros al norte de Jerusalén, para reunirse con más de 100 mil personas, entre ellas 45 mil jóvenes procedentes de los países de Medio Oriente y otras zonas del mundo.

El Papa hizo una breve parada antes de llegar al Monte de las Bienaventuranzas para bendecir la Casa Domus Galileae, nuevo centro de formación para seminaristas y sacerdotes de todo el mundo construido por el Camino Neocatecumenal.

Después, llegó a la colina elevada a 150 metros sobre el nivel del lago de Tiberíades o Mar de Galilea, cuyas aguas se ven desde la cima. Cinco religiosas franciscanas, misioneras del Inmaculado Corazón de María, viven en la casa del Santuario del Monte de las Bienaventuranzas.

Ni el frío, ni la humedad de la zona -afectada por una fuerte tormenta durante la noche- mermó las expectativas y el entusiasmo de los peregrinos que expresaron en reiteradas ocasiones su asombro por presenciar una "fiesta de paz" en la conflictiva región. Iraníes, paquistaníes, iraquíes, israelitas, palestinos, jordanos, europeos, africanos y americanos se reunieron desde la madrugada en el Monte para escuchar el mensaje de Cristo sin la sombra de la división, el enfrentamiento y la guerra.

Para la prensa local, se trata del encuentro más multitudinario celebrado en toda la historia de Israel y fue un éxito gracias a la efectiva labor de varios movimientos eclesiales que se encargaron de la organización.

El Papa llegó hasta el altar en el tradicional Papamóvil en medio de un colorido mar de banderas vaticanas y de decenas de países de todo el mundo.

Inmediatamente, recibió el saludo de Obispo greco-melquita de Galilea. "Tenemos sólo una esperanza, que el Papa que ha cambiado tantas cosas en este mundo, ayude a traer la paz a estas tierras. Benditos aquellos que trabajan por la paz. Le pedimos bendiga a todos nosotros", afirmó el Obispo en su saludo.

La ceremonia estuvo cargada de simbolismo y sintetizó las tradiciones religiosas presentes en Tierra Santa, así como el permanente encuentro de la cultura con la fe.

Un bosque para el Papa

Casi al final de la Misa, el Papa Juan Pablo II bendijo un pequeño árbol que formará parte de un nuevo bosque.

El bosque será creado en lugar de la Misa en honor al Santo Padre.

 

CONVERSIÓN TOTAL PARA SEGUIR A CRISTO, PIDE EL PAPA

JERUSALÉN, 24 Mar. (ACI).- El mensaje de Juan Pablo II en el Monte de las Bienaventuranzas fue fuerte y claro: para seguir al Señor es necesaria una transformación profunda del espíritu y el corazón.

Ante los cien mil jóvenes que llegaron de todo el Medio Oriente y varios países del mundo hasta Korazim, el Papa Juan Pablo II dio una intensa catequesis sobre el Sermón de la Montaña en el mismo lugar en el que Cristo propuso las Bienaventuranzas como camino al Reino de Dios.

"Estamos sentados en esta colina como los primeros discípulos y escuchamos a Jesús -dijo el Papa a los jóvenes-. En silencio escuchamos su voz amable y urgente, amable como esta tierra y urgente como la invitación a elegir entre la vida y la muerte".

El Santo Padre evocó luego el Monte Sinaí, donde Dios entregó a Moisés los Diez Mandamientos y el Monte de las Bienaventuranzas, para explicar que "estas dos montañas nos ofrecen el mapa de nuestra vida cristiana y una síntesis de nuestras responsabilidades hacia Dios y hacia el prójimo. La Ley y las Bienaventuranzas trazan a la vez el camino del seguimiento de Cristo y el camino real hacia la madurez y la libertad espirituales".

El Papa subrayó que los Diez Mandamientos "pueden parecer negativos pero en realidad son sumamente positivos". Y el mensaje de las Bienaventuranzas "puede parecer raro" ya que "Jesús exalta a los que el mundo considera en general débiles", pero esas palabras representan "un desafío que requiere una 'metanoia' profunda y constante del espíritu, una gran transformación del corazón".

