Sábado Memoria de la Santísima Virgen María

enero 27, 2024

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    2 Samuel 12:1-7, 10-17

    1El Señor envió a Natán ante David y cuando llegó a su presencia le dijo:
    —Había dos hombres en una ciudad, uno rico y otro pobre.
    2El rico tenía ovejas y bueyes en abundancia.
    3El pobre no tenía más que una corderilla que había comprado y criado; crecía junto a él y con sus hijos, comiendo de su mismo pan, bebiendo de su mismo vaso y durmiendo en su regazo. Era para él como una hija.
    4Vino una vez un huésped a casa del rico y le dio pena tomar una de sus ovejas o de sus vacas para honrar al recién llegado; así que robó la corderilla al hombre pobre y se la preparó al viajero.
    5Se encendió la ira de David contra aquel hombre y dijo a Natán:
    —Vive el Señor, que el que haya hecho tal cosa es reo de muerte;
    6y por haber actuado de esa manera, sin tener compasión, habrá de pagar cuatro veces por la corderilla.
    7Dijo entonces Natán a David:
    —Tú eres ese hombre. Así dice el Señor, Dios de Israel: «Yo te he ungido como rey de Israel; Yo te he librado de la mano de Saúl;
    10Por todo esto, por haberme despreciado y haber tomado como esposa la mujer de Urías, el hitita, la espada no se apartará nunca de tu casa».
    11Así dice el Señor: «Suscitaré el mal en tu casa; ante tus ojos te quitaré tus mujeres y se las daré a otro que dormirá con ellas a la luz del sol que vemos.
    12Tú lo has hecho en secreto. Yo lo haré a la vista de todo Israel y a la luz del sol».
    13David dijo a Natán:
    —He pecado contra el Señor. Natán le respondió: —El Señor ya ha perdonado tu pecado. No morirás.
    14Pero, por haber ofendido al Señor con esta acción, el hijo que te ha nacido morirá.
    15Y Natán se volvió a su casa.
    El Señor hirió al niño que la mujer de Urías le había dado a David, y cayó gravemente enfermo.
    16David rogó al Señor por el niño, ayunó y se encerró pasando las noches acostado en el suelo.
    17Los ancianos de su casa le insistían para que se levantara del suelo, pero él no quiso y no probó bocado con ellos.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 51:12-17

    12Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
    y renueva en mi interior un espíritu firme.
    13No me arrojes de tu presencia,
    ni me retires tu santo Espíritu.
    14Devuélveme el gozo de tu salvación
    y afírmame con un espíritu noble.
    15Enseñaré a los malvados tus caminos,
    y se convertirán a Ti los pecadores.
    16Líbrame de la sangre, Dios mío,
    Dios de mi salvación; mi lengua anunciará tu justicia.
    17Señor, abre mis labios
    y mi boca proclamará tu alabanza.

  • Evangelio

    Marcos 4:35-41

    35Aquel día, llegada la tarde, les dice:
    —Crucemos a la otra orilla.
    36Y, despidiendo a la muchedumbre, le llevaron en la barca tal como estaba. Y le acompañaban otras barcas.
    37Y se levantó una gran tempestad de viento, y las olas se echaban encima de la barca, hasta el punto de que la barca ya se inundaba.
    38Él estaba en la popa durmiendo sobre un cabezal. Entonces le despiertan, y le dicen:
    —Maestro, ¿no te importa que perezcamos?
    39Y, puesto en pie, increpó al viento y dijo al mar:
    —¡Calla, enmudece! Y se calmó el viento y sobrevino una gran calma.
    40Entonces les dijo:
    —¿Por qué os asustáis? ¿Todavía no tenéis fe?
    41Y se llenaron de gran temor y se decían unos a otros:
    —¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?