Lecturas diarias:
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Primera Lectura
El Cantar de los Cantares 2:8-14
8¡La voz de mi amado!
Ya está aquí, ya viene saltando por los montes, brincando por los cerros.9Mi amado parece una gacela,
un cervatillo. Vedle. Está detrás de nuestra tapia. Mira por las ventanas, atisba por las celosías.10Toma la palabra mi amado y me dice:
¡Levántate, ven, amada mía, hermosa mía, vente!11Que ya pasó el invierno,
las lluvias ya cesaron, se fueron.12Aparecieron los brotes en el campo,
ha llegado el tiempo de la poda, y el arrullo de la tórtola se escucha en nuestros campos.13La higuera comienza a madurar sus frutos,
las viñas en flor ya exhalan su fragancia. ¡Levántate, ven, amada mía, hermosa mía, vente!14Paloma mía,
en los huecos de las peñas, en los escondites de los riscos, muéstrame tu cara, hazme escuchar tu voz: porque tu voz es dulce, y tu cara muy bella.OR
Sofonías 3:14-18
14Canta de gozo, hija de Sión,
alborózate, Israel, alégrate y disfruta de todo corazón, hija de Jerusalén.15El Señor revocó tu sentencia,
echó afuera a tus enemigos; el Señor, Rey de Israel, está en medio de ti; no temerás más la desgracia.16Aquel día se dirá a Jerusalén:
«¡No temas, Sión, no desfallezcan tus manos!17El Señor, tu Dios,
está en medio de ti como poderoso Salvador. Él disfrutará de ti con alegría, te renovará su amor, se regocijará en ti con canto alegre,18como en los días de fiesta».
«Reuniré de ti a los que están en agobio para quitarles la deshonra. -
Salmo Responsorial
Salmo 33:2-3, 11-12, 20-21
2Alabad al Señor con la cítara,
entonadle salmos con el arpa de diez cuerdas.3Cantadle un cántico nuevo,
acompasadlo con sonidos de trompeta.11Pero el designio del Señor se mantiene eternamente,
los proyectos de su corazón, de generación en generación.12Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que Él se eligió como heredad.20Nuestra alma espera en el Señor,
Él es nuestro socorro y nuestro escudo;21en Él se alegra nuestro corazón,
en su santo Nombre confiamos. -
Evangelio
Lucas 1:39-45
39Por aquellos días, María se levantó y marchó deprisa a la montaña, a una ciudad de Judá;40y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.41Y cuando oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo;42y exclamando en voz alta, dijo:
—Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.43¿De dónde a mí tanto bien, que venga la madre de mi Señor a visitarme?44Pues en cuanto llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno;45y bienaventurada la que ha creído, porque se cumplirán las cosas que se le han dicho de parte del Señor.