San Cornelio, Papa, Mártir y San Cipriano, Obispo, Mártir (Memoria)

septiembre 16, 2023

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Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    1 Timoteo 1:15-17

    15Podéis estar seguros y aceptar plenamente esta verdad: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y de ellos el primero soy yo.
    16Pero por eso he alcanzado misericordia, para que yo fuera el primero en quien Cristo Jesús mostrase toda su longanimidad, y sirviera de ejemplo a quienes van a creer en él para llegar a la vida eterna.
    17Al rey de los siglos, al inmortal, invisible y único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 113:1-7

    1¡Aleluya!
    Alabad, siervos del Señor, alabad el Nombre del Señor.
    2Bendito sea el Nombre del Señor,
    ahora y por siempre, sin fin.
    3Desde la salida del sol hasta el ocaso,
    alabado sea el Nombre del Señor.
    4Excelso sobre todas las naciones es el Señor,
    por encima de los cielos está su gloria.
    5¿Quién como el Señor, nuestro Dios,
    que se sienta en las alturas,
    6y se abaja para mirar los cielos y la tierra?
    7Él levanta del polvo al indigente,
    y del estiércol hace subir al mísero,

  • Evangelio

    Lucas 6:43-49

    43»Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni tampoco árbol malo que dé buen fruto.
    44Pues cada árbol se conoce por su fruto; no se recogen higos de los espinos, ni se vendimian uvas del zarzal.
    45El hombre bueno del buen tesoro de su corazón saca lo bueno, y el malo de su mal saca lo malo: porque de la abundancia del corazón habla su boca.
    46»¿Por qué me llamáis: «Señor, Señor», y no hacéis lo que digo?
    47Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las pone en práctica, os diré a quién se parece.
    48Se parece a un hombre que, al edificar una casa, cavó muy hondo y puso los cimientos sobre la roca. Al venir una inundación, el río rompió contra aquella casa, y no pudo derribarla porque estaba bien edificada.
    49»El que oye y no pone en práctica se parece a un hombre que edificó su casa sobre la tierra sin cimientos; rompió contra ella el río y enseguida se derrumbó, y fue tremenda la ruina de aquella casa.

  • Primera Lectura

    2 Corintios 4:7-15

    7Pero llevamos este tesoro en vasos de barro, para que se reconozca que la sobreabundancia del poder es de Dios y que no proviene de nosotros:
    8en todo atribulados, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados;
    9perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados,
    10llevando siempre en nuestro cuerpo el morir de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
    11Porque nosotros, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
    12De manera que en nosotros actúe la muerte, y en vosotros la vida.
    13Pero teniendo el mismo espíritu de fe —según lo que está escrito: Creí, por eso hablé—, también nosotros creemos, y por eso hablamos,
    14sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará con Jesús y nos pondrá a su lado con vosotros.
    15Porque todo es para vuestro bien, a fin de que la gracia, multiplicada a través de muchos, haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 126:1-6

    1Canto de las subidas.
    Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar.
    2Se nos llenaba de risas la boca,
    la lengua, de cantares de alegría. Entonces se decía entre las naciones: «El Señor ha hecho con ellos cosas grandes».
    3El Señor ha hecho con nosotros cosas grandes:
    estamos llenos de alegría.
    4Haz volver, Señor, a nuestros cautivos
    como los torrentes del Négueb.
    5Los que siembran con lágrimas
    cosechan entre cantares de alegría.
    6Al marchar iban llorando,
    llevando las semillas. Al volver vienen cantando, trayendo sus gavillas. 

  • Evangelio

    Juan 17:11-19

    11»Ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo y yo voy a Ti. Padre Santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado, para que sean uno como nosotros.
    12Cuando estaba con ellos yo los guardaba en tu nombre. He guardado a los que me diste y ninguno de ellos se ha perdido, excepto el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura.
    13Pero ahora voy a Ti y digo estas cosas en el mundo, para que tengan mi alegría completa en sí mismos.
    14»Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, lo mismo que yo no soy del mundo.
    15No pido que los saques del mundo, sino que los guardes del Maligno.
    16No son del mundo lo mismo que yo no soy del mundo.
    17Santifícalos en la verdad: tu palabra es la verdad.
    18Lo mismo que Tú me enviaste al mundo, así los he enviado yo al mundo.
    19Por ellos yo me santifico, para que también ellos sean santificados en la verdad.