La delegación argentina despliega gran organización y entusiasmo

VATICANO, 16 Ago. 00 (ACI).- La delegación de jóvenes argentinos, una de las más numerosas de América Latina, llegó a Roma organizada en casi un centenar de grupos diversos que rápidamente convirtieron la Iglesia Nacional Argentina de Roma en su centro de coordinación.

Cientos de jóvenes participaron el lunes 14 en una Misa de "preparación" del Jubileo celebrada por el obispo de Merlo-Morón, Monseñor Fernando Bargalló, responsable de la Pastoral Juvenil del Episcopado argentino.

Los jóvenes "creemos que todo se puede cambiar", dijo Ernesto Frecchetto, de 20 años, que forma parte de un nutrido grupo de jóvenes de Mendoza. Junto a él, Ivana Fernández, de 23 años, señala que "esta experiencia nos cambia, nos mejora, nos invita a hacer una historia nueva de fraternidad y de valores espirituales".

Según Mons. Bargalló, el entusiasmo que el Pontífice despierta en los jóvenes argentinos y de todo el mundo, se debe a que "el Papa no hace demagogia con los jóvenes, no se las pinta fácil. Juan Pablo II prende entre los jóvenes por la coherencia de su fe: él señala la exigencia del Evangelio".

 

La delegación argentina despliega gran organización y entusiasmo

VATICANO, 16 Ago. 00 (ACI).- La delegación de jóvenes argentinos, una de las más numerosas de América Latina, llegó a Roma organizada en casi un centenar de grupos diversos que rápidamente convirtieron la Iglesia Nacional Argentina de Roma en su centro de coordinación.

Cientos de jóvenes participaron el lunes 14 en una Misa de "preparación" del Jubileo celebrada por el obispo de Merlo-Morón, Monseñor Fernando Bargalló, responsable de la Pastoral Juvenil del Episcopado argentino.

Los jóvenes "creemos que todo se puede cambiar", dijo Ernesto Frecchetto, de 20 años, que forma parte de un nutrido grupo de jóvenes de Mendoza. Junto a él, Ivana Fernández, de 23 años, señala que "esta experiencia nos cambia, nos mejora, nos invita a hacer una historia nueva de fraternidad y de valores espirituales".

Según Mons. Bargalló, el entusiasmo que el Pontífice despierta en los jóvenes argentinos y de todo el mundo, se debe a que "el Papa no hace demagogia con los jóvenes, no se las pinta fácil. Juan Pablo II prende entre los jóvenes por la coherencia de su fe: él señala la exigencia del Evangelio".