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La Responsabilidad Social Empresarial del Siglo XXI

En los seis años que se ha venido difundiendo e implantando La Norma CRESE en las empresas hemos encontrado que son todavía muy pocos quienes advierten el beneficio tan grande que la Responsabilidad Social Empresarial Centrada en la Persona le puede dar a las empresas y sociedad.

No me refiero a una Responsabilidad Social Empresarial (RSE) que se agote con el cuidado del medio ambiente o la ayuda a la comunidad. Nos referimos a una RSE que inicia con el pago de salarios justos y que concluye modificando la visión del trabajo y de la persona en las empresas, de una visión materialista que se vale de la persona como un medio para conseguir sus fines a una visión humanista que considera la Función Social de la empresa y que pone a la persona en el centro de su actividad mediante la implantación y difusión de prácticas y programas que promueven su Desarrollo Humano Integral y Solidario.

Es hora de pasar de la indiferencia a la promoción activa de la RSE Congruente y Centrada en la Persona. Es mundial la propuesta de la ONU del Pacto Global y la de la OIT sobre el Trabajo Decente . No nos podremos mantener alejados de este tema por mucho tiempo y si bien lo que proponen algunos organismos internacionales no es todavía todo a lo que la RSE puede aspirar, este es un indicador seguro de hacia donde se dirige la humanidad.

Se propone una RSE que conozca y respete a la Persona y que promueva, en la medida de lo posible, todos los bienes fundamentales y excelentes que requiere para desarrollarse y realizarse, por ejemplo, bienes materiales (salarios justos), biológicos (seguridad y salud), cognoscitivos (capacitación, preparación académica), estéticos (orden, limpieza, belleza de las instalaciones), emocionales (autoridad con responsabilidad, conocimiento y dominio de si mismo), sociales (solidaridad, ayuda a la comunidad, trabajo en equipo), morales (conocimiento, práctica y difusión virtudes, hábitos buenos) y espirituales (trabajo como servicio a los demás, fe razonada, trascendencia del trabajo).

Esta claro que las empresas no son las responsables directas del desarrollo integral y solidario de cada persona, esto le corresponde a cada quien; en todo caso la empresa solo puede promoverlo, sin embargo, sí debe asegurarse de no ser un obstáculo.

La RSE no es un costo. El costo se paga cuando no se conoce y respeta a la Persona en su dignidad e integridad física y espiritual, individual, familiar y social.

Una alternativa de solución la da la Norma CRESE, RSE que cumple con las 5 C´s de la RSE: Centrada en la Persona y en su desarrollo humano integral y solidario, Cimentada en Principios Éticos Universales, Congruente, Creíble y Con Impacto real y medible.

Artículo elaborado por Luis Eduardo Olivera Martínez de Castro.
Director de Empresa Responsable AC.
22 de julio de 2012 (revisión al artículo publicado el 22 de octubre de 2010).

 
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