San Juan de Brébeuf, San Isaac Jogues, Presbíteros y Mártires, y Compañeros (Memoria)

octubre 19, 2015

Color: Rojo

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Romanos 4:20-25

    20Ante la promesa de Dios no titubeó con incredulidad, sino que fue fortalecido por la fe, dando gloria a Dios,
    21plenamente convencido de que Él es poderoso para cumplir lo que había prometido.
    22Por esto también se le contó como justicia.
    23Ahora bien, no se escribió sólo por él que se le contó como justicia,
    24sino también por nosotros, a quienes nos será tenido en cuenta; nosotros que creemos en Aquel que resucitó a Jesús nuestro Señor de entre los muertos,
    25el cual fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.

  • Salmo Responsorial

    Lucas 1:69-75

    69y ha suscitado para nosotros el poder salvador
    en la casa de David su siervo,
    70como lo había anunciado desde antiguo
    por boca de sus santos profetas;
    71para salvarnos de nuestros enemigos
    y de la mano de cuantos nos odian:
    72ejerciendo su misericordia con nuestros padres,
    y acordándose de su santa alianza,
    73y del juramento que hizo a Abrahán,
    nuestro padre,
    74para concedernos
    que, libres de la mano de los enemigos, le sirvamos sin temor,
    75con santidad y justicia en su presencia
    todos los días de nuestra vida.

  • Evangelio

    Lucas 12:13-21

    13Uno de entre la multitud le dijo:
    —Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.
    14Pero él le respondió:
    —Hombre, ¿quién me ha constituido juez o encargado de repartir entre vosotros?
    15Y añadió:
    —Estad alerta y guardaos de toda avaricia; porque aunque alguien tenga abundancia de bienes, su vida no depende de lo que posee.
    16Y les propuso una parábola diciendo:
    —Las tierras de cierto hombre rico dieron mucho fruto.
    17Y se puso a pensar para sus adentros: «¿Qué puedo hacer, ya que no tengo dónde guardar mi cosecha?»
    18Y se dijo: «Esto haré: voy a destruir mis graneros, y construiré otros mayores, y allí guardaré todo mi trigo y mis bienes.
    19Entonces le diré a mi alma: “Alma, ya tienes muchos bienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, pásalo bien”».
    20Pero Dios le dijo: «Insensato, esta misma noche te van a reclamar el alma; lo que has preparado, ¿para quién será?»
    21Así ocurre al que atesora para sí y no es rico ante Dios.

  • Primera Lectura

    2 Corintios 4:7-15

    7Pero llevamos este tesoro en vasos de barro, para que se reconozca que la sobreabundancia del poder es de Dios y que no proviene de nosotros:
    8en todo atribulados, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados;
    9perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados,
    10llevando siempre en nuestro cuerpo el morir de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
    11Porque nosotros, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
    12De manera que en nosotros actúe la muerte, y en vosotros la vida.
    13Pero teniendo el mismo espíritu de fe —según lo que está escrito: Creí, por eso hablé—, también nosotros creemos, y por eso hablamos,
    14sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará con Jesús y nos pondrá a su lado con vosotros.
    15Porque todo es para vuestro bien, a fin de que la gracia, multiplicada a través de muchos, haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 126:1-6

    1Canto de las subidas.
    Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar.
    2Se nos llenaba de risas la boca,
    la lengua, de cantares de alegría. Entonces se decía entre las naciones: «El Señor ha hecho con ellos cosas grandes».
    3El Señor ha hecho con nosotros cosas grandes:
    estamos llenos de alegría.
    4Haz volver, Señor, a nuestros cautivos
    como los torrentes del Négueb.
    5Los que siembran con lágrimas
    cosechan entre cantares de alegría.
    6Al marchar iban llorando,
    llevando las semillas. Al volver vienen cantando, trayendo sus gavillas. 

  • Evangelio

    Mateo 28:16-20

    16Los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
    17Y en cuanto le vieron le adoraron; pero otros dudaron.
    18Y Jesús se acercó y les dijo:
    —Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra.
    19Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;
    20y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.