Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Efesios 2:12-22
12vivíais entonces sin Cristo, erais ajenos a la ciudadanía de Israel, extraños a las alianzas de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.13Ahora, sin embargo, por Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo.14En efecto, él es nuestra paz: el que hizo de los dos pueblos uno solo y derribó el muro de la separación, la enemistad,15anulando en su carne la ley decretada en los mandamientos. De ese modo creó en sí mismo de los dos un hombre nuevo, estableciendo la paz16y reconciliando a ambos con Dios en un solo cuerpo, por medio de la cruz, dando muerte en sí mismo a la enemistad.17Y en su venida os anunció la paz a vosotros, que estabais lejos, y también la paz a los de cerca,18pues por él unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu.19Por lo tanto, ya no sois extraños y advenedizos sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios,20edificados sobre el cimiento de los apóstoles y los profetas, siendo piedra angular el mismo Cristo Jesús,21sobre quien toda la edificación se alza bien compacta para ser templo santo en el Señor,22en quien también vosotros entráis a formar parte del edificio para ser morada de Dios por el Espíritu. -
Salmo Responsorial
Salmo 85:9-14
9Escucharé lo que dice Dios:
el Señor anuncia la paz a su pueblo y a sus fieles, con tal de que no retornen a la necedad.10En verdad, ya está cerca la salvación
para los que le temen, para que en nuestra tierra habite la Gloria.11Misericordia y fidelidad se encontrarán,
justicia y paz se besarán.12De la tierra germinará la fidelidad,
desde los cielos despuntará la justicia.13Porque el Señor otorgará bienes,
y nuestra tierra producirá sus frutos.14Ante Él marchará la justicia,
y sus pasos abrirán camino. -
Evangelio
Lucas 12:35-38
35»Tened ceñidas vuestras cinturas y encendidas las lámparas,36y estad como quienes aguardan a su amo cuando vuelve de las nupcias, para abrirle al instante en cuanto venga y llame.37Dichosos aquellos siervos a los que al volver su amo los encuentre vigilando. En verdad os digo que se ceñirá la cintura, les hará sentar a la mesa y acercándose les servirá.38Y si viniese en la segunda vigilia o en la tercera, y los encontrase así, dichosos ellos.

