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Fiesta del testimonio, la celebración mais grande do mundo

La celebración del estadio Maracaná de Río de Janeiro, se convirtió en la más vibrante fiesta religiosa que recuerde esta ciudad brasileña. Unos 120.000 delegados de todo el mundo llenaron el "templo" del fútbol brasileño para escuchar el mensaje del Papa y los testimonios de convivencia de familias de cinco continentes.

Después de dar una calurosa bienvenida al Obispo de Roma, que dio la vuelta olímpica en el "Papamóvil", los asistentes presenciaron un espectáculo artístico animado por un gran derroche de tecnología.

El "toque brasileño" de la ceremonia estuvo a cargo de la cantante Fafá de Belem, quien interpretó una versión del Ave María que arrancó aplausos de la multitud y le valió un cariñoso saludo del Papa.

El estadio entero se volvió una sola voz para entonar después la canción María de Nazaret, al tiempo que efectos luminosos daban a los presentes la sensación de estar dentro de la más grande de las catedrales.

Una presentación del Ballet Infantil Nacional de Taiwan fue tan aplaudida como un vídeo que recordó el trabajo de la Madre Teresa de Calcuta, fallecida recientemente y recordada con cariño por Juan Pablo II.

Entre aplausos, vivas al Papa, agitar de banderas y la tradicional "ola" que se hace en los eventos deportivos, los asistentes a la "fiesta testimonio" parecían no sentir la inesperada corriente de brisa fría que recorrió esta noche el Maracaná, después de una agobiante tarde de sol.

Los testimonios de familias de varias naciones se fueron sucediendo uno tras otro, intercalados con la presentación de artistas y otros espectáculos musicales.

El matrimonio ítalo-estadounidense Albano y Romina Power interpretó una canción compuesta especialmente para el evento y, tras concluir su interpretación, la pareja corrió hacia la tarima para recibir la bendición papal.

Juan Pablo II no dio ninguna muestra de cansancio y se levantó una y otra vez de su sillón para saludar y bendecir a los artistas y a las familias que contaron su historia, y al final terminó por confirmar su joven espíritu haciendo girar insistentemente su bastón para animar a la multitud.

Miles de niños de escuelas cariocas ocuparon el terreno de juego del Maracaná para presentar una vistosa coreografía que luego dió paso al encuentro del Papa con cinco menores vestidos de blanco, que representaron a la niñez abandonada de los cinco continentes.

El aporte infantil al espectáculo continuó con una brillante presentación de la Orquesta Filarmónica Infantil de Venezuela, que interpretó la "Obertura Guillermo Tell".

En una fiesta que reunió las más diversas expresiones artísticas del mundo no faltó el tradicional mariachi mexicano, que sirvió como preámbulo para el discurso del Papa. "Bienvenidos todos", dijo el Pontífice en nueve idiomas, arrancando aplausos de los presentes al escuchar el saludo en su respectiva lengua.

La multitud, entre la cual se contó al vicepresidente de Brasil, Marco Maciel, y al gobernador de Río de Janeiro, Marcello Alencar, interrumpió varias veces el discurso del Pontífice, para aplaudir cada uno de sus pronunciamientos.

Juan Pablo II habló en tono enérgico, leyó la primera parte de su alocución en portugués y continuó en español para, al final, regresar a la lengua del país que sirvió como sede al encuentro.

En la parte final de su discurso, cuando se refirió con emoción a los jóvenes, el Pontífice debió esperar más de tres minutos a que se silenciaran los aplausos y cánticos de los presentes. "Papa, yo te amo", coreaban unos, mientras otros cantaban "se vive, se siente, el Papa está presente".

La efervescencia a la que llegó la multitud con el discurso papal siguió con la presentación de la cantante africana Miriam Makeba, que con su ritmo musical, muy simular al caribeño, hizo bailar a los niños y adolescentes que presenciaron todo el encuentro en el gramado del estadio.

Como en otras ocasiones en que el contacto con la multitud parece inyectar nuevas energías al Pontífice, la presentación de Makeba estimuló al Santo Padre a levantarse de su sillón sin la ayuda de nadie para cerrar la fiesta en el Maracaná.

Como signo de la "nueva sociedad de la civilización del amor", presentaron sus testimonio varias familias, entre ellas Laura y Ana María Molla, hijas de la beata Molla, la médico italiana elevada a los altares que prefirió dar a luz a costa de su vida antes que abortar.

También intervinieron los españoles Miguel Raposo y Rosario Clavijo, que debieron decidirse entre el aborto o la vida y educación de ocho hijos concebidos, de los que sobrevivieron seis.

El cardenal López Trujillo, en el saludo dirigido al Papa, anunció que está por inaugurarse la "Ciudad de los niños" de Ruanda, construida con la aportación desinteresada de numerosas personas e instituciones, y la construcción, ya en marcha, de un centro similar en Salvador de Bahía (Brasil).

