Beato Juan Duns Escoto, Presbítero (Memoria Libre)

noviembre 8, 2021

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Sabiduría 1:1-7

    1Amad la justicia, los que gobernáis la tierra, pensad con bondad en las cosas del Señor,
    y buscadle con sencillez de corazón.
    2Porque se deja hallar por los que no le tientan,
    se manifiesta a los que no le niegan su fe.
    3Pero los razonamientos retorcidos apartan de Dios,
    y su poder, puesto a prueba, recrimina a los insensatos.
    4La sabiduría no penetra en un alma maliciosa,
    ni habita en un cuerpo dominado por el pecado.
    5El espíritu santo, maestro, rehúye del engaño,
    se aleja de los razonamientos necios y será recriminado al sobrevenir la iniquidad.
    6La sabiduría es un espíritu que ama a los hombres,
    pero no dejará sin castigo al que blasfema con sus labios; porque Dios es testigo de sus interioridades, vigilante veraz de su corazón, y escucha su lengua.
    7El espíritu del Señor llena la tierra,
    y, al contener todas las cosas, conoce bien cualquier voz.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 139:1-10

    1Al maestro de coro. De David. Salmo.
    Señor, Tú me examinas y me conoces.
    2Tú sabes cuándo me siento y me levanto.
    Penetras desde lejos mis pensamientos.
    3Camine o descanse, Tú lo adviertes;
    todas mis sendas te son familiares.
    4Pues aún no está una palabra en mi lengua,
    y ya, Señor, la conoces toda.
    5Me aprietas por detrás y por delante,
    en mí tienes puesta tu mano.
    6Misterioso es para mí este saber;
    demasiado elevado, no puedo alcanzarlo.
    7¿Adónde alejarme de tu espíritu?
    ¿Adónde huir de tu presencia?
    8Si subo al cielo, allí estás Tú;
    si bajo hasta el sheol, allí te encuentras.
    9Si monto en las alas de la aurora
    y habito en los confines del mar,
    10también allí me guiará tu mano,
    me sujetará tu diestra.

  • Evangelio

    Lucas 17:1-6

    1Les dijo a sus discípulos:
    —Es imposible que no vengan los escándalos; pero, ¡ay de aquel por quien vienen!
    2Más le valdría que le ajustaran al cuello una piedra de molino y que le arrojaran al mar, que escandalizar a uno de esos pequeños:
    3andaos con cuidado.
    »Si tu hermano peca, repréndele; y, si se arrepiente, perdónale.
    4Y si peca siete veces al día contra ti, y siete veces vuelve a ti, diciendo: «Me arrepiento», le perdonarás.
    5Los apóstoles le dijeron al Señor:
    —Auméntanos la fe.
    6Respondió el Señor:
    —Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a esta morera: arráncate y plántate en el mar, y os obedecería.