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El Papa llega a Siria con oración de esperanza por la paz en Medio Oriente

VATICANO, 5 May. 01 (ACI).- Al mediodía de hoy, el Papa Juan Pablo II llegó a Siria, la siguiente escala en su gira siguiendo las huellas de San Pablo. En su primer mensaje aseguró que su viaje tiene la intención de ser una oración de esperanza por la paz en la convulsionada región de Medio Oriente.

Tras un viaje de dos horas desde Atenas, el Pontífice fue recibido por el presidente Bashar Al-Assad y se dirigió a las autoridades civiles y religiosas que llegaron a recibirlo.

"Vengo como peregrino de fe", dijo el Papa y explicó que "mi peregrinación es también una ardiente oración de esperanza: esperanza de que entre los pueblos de la región el miedo se transforme en confianza y el desprecio en estima recíproca, de que la fuerza deje lugar al diálogo y de que prevalezca el deseo auténtico de servir al bien común".

"Todos sabemos que la paz real se puede alcanzar solo si existe una actitud nueva de comprensión y respeto entre los pueblos de la región, entre los seguidores de las tres religiones de Abraham. Paso a paso, con valor y discernimiento, los responsables políticos y religiosos de la región deben crear las condiciones para el desarrollo a que los pueblos tienen derecho, después de tantos contrastes y tanto dolor", señaló el Pontífice.

El Papa explicó que "entre estas condiciones es importante que evolucione el modo en que se consideran los pueblos de la región y que a todos los niveles de la sociedad se enseñen y se fomenten los principios de coexistencia pacífica".

El Pontífice recordó que su visita es la continuación de su peregrinación jubilar a los lugares "ligados en modo particular a la autorevelación de Dios y a sus acciones salvíficas".

Una vez más, el Papa evocó a San Pablo. "Pienso ahora en la figura de Saulo de Tarso, el gran apóstol Pablo, cuya vida fue transformada para siempre en el camino de Damasco" afirmó y recordó la "aportación magnífica de Siria y de las regiones circundantes a la historia del cristianismo, la gran influencia cultural del Islam sirio. Hoy en un mundo cada vez más complejo e interdependiente, es necesario un espíritu nuevo de diálogo y cooperación entre cristianos y musulmanes".

El Papa afirmó que "mientras la palabra 'paz' resuena en nuestros corazones, ¿cómo podemos dejar de pensar en las tensiones y en los conflictos que desde hace tanto tiempo afligen a Oriente Medio? A menudo han brotado esperanzas solo para ser destruidas por nuevas oleadas de violencia".

El Pontífice reconoció la labor del joven presidente Al-Assad por haber "confirmado con sabiduría que Siria quiere una paz justa y global. Tengo confianza en que bajo su guía Siria no ahorrará esfuerzos para fomentar una armonía y una cooperación cada vez más grandes entre los pueblos de la región, con el fin de conseguir beneficios duraderos no solo para su tierra, sino también para otros países árabes y para toda la comunidad
internacional.

El Papa recordó que "es hora de 'volver a los principios de la legalidad internacional: prohibición de la apropiación de territorios por la fuerza, derecho de los pueblos a disponer de si mismos, respeto de las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas y de las Convenciones de Ginebra', solo para citar los más importantes".

El viaje a Siria es la octava visita apostólica del Papa a un país árabe. La República Arabe de Siria tiene una población de 16,1 millones de personas sin incluir a los 140.000 nómadas y a los 348.000 palestinos refugiados. La población es en mayoría musulmana, los cristianos constituyen el nueve por ciento y de ellos los ortodoxos representan el seis por ciento, los católicos el dos por ciento y los protestantes el uno
por ciento. Hay también una pequeña comunidad judía.

La Iglesia Católica está dividida de esta manera: la arquidiócesis metropolitana de Damasco de los Grecomelkitas (110.000), la arquidiócesis de Damasco de los Sirios (6.200), la archieparquía de Damasco de los Maronitas (8.000) y el exarcado patriarcal de Damasco para los Católicos Armenios (4.000). Para los caldeos y latinos, Damasco incluye la diócesis de Alep de los Caldeos, sufragánea de Babilonia de los Caldeos (15.000) y el vicariato apostólico de Alep (10.000).