San Pío de Pietrelcina, Presbítero (Memoria)

septiembre 23, 2026

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Proverbios 30:5-9

    5Toda palabra de Dios es acrisolada,
    es un escudo para los que se refugian en Él.
    6Nada añadas a sus palabras,
    no sea que te reprenda y quedes como mentiroso.
    7Dos cosas pido de ti,
    no me las niegues antes de que me muera:
    8aleja de mí vanidad y mentira,
    no me des miseria ni riqueza, concédeme el pan necesario,
    9no sea que me sacie y te niegue
    y llegue a decir: «¿Quién es el Señor?», o no sea que me empobrezca y robe y profane el Nombre de mi Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 119:29, 72, 89, 101, 104, 163

    29Aparta de mí el camino falso,
    y dame la gracia de tu Ley.
    72Mejor es para mí la Ley de tu boca
    que montones de oro y plata.
    89(Lámed) Eterna es tu palabra, Señor,
    estable en los cielos.
    101Mis pies aparto de toda senda mala,
    para observar tu palabra.
    104De tus decretos recibo inteligencia,
    por eso he detestado toda senda falsa.
    163Odio y detesto la mentira,
    amo tu Ley.

  • Evangelio

    Lucas 9:1-6

    1Convocó a los doce y les dio poder y potestad sobre todos los demonios, y para curar enfermedades.
    2Los envió a predicar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos.
    3Y les dijo:
    —No llevéis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tengáis dos túnicas.
    4En cualquier casa que entréis, quedaos allí hasta que de allí os vayáis.
    5Y si nadie os acoge, al salir de aquella ciudad, sacudíos el polvo de los pies en testimonio contra ellos.
    6Se marcharon y pasaban por las aldeas evangelizando y curando por todas partes.

  • Primera Lectura

    Gálatas 2:19-20

    19Porque yo por la Ley he muerto a la Ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy crucificado:
    20vivo, pero ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y la vida que vivo ahora en la carne la vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 128:1-5

    1Canto de las subidas.
    Dichoso el que teme al Señor y anda por sus caminos.
    2Del trabajo de tus manos comerás;
    serás dichoso, y te irá bien.
    3Tu mujer será como viña fecunda
    paredes adentro de tu casa. Tus hijos, como brotes de olivos, en torno a tu mesa.
    4Pues así es bendecido
    el hombre que teme al Señor.
    5Que el Señor te bendiga desde Sión.
    Que veas el bienestar de Jerusalén todos los días de tu vida.

  • Evangelio

    Mateo 16:24-27

    24Entonces les dijo Jesús a sus discípulos:
    —Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga.
    25Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará.
    26»Porque, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?, o ¿qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
    27Porque el Hijo del Hombre va a venir en la gloria de su Padre acompañado de sus ángeles, y entonces retribuirá a cada uno según su conducta.