Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Filipenses 3:17--4:1
317Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en los que caminan según el modelo que tenéis en nosotros.18Porque muchos —esos de quienes con frecuencia os hablaba y os hablo ahora llorando— se comportan como enemigos de la cruz de Cristo:19su fin es la perdición, su dios el vientre, y su gloria la propia vergüenza, porque ponen el corazón en las cosas terrenas.20Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo,21el cual transformará nuestro cuerpo vil en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas.41Por tanto, hermanos míos muy queridos y añorados, mi gozo y mi corona, ¡permaneced así, queridísimos míos, firmes en el Señor! -
Salmo Responsorial
Salmo 122:1-5
1Canto de las subidas. De David.
Qué alegría cuando me dijeron: «¡Vamos a la Casa del Señor!2Ya se han parado nuestros pies
a tus puertas, Jerusalén».3Jerusalén, bien cimentada,
ciudad sólida y unida.4Allí suben las tribus,
las tribus del Señor. Es un precepto de Israel, para alabar el Nombre del Señor.5Pues allí está la sede de justicia,
la sede de la casa de David. -
Evangelio
Lucas 16:1-8
1Decía también a los discípulos:
—Había un hombre rico que tenía un administrador, al que acusaron ante el amo de malversar la hacienda.2Le llamó y le dijo: «¿Qué es esto que oigo de ti? Dame cuentas de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando».3Y dijo para sí el administrador: «¿Qué voy a hacer, ya que mi señor me quita la administración? Cavar no puedo; mendigar me da vergüenza.4Ya sé lo que haré para que me reciban en sus casas cuando me despidan de la administración».5Y, convocando uno a uno a los deudores de su amo, le dijo al primero: «¿Cuánto debes a mi señor?»6Él respondió: «Cien medidas de aceite». Y le dijo: «Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta».7Después le dijo a otro: «¿Y tú cuánto debes?» Él respondió: «Cien cargas de trigo». Y le dijo: «Toma tu recibo y escribe ochenta».8El amo alabó al administrador infiel por haber actuado sagazmente; porque los hijos de este mundo son más sagaces en lo suyo que los hijos de la luz.
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Primera Lectura
Romanos 12:3-13
3Porque, en virtud de la gracia que me fue dada, os digo a cada uno de vosotros que no os estiméis en más de lo que conviene, sino que debéis teneros una sobria estima, según la medida de la fe que Dios ha otorgado a cada uno.4Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros tienen la misma función,5así nosotros, que somos muchos, formamos en Cristo un solo cuerpo, siendo todos miembros los unos de los otros.6Tenemos dones diferentes conforme a la gracia que se nos ha dado: si se trata de profecía, que sea de acuerdo con la fe,7y si se trata del ministerio, que sea sirviendo. Y si uno tiene que enseñar, que enseñe,8y si tiene que exhortar, que exhorte.
El que da, que dé con sencillez; el que preside, que lo haga con esmero; el que ejercita la misericordia, que lo haga con alegría.9Que la caridad esté libre de hipocresía, abominando el mal, adhiriéndoos al bien;10amándoos de corazón unos a otros con el amor fraterno, honrando cada uno a los otros más que a sí mismo;11diligentes en el deber, fervorosos en el espíritu, servidores del Señor;12alegres en la esperanza, pacientes en la tribulación; constantes en la oración;13compartiendo las necesidades de los santos, procurando practicar la hospitalidad. -
Salmo Responsorial
Salmo 89:2-5, 21-22, 25, 27
2Las misericordias del Señor cantaré eternamente;
de generación en generación anunciaré con mi boca tu fidelidad.3Pues he dicho:
«La misericordia está edificada para siempre; tu fidelidad está firme en los cielos».4«Una alianza sellé con mi elegido,
juré a David, mi siervo:5“Afirmaré tu descendencia para siempre,
construiré tu trono por todas las generaciones”». (Pausa)21He hallado a David, mi siervo,
lo he ungido con mi óleo santo.22Mi mano estará firme con él,
mi brazo le hará fuerte.25Con él estarán mi fidelidad y misericordia,
y en mi Nombre será exaltado su poder.27Él me invocará: “Tú eres mi Padre,
mi Dios, la Roca de mi salvación”. -
Evangelio
Juan 10:11-16
11»Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas.12El asalariado, el que no es pastor y al que no le pertenecen las ovejas, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye —y el lobo las arrebata y las dispersa—,13porque es asalariado y no le importan las ovejas.14Yo soy el buen pastor, conozco las mías y las mías me conocen.15Como el Padre me conoce a mí, así yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.16Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ésas también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño, con un solo pastor.