"¡Cuántas generaciones antes de nosotros se han conmovido profundamente escuchando el sermón de la Montaña! ¡Cuántos jóvenes en el curso de los siglos se han reunido en torno a Jesús para aprender las palabras de vida eterna, igual que vosotros os habéis reunido aquí! ¡Cuántos jóvenes corazones han sido inspirados por la fuerza de su personalidad y por la verdad irresistible de su mensaje irresistible!", exclamó el Papa.

"¡Es maravilloso que estéis aquí! ¡Este gran encuentro es como una prueba general para la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Roma en el mes de agosto!", agregó.

El Pontífice recordó que "no lejos de este lugar Jesús llamó a sus primeros discípulos, así como hoy os llama a vosotros. Su llamada ha supuesto siempre una elección entre las dos voces en lucha por la conquista de vuestro corazón, ahora también aquí en la colina, la elección entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte".

Por eso, señaló, "depositar vuestra confianza en Jesús significa elegir creer en lo que Él dice, independientemente de lo extraño que nos pueda parecer y elegir no ceder a las lisonjas del mal, por muy atractivas que puedan parecer".

"Como los primeros discípulos sobre el mar de Galilea debéis abandonar vuestras barcas y vuestras redes y esto no es nunca fácil, sobre todo cuando tenéis que afrontar un futuro incierto y estáis tentados de perder la confianza en vuestra herencia cristiana. Ser buenos cristianos puede parecer una empresa superior a vuestras fuerzas en el mundo de hoy. Sin embargo, Jesús no se queda al margen y no os deja solos par afrontar ese desafío".

"Ahora, en el alba del tercer milenio -finalizó Juan Pablo II- debéis ir por el mundo y anunciar el mensaje de los Diez Mandamientos y de las Bienaventuranzas. Ahora os toca a vosotros ser los valerosos apóstoles de ese Reino".

En la homilía, el Santo Padre hizo extensivo su saludo a los fieles de las comunidades greco-melkita, latina, maronita, siria, armenia y caldea así como a los miembros de otras Iglesias cristianas y comunidades eclesiales, y a "nuestros hermanos musulmanes, a los miembros de fe judía y a la comunidad drusa".

 

RELACIONES CRISTIANO-JUDÍAS "NO VOLVERÁN A SER LAS MISMAS"

JERUSALEN, 24 Mar. (ACI).- Las relaciones entre los judíos y los cristianos "no volverán a ser las mismas", dijo el Primer Ministro de Israel, Ehud Barak, luego de sostener un encuentro con el Papa Juan Pablo II en el santuario de las Bienaventuranzas.

El encuentro privado entre el Pontífice y el Primer Ministro tuvo lugar en el moderno templo -una construcción que reemplazó otra más antigua- encomendado al cuidado de los franciscanos; y se realizó por la tarde, después de la multitudinaria misa celebrada en el Monte.

Lo conversado durante el encuentro privado, que duró poco menos de 30 minutos, no trascendió a la prensa; pero Barak, inmediatamente después, mientras el Pontífice se dirigía a su visita privada a los santuarios alrededor del lago, sostuvo una breve pero reveladora conferencia de prensa.

"Estos momentos históricos son momentos de gran cambio", dijo Barak, refiriéndose a la presencia del Papa en Tierra Santa. "Después de esta visita, las relaciones entre judíos y cristianos cambiarán profundamente y no volverán a ser las mismas no sólo en el estado de Israel, sino en todo el mundo," señaló.

SANTO PADRE PIDE PAZ PARA ÁFRICA DESDE TIERRA SANTA

JERUSALÉN, 24 Mar. (ACI).- Al término de la multitudinaria Misa en el Monte de las Bienaventuranzas, el Papa Juan Pablo II saludó a las distintas delegaciones presentes en el lugar y tuvo palabras especiales para pedir por la paz en Etiopía y Eritrea.

"Durante estos días mis pensamientos se han dirigido con esperanza a las iniciativas emprendidas por la Organización de la Unidad Africana para restablecer la paz entre Etiopía y Eritrea", dijo el Papa.

"Esos esfuerzos han llegado a una fase muy delicada. Se trata de encontrar un camino que lleve a las condiciones necesarias para el bienestar y el progreso de los pueblos de la entera región, ya muy afectados por la carestía. Oremos para que esta parte del mundo encuentre una solución justa", agregó.

