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Día 11

FIEBRE OBLIGÓ AL PAPA A CANCELAR SUS COMPROMISOS

ROMA, 16 (ACI).- El Papa Juan Pablo II canceló sus compromisos de ayer por una fiebre ocasionada por una gripe, que le impidió presidir la Misa programada en Cracovia (Polonia) y el encuentro con la población de Gliwice.

Según informó el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, desde el lunes "el Santo Padre tiene algunas décimas (de fiebre), y la ligera subida de la temperatura es probablemente de origen viral. Por este motivo le han aconsejado que aplace todos los compromisos de la jornada de hoy". "El Santo Padre pasará el día en su residencia del Arzobispado de Cracovia", agregó.

El vocero de la Santa Sede precisó que "la temperatura permanece inferior a 38 grados", por lo que "el Santo Padre seguirá una terapia antigripal". Trascendió que los médicos esperan que el Pontífice pueda reiniciar mañana las actividades programadas en Polonia.

En representación del Santo Padre, el Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado del Vaticano, presidió la Misa programada en la explanada de Blonie, en Cracovia, donde cerca de un millón de fieles oraron por la salud del Pontífice, a pesar de la inclemente lluvia.

La homilía preparada por el Papa fue leída por el Cardenal Franciszek Macharski, Arzobispo de Cracovia, quien anunció que el Papa seguiría la Misa en Blonie desde la capilla del edificio del Arzobispado.

¿Armenia suspendida?

Por su parte, la Conferencia Episcopal Polaca anunció que la enfermedad obligaría al Santo Padre a regresar el jueves a Roma, como estaba inicialmente previsto. Por tanto, el Papa no visitaría el santuario mariano de Chestokowa, ni tampoco realizaría el anunciado viaje a Armenia para visitar al Patriarca Supremo y Catholicos de todos los Armenios, Karekin I, que se encuentra gravemente enfermo.

 

LA SANTIDAD ES EL DON MAYOR DE LA IGLESIA, AFIRMA EL PAPA

ROMA, 16 (ACI).- En la homilía papal, leída por el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Franciszek Macharski, ante más de un millón de fieles que rezaron por la salud de Juan Pablo II, el Santo Padre señaló que "no existe un don mayor que el de la santidad, que esta tierra ha recibido de manos de la Iglesia en los diez últimos siglos".

En la Misa, celebrada bajo una intensa lluvia por el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Angelo Sodano -en reemplazo del Pontífice-, se recordaron los mil años de la arquidiócesis que fuera guiada décadas atrás por el entonces Cardenal Wojtyla.

"Si hoy enumeramos los frutos de los diez siglos de existencia de la Iglesia de Cracovia -escribió el Papa- lo hacemos para inflamar nuestros corazones de gratitud a Dios, que a lo largo de esta historia ha derramado innumerables gracias sobre su pueblo".

El Pontífice indicó que "si hoy abrazamos con el pensamiento y con el corazón a todos aquellos que como pastores han colaborado en esta Iglesia por el reino de Cristo, en la perspectiva histórica vemos no sólo a sacerdotes, sino también a muchos laicos".

"Todos estos hombres de Iglesia, conocidos por nombre o anónimos, dieron testimonio en esta tierra con su vida, con su santidad, con su trabajo ordinario y con el sufrimiento de que Dios es amor, que con este amor abraza a cada uno y lo conduce por los caminos de este mundo hacia una nueva vida. No hay una mayor razón que esta para dar gracias por la historia milenaria de la Iglesia en tierra de Cracovia", expresó.

El Santo Padre también recordó las "tormentas y pruebas" que ha sufrido la Iglesia en Cracovia en el último siglo como "la fuerza destructiva de la guerra y de la ocupación", pero destacó que "a pesar de las pérdidas dolorosas conservó su propia dignidad".

"En el medio siglo posterior a la guerra, la Iglesia afrontó nuevos desafíos provocados por el totalitarismo comunista y la ideología atea. La Iglesia ha superado el período de las persecuciones sin perder nunca la fuerza del testimonio", añadió.

Juan Pablo II exhortó a los católicos polacos a "planear el futuro para que se demuestre que el tesoro de la fe, de la esperanza y de la caridad, que nuestros padres custodiaron en las luchas y nos transmitieron, no se pierda en esta generación adormecida".

"Tenemos una gran responsabilidad para el desarrollo de la fe, para la salvación del hombre de hoy y para el destino de la Iglesia en el nuevo milenio", indicó.

El Cardenal Sodano terminó la Eucaristía agradeciendo a los presentes "este gran ejemplo de fe y os doy las gracias, en particular por el gran amor que nutrís por el Santo Padre. Aunque hayamos tenido un día de lluvia, Cracovia ha demostrado ser la ciudad de la alegría. Continuad rezando por el Papa según la hermosa oración litúrgica 'Dominus conservet eum'. En nombre de los cardenales presentes y del séquito papal doy también las gracias a la comunidad de Cracovia por haber dado a la Iglesia universal un Pastor como nuestro amado Sumo Pontífice".