San Augustine, Obispo, Doctor de la Iglesia (Memoria)

agosto 28, 2014

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    1 Corintios 1:1-9

    1Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano,
    2a la Iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, y a todos los que invocan en todo lugar el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor suyo y nuestro:
    3gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
    4Doy continuamente gracias a mi Dios por vosotros, a causa de la gracia de Dios que os ha sido concedida en Cristo Jesús,
    5porque en él fuisteis enriquecidos en todo: en toda palabra y en toda ciencia,
    6de modo que el testimonio de Cristo se ha confirmado en vosotros,
    7y así no os falta ningún don, mientras esperáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
    8Él os confirmará hasta el final, para que seáis hallados irreprochables el día de nuestro Señor Jesucristo.
    9Fiel es Dios, por quien fuisteis llamados a la unión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 145:2-7

    2(Bet) Cada día te bendeciré
    y alabaré tu Nombre por siempre sin fin.
    3(Guímel) Grande es el Señor y digno de toda alabanza,
    su grandeza es insondable.
    4(Dálet) Una generación a otra encomia tus obras
    y pregona tus proezas.
    5(He) Comentan el esplendor de tu gloriosa majestad
    y narran tus obras maravillosas.
    6(Vav) Hablan del poder de tus prodigios
    y proclaman tus maravillas.
    7(Záin) Difunden la memoria de tu inmensa bondad
    y aclaman tu justicia.

  • Evangelio

    Mateo 24:42-51

    42»Por eso: velad, porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor.
    43Sabed esto: si el dueño de la casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, estaría ciertamente velando y no dejaría que se horadase su casa.
    44Por tanto, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis vendrá el Hijo del Hombre.
    45»¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el amo puso al frente de la servidumbre, para darles el alimento a la hora debida?
    46Dichoso aquel siervo a quien su amo cuando vuelva encuentre obrando así.
    47En verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda.
    48Pero si ese siervo fuese malo y dijera en sus adentros: «Mi amo tarda»,
    49y comenzase a golpear a sus compañeros y a comer y beber con los borrachos,
    50llegará el amo de aquel siervo el día menos pensado, a una hora imprevista,
    51lo castigará duramente y le dará el pago de los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.

  • Primera Lectura

    1 Juan 4:7-16

    7Queridísimos: amémonos unos a otros, porque el amor procede de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios, y conoce a Dios.
    8El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor.
    9En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios: en que Dios envió a su Hijo Unigénito al mundo para que recibiéramos por él la vida.
    10En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
    11Queridísimos: si Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
    12A Dios nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor alcanza en nosotros su perfección.
    13En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros: en que nos ha hecho participar de su Espíritu.
    14Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo.
    15Si alguien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
    16Y nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 119:9-14

    9(Bet) ¿Cómo podrá un joven mantener limpio su sendero?
    Guardando tus palabras.
    10Con todo el corazón te busco;
    no permitas que me desvíe de tus mandamientos.
    11En mi corazón he guardado tus palabras
    para no pecar contra ti.
    12Bendito eres, Señor,
    enséñame tus preceptos.
    13Con mis labios proclamo
    todas las normas de tu boca.
    14En el camino de tus preceptos me deleito
    más que en todas las riquezas.

  • Evangelio

    Mateo 23:8-12

    8Vosotros, al contrario, no os hagáis llamar rabbí, porque sólo uno es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
    9No llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque sólo uno es vuestro Padre, el celestial.
    10Tampoco os dejéis llamar doctores, porque vuestro doctor es uno sólo: Cristo.
    11Que el mayor entre vosotros sea vuestro servidor.
    12El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.