Lecturas diarias:
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Primera Lectura
1 Reyes 19:9, 11-16
9Allí entró en una cueva donde pasó la noche. Entonces le llegó la palabra del Señor diciéndole:
—¿Qué te trae aquí Elías?11El ángel dijo:
—Sal y quédate en la montaña, delante del Señor. Entonces el Señor pasó y un viento fortísimo conmovió la montaña y partió las rocas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Detrás del viento, un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto.12Detrás del terremoto, un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Detrás del fuego, un susurro de brisa suave.13Cuando –Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto, salió y se detuvo a la puerta de la cueva. Entonces le llegó una voz que decía:
—¿Qué te trae aquí Elías?14Él contestó:
—Ardo de celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han roto tu alianza, han quebrantado tus preceptos y han hecho morir a espada a tus profetas. He quedado yo solo y me buscan para matarme.15El Señor le dijo:
—Anda, vuelve a hacer el camino a través del desierto hasta Damasco. Cuando llegues, ungirás a Jazael como rey de Siria,16y a Jehú, hijo de Nimsí, lo ungirás como rey de Israel; y a Eliseo, hijo de Safat, de Abel–Mejolá, lo ungirás profeta sucesor tuyo. -
Salmo Responsorial
Salmo 27:7-9, 13-14
7Escucha mi voz, Señor: yo te invoco;
ten piedad de mí, respóndeme.8De ti piensa mi corazón:
«Busca su rostro». Tu rostro, Señor, buscaré.9No me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo. Tú eres mi auxilio: no me rechaces, no me abandones, Dios de mi salvación.13Seguro estoy de ver la bondad del Señor
en la tierra de los vivos.14Espera en el Señor, sé recio,
que se reanime tu corazón. ¡Espera en el Señor! -
Evangelio
Mateo 5:27-32
27»Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio.28Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio en su corazón.29Si tu ojo derecho te escandaliza, arráncatelo y tíralo; porque más te vale que se pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.30Y si tu mano derecha te escandaliza, córtala y arrójala lejos de ti; porque más te vale que se pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo acabe en el infierno.31»Se dijo también: Cualquiera que repudie a su mujer, que le dé el libelo de repudio.32Pero yo os digo que todo el que repudia a su mujer —excepto en el caso de fornicación— la expone a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.