En Nazareth se colocará la primera piedra de un Centro para la Espiritualidad de la Familia. El Cardenal López Trujillo confía que pueda realizarse el sueño de verla bendecida por el propio Papa polaco, en una eventual visita a Tierra Santa.

Testimonios

Familias procedentes de los cinco continentes ofrecieron su testimonio de vida para mostrar con hechos lo que el Pontífice decía con palabras. Este abanico de confesiones familiares se ofreció en once lenguas, incluyendo el árabe, el japonés y el chino.

Los primeros en hablar fueron, Talal y Josephine Msallam, una familia de Nazareth que entregó al Papa un icono de la Sagrada Familia.

Luego un pareja belga relató como en el dolor por la muerte de uno de sus hijos descubrieron el amor de Dios. Ahora tienen 19 hijos, 10 de ellos adoptados. Algunos minusválidos.

Así también fue el caso de Albano y Romina Power, que han podido superar gracias a la fe la prueba de la desaparición de su hija mayor. O el de Miriam Makeba, que soportó el exilio por haber defendido los derechos humanos durante la época del «apartheid» en Sudáfrica.

Las hijas de una mujer santa

El Maracaná escuchó sin pestañear la historia de Emmanuela, la hija de Gianna Beretta Molla. Su madre, beatificada por Juan Pablo II, murió para poder dar a luz a su pequeña. "Querida mamá -dijo Emmanuela-, gracias por haberme dado dos veces la vida: cuando me concebiste y cuando me permitiste ver la luz protegiendo mi vida, decidiendo dejarme vivir. Tú has coronado tu vida ejemplar con un amor que no conoce límite. Entonces en mi vida yo quiero ser una continuación natural de tu vida, de tu experiencia, de tu gozo de vivir, de tu entusiasmo, Mi vida encontrará significado en la decisión comprometida de ayudar a quien esté en más necesidad. Querida madre protégeme y ayuda a todas las madres de las familias que se avoquen a confiar en ti".

Por su parte Laura, una de las hijas mayores de la beata relató lo siguiente: "Mi madre compartía la certaza de que cada vida humana es sagrada porque es un regalo de Dios, que la criatura huama tiene un derecho inalienable a la vida y esto es definitivo ya desde el momento de la concepción. Cuando Giana, mi madre, encontró el misterio del sufrimiento ella fue un gran ejemplo para mí. A través de ella yo he encontrado el valor para ser fiel a mi vocación cristiana y encontré la capacidad de amar más".

Testimonio de una familia española

La familia española Raposo Gordillo recibió hoy un fuerte aplauso del Papa Juan Pablo II y de miles de personas en el estadio Maracaná de Río de Janeiro por la encendida defensa que hicieron de la vida humana.

Los Raposo Gordillo son un matrimonio de Huelva (sur de España), de escasos recursos económicos, y padres de siete hijos, uno de tres años y unos sextillizos nacidos en diciembre pasado.

Este singular matrimonio español fue una de las familias que dió su testimonio de fe ante el Pontífice en el transcurso de la Fiesta del Maracaná.

"Santidad, somos de España, donde quedaron nuestros seis hijos gemelos", comenzó narrando Chari Gordillo, mientras en dos pantallas gigantes ubicadas en el estadio se mostraban imágenes de la familia española de nueve miembros.

La mujer hizo un emocionado relato ante el Papa y las 120.000 personas presentes en el estadio, de la forma como descubrió que estaba embarazada, a comienzo del año pasado, de ocho embriones. "Nuestra primera reacción fue de sorpresa y preocupación" señaló Chari, agregando que los médicos les propusieron seleccionar los embriones, eliminando algunos para asegurar el nacimiento de otros.

"Nosotros nos preguntábamos cómo podríamos mirar a los ojos de los hijos a los que habríamos dejado vivir sin pensar en aquellos que habrían sido eliminados", agregó.

Miguel Angel Raposo, el padre de familia, continuó el relato de su esposa y explicó que tras seguir adelante con el embarazo en diciembre pasado nacieron dos niñas y cuatro niños.

"La prensa intentó invadir nuestra intimidad -manifestó-, pero jamás quisimos comercializar esta noticia pese a que nuestras condiciones económicas son modestas porque soy un obrero de la construcción".

Según el matrimonio español, los sextillizos están desde hace seis meses en su casa y pese a que su alimentación no es fácil en ningún aspecto, la comunidad parroquial a la cual pertenecen les ha ayudado mucho con el cuidado de los bebés. "Experimentamos el milagro de una sorprendente manifestación de la Providencia que nos llega de muchas formas, expresión palpable del amor de Dios por nosotros y por la vida", expresó el padre al recordar que les habían obsequiado una camioneta y un terreno para construir una casa.

Los legisladores deben defender a la familia

Juan Pablo II seguía con atención cada uno de los testimonios, los aplaudía, y al final se levantaba para saludarlos personalmente. El Papa transformó la fiesta del Maracaná en un tremendo llamamiento para todos los cristianos y políticos de buena voluntad: «Defended vuestras familias como un don precioso e insustituible -dijo el Papa-, protejedlas con leyes justas que combatan la miseria y la plaga del desempleo y que, al mismo tiempo, permitan a los padres de familia poder cumplir con su propia misión».

