VATICANO, 19 Ago. 00 (ACI).- En medio de la multitud de más de dos millones de jóvenes que expresaban su fe con cantos y cariñosos saludos, el Papa Juan Pablo II dio inicio a la Vigilia central que se llevó a cabo en el campo de Tor Vergata por la XV Jornada Mundial de la Juventud.

Con la mirada puesta en los miles de rostros jóvenes que lo aclamaban, el Santo Padre recorrió durante casi una hora el inmenso campo para saludar a los participantes provenientes de más de 136 países de todo el mundo, y mientras todos levantaban sus manos para hacerle llegar su saludo, el Papa les daba la bendición.

Luego de su recorrido, el Pontífice subió en ascensor al enorme estrado en el que presidiría la ceremonia, la que comenzó con una pequeña oración y saludo a todos los presentes. Luego del saludo, el Papa se sentó para escuchar los mensajes de bienvenida que cinco representantes le dirigieron en varios idiomas, los cuales fueron interrumpidos por las demostraciones de alegría y entusiasmo de los jóvenes que no cesaban de pronunciar barras y cantos, los cuales el Papa acompañaba con un notorio movimiento de manos.

Terminados los saludos, se llevó hasta un lugar privilegiado del estrado, en medio de un canto, una imagen de la Virgen María como símbolo de su presencia activa en medio de los jóvenes.

Luego se inició una impresionante liturgia en la que numerosos jóvenes caminaron por el medio del lugar cargando unas pequeñas antorchas con fuego que simbolizaban a los principales mártires de la Iglesia, que incluían a Santa Benedicta de la Cruz y a San Maximiliano Kolbe, muertos en el campo de concentración de Auschwitz en 1942. Los jóvenes se reunieron a un lado del estrado mientras las imágenes de los mártires aparecían en la enorme pared que levanta una cruz de más de 35 metros.

Así continuaron las diversas manifestaciones de fe y entusiasmo que marcaron el inicio de la Vigilia, la cual tuvo como momento central las intensas palabras del Santo Padre.