Lecturas diarias:
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Primera Lectura
1 Juan 1:5--2:2
15Éste es el mensaje que le hemos oído y que os anunciamos: Dios es luz y no hay en Él tinieblas de ninguna clase.6Si decimos que estamos en comunión con Él y sin embargo caminamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad.7En cambio, si caminamos en la luz, del mismo modo que Él está en la luz, entonces estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.8Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.9Si confesamos nuestros pecados, fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda iniquidad.10Si decimos que no hemos pecado, le hacemos mentiroso, y su palabra no está en nosotros.21Hijos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos un abogado ante el Padre: Jesucristo, el Justo.2Él es la víctima propiciatoria por nuestros pecados; y no sólo por los nuestros, sino por los de todo el mundo. -
Salmo Responsorial
Salmo 124:2-5, 7-8
2si el Señor no hubiera estado a favor nuestro
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,3nos habrían tragado vivos
en el ardor de su ira;4nos habrían arrastrado las aguas,
el torrente nos habría sumergido;5nos habrían sumergido las aguas impetuosas.7Nuestra alma, como un pájaro,
se escapó del lazo de los cazadores: el lazo se rompió y nosotros escapamos.8Nuestro auxilio es el Nombre del Señor,
el que hizo cielo y tierra. -
Evangelio
Mateo 2:13-18
13Cuando se marcharon, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo:
—Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.14Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre y huyó a Egipto.15Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta:
De Egipto llamé a mi hijo.16Entonces, Herodes, al ver que los Magos le habían engañado, se irritó mucho y mandó matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca, de dos años para abajo, con arreglo al tiempo que cuidadosamente había averiguado de los Magos.17Se cumplió entonces lo dicho por medio del profeta Jeremías:18Una voz se oyó en Ramá,
llanto y lamento grande: es Raquel que llora por sus hijos, y no admite consuelo, porque ya no existen.