El Papa lanzó grandes ideales, pero es tremendamente realista: "¿Cómo pueden los jóvenes crear una familia si no disponen de los medios para mantenerla? -a la pregunta del Pontífice le siguió un gran silencio en el estadio-. La miseria destruye la familia, impide el acceso a la cultura y a la instrucción básicas, corrompe las costumbres y mina la salud de los jóvenes y de los adultos. ¡Ayudadlas! -gritó el Santo Padre-. Está en juego vuestro futuro".

Al Papa le costaba continuar, pues los aplausos eran cada vez más insistentes. "¿Cómo es posible no denunciar esos comportamientos motivados por el desenfreno y la responsabilidad que llevan a tratar a los seres humanos como cosas o instrumentos del placer efímero y vacío?", volvió a preguntar el Papa. Y denunció: "la falta de respeto, la pornografía y todo tipo de abuso" que en muchos casos "se cobra el precio más elevado entre los niños".

Preparativos

Uno de los momentos aguardados con más expectativa por los participantes es el Encuentro de Testimonio y Fiesta de las Familias del Mundo con el Santo Padre, a celebrarse en el Estadio Maracaná el sábado 4 en la tarde. Se espera una asitencia de 150 mil personas.

Éste será el primer encuentro del Papa con las Familias, y en él, delegados de las diferentes regiones simbolizarán el valor e importancia de esta institución como regalo de Dios a la humanidad. Esa tarde estarán presentes Giana-Emmanuela y Laura Molla, de Italia, quienes recordarán a su madre, Giana Beretta, a quien el Santo Padre beatificó en 1994 por su testimonio de coraje y amor al negarse a recibir un tratatmiento contra el cáncer, ofreciendo su vida para que el bebé que esperaba pudiese nacer.

Asimismo una pareja de Bélgica narrará las peripecias que le ha ocasionado la adopción de 10 niños minusválidos, un diputado australiano confesará cómo colaboró en la introducción de la eutanasia en los Territorios del Norte de aquel país; dos parlamentarios holandeses revelarán las consecuencias que está acarreando la despenalización de la eutanasia y otras familias procedentes de los cuatro rincones del planeta compartirán sus propias experiencias.

Estos momentos contarán con la participación de grandes artistas. Se ha confirmado ya la presencia del cantante Roberto Carlos, pero quizá uno de los momentos más emotivos será la coreografía que han preparado 1,500 niños pobres de Río de Janeiro para el Papa.

Al día siguiente en el Parque Flamengo, a las 9:30 de la mañana del día siguiente, ante dos millones de personas, el Papa presidirá una celebración eucarística de clausura.

El sábado 4 el estadio recibirá a 150 mil católicos de todo el mundo en un espectáculo que reunirá la religiosidad popular con la más avanzada tecnología, algo que para muchos es algo así como un encuentro de fe con rasgos de superproducción y no es para menos.

Un mar de fieles se unirá para rezar, contar emocionantes testimonios de personas que descubrieron la fe en los momentos más difíciles de sus vidas pero principalmente a oir las palabras del Papa Juan Pablo II .

La gran fiesta estará animada por grupos de música y danza, participarán artistas famosos como Fafá de Belém, que subirá al palco a cantar el Ave María de Vicente Paiva e Jayme Redondo o el actor Tony Ramos quien presenciará la fiesta, al lado de su mujer, Lidiane.

Este espectáculo será el momento más festivo del II Encuentro Mundial de las Familias.

En esta fiesta los brasileños Thomaz y Clara Magalhães revelarán a los fieles de todo el mundo el cambio que sufrió su vida cuando por un accidente Thomaz quedó paralítico y como ellos 13 familias católicas relatarán su testimonio de fe.

Para asegurar el orden del evento las parroquias de Río han repartido los pases entre los habitantes y los peregrinos. La mayoría se ubicará en las graderías, mientras que en el campo se ubicarán 2400 personas, entre minusválidos, pobres, enfermos, religiosos y laicos, llegados de todos los continentes.

Todo está organizado cronológicamente. Por ejemplo a las 18h14, una familia de la ciudad de Nazareth -donde Jesús nació- colocará en le palco un cuadro de a Sagrada Familia pintado por un artista español especialmente para la fiesta. A las 18h25, se presentará el ballet de jóvenes de Taiwan y cuatro minutos después comenzarán los testimonios.

Otro momento emocionante será cuando cinco niños pobres se encuentren con el Papa representando a los niños abandonados de los cinco continentes. Todo esto intercalado con shows de música completarán el espectáculo.

La superproducción llegará a su parte culminante cuando los efectos especiales conviertan al Maracaná en una inmensa catedral. Los juegos de luces recrearán vitrales y se usará la misma tecnología de las olimpiadas de Barcelona.

Para finalizar el estadio cantará la Oración pro las familias en varios idiomas y el Santo Padre impartirá su bendición.