VI Día de la Octava de Navidad

diciembre 30, 2024

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    1 Juan 2:12-17

    12Os escribo a vosotros, hijos, porque por su nombre se os han perdonado los pecados.
    13Os escribo a vosotros, padres, porque habéis conocido al que existe desde el principio.
    Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno.
    14Os he escrito a vosotros, niños, porque habéis conocido al Padre.
    Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que existe desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al Maligno.
    15No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
    16Porque todo lo que hay en el mundo —la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la arrogancia de los bienes terrenos— no procede del Padre, sino del mundo.
    17Y el mundo es pasajero, y también sus concupiscencias; pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 96:7-10

    7Rendid al Señor, familias de los pueblos,
    rendid al Señor gloria y poder.
    8Rendid al Señor la gloria de su Nombre.
    Llevad ofrendas, entrad en sus atrios.
    9Postraos ante el Señor en su atrio santo,
    temblad en su presencia, tierra entera.
    10Decid a las naciones: «El Señor reina.
    Él afianza el orbe, y no vacilará. Él juzga a los pueblos con rectitud».

  • Evangelio

    Lucas 2:36-40

    36Vivía entonces una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era de edad muy avanzada, había vivido con su marido siete años de casada
    37y había permanecido viuda hasta los ochenta y cuatro años, sin apartarse del Templo, sirviendo con ayunos y oraciones noche y día.
    38Y llegando en aquel mismo momento, alababa a Dios y hablaba de él a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
    39Cuando cumplieron todas las cosas mandadas en la Ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
    40El niño iba creciendo y fortaleciéndose lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba en él.