San Ignacio de Antioquía, Obispo, Mártir (Memoria)

octubre 17, 2014

Color: Rojo

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Efesios 1:11-14

    11por quien también fuimos constituidos herederos, predestinados según el designio de quien realiza todo con arreglo al consejo de su voluntad,
    12para que nosotros, los que antes habíamos esperado en el Mesías, sirvamos para alabanza de su gloria.
    13Por él también vosotros, una vez oída la palabra de la verdad —el Evangelio de nuestra salvación—, al haber creído, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido,
    14que es prenda de nuestra herencia, para redención de los que ha hecho suyos, para alabanza de su gloria.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 33:1-2, 4-5, 12-13

    1Aclamad, justos, al Señor.
    La alabanza es propia de los rectos.
    2Alabad al Señor con la cítara,
    entonadle salmos con el arpa de diez cuerdas.
    4La palabra del Señor es recta,
    y hace con fidelidad todas sus obras.
    5Él ama la justicia y el derecho:
    la tierra está llena de su misericordia.
    12Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
    el pueblo que Él se eligió como heredad.
    13El Señor mira desde los cielos,
    ve a todos los hijos de Adán.

  • Evangelio

    Lucas 12:1-7

    1En esto, habiéndose reunido una muchedumbre de miles de personas, hasta atropellarse unos a otros, comenzó a decir sobre todo a sus discípulos:
    —Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
    2Nada hay oculto que no sea descubierto, ni secreto que no llegue a saberse.
    3Porque cuanto hayáis dicho en la oscuridad será escuchado a la luz; cuanto hayáis hablado al oído bajo techo será pregonado sobre los terrados.
    4»A vosotros, amigos míos, os digo: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo y después de esto no pueden hacer nada más.
    5Os enseñaré a quién tenéis que temer: temed al que después de dar muerte tiene potestad para arrojar en el infierno. Sí, os digo: temed a éste.
    6¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno solo de ellos queda olvidado ante Dios.
    7Aún más, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pajarillos.

  • Primera Lectura

    Filipenses 3:17--4:1

    3
    17Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en los que caminan según el modelo que tenéis en nosotros.
    18Porque muchos —esos de quienes con frecuencia os hablaba y os hablo ahora llorando— se comportan como enemigos de la cruz de Cristo:
    19su fin es la perdición, su dios el vientre, y su gloria la propia vergüenza, porque ponen el corazón en las cosas terrenas.
    20Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo,
    21el cual transformará nuestro cuerpo vil en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas.
    4
    1Por tanto, hermanos míos muy queridos y añorados, mi gozo y mi corona, ¡permaneced así, queridísimos míos, firmes en el Señor!

  • Salmo Responsorial

    Salmo 34:2-9

    2(Alef) Bendigo al Señor en todo tiempo;
    su alabanza está en mi boca de continuo.
    3(Bet) Mi alma se gloría en el Señor;
    que lo escuchen los humildes y se alegren.
    4(Guímel) Engrandeced conmigo al Señor;
    ensalcemos juntos su Nombre.
    5(Dálet) Busqué al Señor y me ha escuchado,
    me ha librado de todos mis temores.
    6(He) Miradle y brillaréis de gozo,
    vuestros rostros no se avergonzarán.
    7(Záin) Cuando el pobre invoca, el Señor le escucha,
    y lo salva de todas sus angustias.
    8(Het) El ángel del Señor se sitúa
    alrededor de los que le temen para librarlos.
    9(Tet) Gustad y ved qué bueno es el Señor,
    dichoso el hombre que se refugia en Él.

  • Evangelio

    Juan 12:24-26

    24En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no muere al caer en tierra, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto.
    25El que ama su vida la perderá, y el que aborrece su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna.
    26Si alguien me sirve, que me siga, y donde yo estoy allí estará también mi servidor. Si alguien me sirve, el Padre le honrará.