El Santo Padre saludó a los jóvenes presentes en italiano, francés, alemán, español, polaco, hebreo y árabe.

El Papa saludó a todos los jóvenes presentes de lengua española. "Aquí en Galilea, Jesús mismo nos ha enseñado el camino de las bienaventuranzas. Que la fuerza y belleza de esta enseñanza llene vuestras vidas. Jesús os llama a todos vosotros a ser pescadores de hombres. El os dice a cada uno de vosotros: ¡"Ven y sígueme"! No tengáis miedo a responder a esta llamada, porque Él es vuestra fuerza".

Finalmente, recordó que en agosto "os espero en Roma, para la Jornada Mundial de la Juventud".

Después de la celebración eucarística el Papa se trasladó al Santuario del Monte de las Bienaventuranzas donde almorzó con los miembros de su delegación oficial.

 

JUAN PABLO II VISITA LA CASA DE SAN PEDRO

VATICANO, 24 Mar. (ACI).- Juan Pablo II visitó esta tarde la casa en la que vivió San Pedro en Cafarnaum, junto al Lago de Tiberíades. El Santuario de la Casa de San Pedro, que fue inaugurado el 29 de junio de 1990 por el Cardenal Simon Lourdusamy y está confiado a la Custodia de Tierra Santa.

Previamente, el Papa visitó Tabgha, que se encuentra en la orilla noroeste del lago de Tiberíades, donde visitó la Iglesia de la Multiplicación de los Panes. Según la tradición, la roca sobre la que Jesús depositó los panes se convirtió en el altar de una iglesia. Los restos de esta iglesia, construida en el año 350 d.C., se encuentran a la derecha del altar de la actual, confiada a los padres benedictinos.

El Santo Padre visitó posteriormente la Iglesia del Primado de Pedro, reconstruida en 1933 por los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa.

Después de estas visitas privadas, Juan Pablo II regresó en helicóptero a la delegación apostólica de Jerusalén, donde cenará y pasará la noche.

 

RABINO ARGENTINO ELOGIA AL PAPA Y RECHAZA "DISCULPA INSTITUCIONAL"

JERUSALÉN, 24 Mar. (ACI).- Un rabino argentino que radica en Jerusalén desde hace veinte años, consideró que todos los gestos del Papa Juan Pablo II en Tierra Santa contribuyen a la reconciliación cristiano-judía y rechazó el pedido de ciertos sectores radicales de un pedido de disculpas institucional de la Iglesia porque supuestamente hizo poco a favor de los judíos en el Holocausto.

El rabino Mario Ablin, entrevistado por el diario argentino La Nación, es vicepresidente de la Casa Argentina de esta ciudad. Para Ablin, el pronunciamiento del Papa en el Museo del Holocausto de Yad Vashem fue "muy positivo" y "estamos avanzando en forma notable".

Ablin consideró que el discurso del Papa "continúa con la línea aperturista que trazó Juan Pablo II desde el comienzo de su papado con respecto a la revalorización de la herencia tradicional judía".

"Personalmente, no estoy de acuerdo con los sectores que pretenden una disculpa institucional por parte de la Iglesia Católica", sostuvo.

Para Ablin, "la actitud del Pontífice es prudente, sistemática y gradual". Al interpretar el texto ante La Nación, Ablin consideró en primer lugar "muy significativo" que el Papa utilizara el término hebreo "Shoah" porque para los judíos es una palabra cargada de mucha emoción, a diferencia de "Holocausto", que es un término más genérico.

"Al hablar de Shoah, demuestra una actitud de empatía y, además, se pone a él mismo como testigo", explicó.

Ablin elogió también el hecho de que el Papa no se quedó en cosas abstractas, sino que dio ejemplos concretos, al mencionar Auschwitz, campo de concentración en el cual estuvo.

"Elabora teológicamente la Shoah, convirtiendo el recuerdo de esa tragedia en un generador de compromiso hacia el futuro, hacia la acción moral, para evitar que el mal prevalezca", agregó.

Para Ablin, que trabaja para promover las relaciones interreligiosas, otro punto importante fue que el Santo Padre afirmó que los judíos y los cristianos comparten un "patrimonio común". Algo que dejó claro desde el comienzo, al recitar un salmo, "que es común dentro de las Escrituras para ambas tradiciones religiosas".