Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Eclesiástico 17:1-15
1Así actuará el que teme al Señor;
y quien se aferra a la Ley alcanzará la sabiduría.2Ella le saldrá al encuentro como una madre respetable,
le recibirá como una esposa virgen.3Le alimentará con el pan de vida y de inteligencia,
y le dará a beber el agua de la sabiduría. Se apoyará en ella y no vacilará,4confiará en ella y no quedará avergonzado.
Ella le encumbrará por encima de sus prójimos,5y en medio de la asamblea le hará abrir su boca,
le llenará de espíritu de sabiduría y de inteligencia y le cubrirá de un manto de gloria.6Le colmará de alegría y de corona de gozo,
y heredará un renombre eterno.7Los insensatos nunca la alcanzarán,
pero los sensatos le saldrán al encuentro; los pecadores no la contemplarán jamás. Está lejos de la soberbia y del dolo:8los mentirosos no se acuerdan de ella,
pero los hombres veraces la encontrarán, y tendrán éxito cuando los visite el Señor.9La alabanza no es adecuada en boca de pecador,10porque el Señor no se la concedió:
la alabanza de Dios se ha de proclamar con sabiduría, en la boca del sabio se pronuncia la alabanza, y es el Señor quien la guía.11No digas: «Me aparté por causa del Señor»,
porque lo que Él detesta, Él no lo hace.12No digas: «Él me extravió»,
pues Él no necesita de hombres pecadores.13El Señor odia toda abominación,
y tampoco es querida por los que le temen. -
Salmo Responsorial
Salmo 103:13-18
13Como se apiada un padre de sus hijos,
así el Señor tiene piedad de los que le temen.14Pues Él conoce de qué estamos hechos,
recuerda que somos polvo.15¡El hombre! Como el heno son sus días:
florece como flor silvestre;16sobre él pasa el viento y no subsiste,
ni se reconoce más su sitio.17Pero la misericordia del Señor dura desde siempre
y para siempre con los que le temen; y su justicia, con los hijos de los hijos,18con los que guardan su alianza
y recuerdan sus mandatos y los cumplen. -
Evangelio
Marcos 10:13-16
13Le presentaban unos niños para que los tomara en sus brazos; pero los discípulos les reñían.14Al verlo Jesús se enfadó y les dijo:
—Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios.15En verdad os digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño no entrará en él.16Y abrazándolos, los bendecía imponiéndoles las manos.

