Santa Cecilia, Virgen, Mártir (Memoria)

noviembre 22, 2021

Color: Rojo

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Daniel 1:1-6, 8-20

    1El año tercero del reinado de Yoyaquim, rey de Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén y la sitió.
    2El Señor puso en sus manos a Yoyaquim, rey de Judá, y parte de los objetos del Templo. Nabucodonosor los llevó a Sinar, al templo de su dios, y depositó los objetos en la cámara del tesoro de su dios.
    3El rey ordenó a Aspenaz, capitán de sus guardias, traer a algunos israelitas de estirpe real y de familias nobles,
    4jóvenes que no tuviesen ningún defecto físico, de buen parecer, instruidos en toda clase de sabiduría, prudentes e inteligentes, que fuesen aptos para vivir en el palacio real, y que se les enseñase la escritura y la lengua de los caldeos.
    5El rey les asignó una ración diaria de la comida real y del vino que él bebía, para que fueran educados durante tres años y después estuvieran al servicio del rey.
    6Entre ellos había algunos judíos: Daniel, Ananías, Misael y Azarías.
    8Daniel se propuso en su corazón que no se iba a contaminar con la comida del rey ni con el vino que bebía, y pidió al capitán de los guardias no contaminarse.
    9Dios concedió a Daniel gracia y misericordia ante el capitán de los guardias.
    10El capitán de los guardias le dijo a Daniel:
    —Tengo miedo a mi señor, el rey, que ha asignado vuestra comida y vuestra bebida, porque, si ve vuestros rostros más macilentos que los de los jóvenes de vuestra edad, ponéis en peligro mi cabeza delante del rey.
    11Daniel le propuso al encargado que el capitán de los guardias había designado para Daniel, Ananías, Misael y Azarías:
    12—Por favor, pon a prueba a tus siervos durante diez días y que nos den legumbres para comer y agua para beber.
    13Que después examinen ante ti nuestro aspecto y el de los jóvenes que comen de la comida real, y según lo que veas actúa con tus siervos.
    14Él les aceptó esta propuesta y los puso a prueba durante diez días.
    15Al cabo de diez días ellos presentaban mejor aspecto y estaban más robustos que todos los jóvenes que comían la comida real.
    16Entonces el encargado se llevaba la comida y el vino que habían de beber, y les daba legumbres.
    17A aquellos cuatro jóvenes Dios les concedió inteligencia, comprensión de cualquier escritura y sabiduría; y Daniel entendía todas las visiones y sueños.
    18Pasados los días que había fijado el rey para que se los presentaran, el capitán de los guardias los llevó ante Nabucodonosor.
    19El rey habló con ellos y, de entre todos, no se encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, por lo que quedaron al servicio del rey.
    20En cuantos asuntos de sabiduría e inteligencia les consultó el rey, los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos que había en su reino.

  • Salmo Responsorial

    Daniel 3:52-56

    52—Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
    digno de alabanza y ensalzado por los siglos. Bendito el santo Nombre de tu gloria, muy digno de alabanza y ensalzado por los siglos.
    53Bendito eres en el Templo de tu santa gloria,
    muy digno de alabanza y glorioso por los siglos.
    54Bendito eres sobre el trono de tu reino:
    muy digno de alabanza y ensalzado por los siglos.
    55Bendito eres Tú, que sondeas los abismos sentado sobre querubines,
    digno de alabanza y ensalzado por los siglos.
    56Bendito eres en la bóveda del cielo,
    digno de alabanza y glorioso por los siglos.

  • Evangelio

    Lucas 21:1-4

    1Al levantar la vista, vio a unos ricos que echaban sus ofrendas en el gazofilacio.
    2Vio también a una viuda pobre que echaba allí dos monedas pequeñas,
    3y dijo:
    —En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos;
    4pues todos estos han echado como ofrenda algo de lo que les sobra, ella, en cambio, en su necesidad ha echado todo lo que tenía para su sustento.

  • Primera Lectura

    Oseas 2:16-17, 21-22

    16Por eso, Yo mismo la seduciré,
    la conduciré al desierto y le hablaré al corazón.
    17Y desde allí le daré sus viñas
    y el valle de Acor será puerta de esperanza; allí me responderá como en los días de su juventud, como el día que subió de la tierra de Egipto.
    21Te desposaré conmigo para siempre,
    te desposaré conmigo en justicia y derecho, en amor y misericordia.
    22Te desposaré conmigo en fidelidad,
    y conocerás al Señor.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 45:11-12, 14-17

    11Escucha, hija, y mira, presta tu oído,
    olvida tu pueblo y la casa de tu padre:
    12y el rey se prendará de tu belleza;
    él es tu señor, inclínate ante él.
    14Radiante de gloria, la hija del rey enjoyada
    —de brocados de oro es su vestido,
    15con bordados de colores—, es conducida ante el rey.
    Vírgenes, sus damas, forman su séquito, son conducidas ante ti;
    16son conducidas en medio de alegría y regocijo;
    entran en el palacio del rey.
    17En lugar de tus padres estarán tus hijos;
    los constituirás príncipes por toda la tierra.

  • Evangelio

    Mateo 25:1-13

    1»Entonces el Reino de los Cielos será como diez vírgenes, que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al esposo.
    2Cinco de ellas eran necias y cinco prudentes;
    3pero las necias, al tomar sus lámparas, no llevaron consigo aceite;
    4las prudentes, en cambio, junto con las lámparas llevaron aceite en sus alcuzas.
    5Como tardaba en venir el esposo, les entró sueño a todas y se durmieron.
    6A medianoche se oyó una voz: «¡Ya está aquí el esposo! ¡Salid a su encuentro!»
    7Entonces se levantaron todas aquellas vírgenes y aderezaron sus lámparas.
    8Y las necias les dijeron a las prudentes: «Dadnos aceite del vuestro porque nuestras lámparas se apagan».
    9Pero las prudentes les respondieron: «No, no sea que no alcance para nosotras y vosotras. Mejor es que vayáis a quienes lo venden y compréis para vosotras».
    10Mientras fueron a comprarlo vino el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas y se cerró la puerta.
    11Luego llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!»
    12Pero él les respondió: «En verdad os digo que no os conozco».
    13Por eso: velad, porque no sabéis el día ni la hora.