Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Deuteronomio 18:15-20
15»Pues el Señor, tu Dios, suscitará de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo; a él habéis de escuchar.16Así lo pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: «No quiero seguir oyendo la voz del Señor, mi Dios, ni ver más este gran fuego, no vaya a morir».17Y el Señor me dijo: «Está bien lo que han dicho.18Les suscitaré un profeta como tú de entre sus hermanos; y pondré mis palabras en su boca; él les hablará cuanto yo le ordene.19Si alguno no escucha las palabras que hablará en mi nombre, yo le pediré cuentas.20»Pero el profeta que ose pronunciar en mi nombre una palabra que no le haya mandado decir, y el que hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá». -
Salmo Responsorial
Salmo 95:1-2, 6-9
1¡Venid!, cantemos jubilosos al Señor,
aclamemos a la Roca de nuestra salvación.2Vayamos a su presencia con acción de gracias,
aclamémosle con salmos.6Venid, adoremos y postrémonos,
pongámonos de hinojos ante el Señor, nuestro Hacedor.7Pues Él es nuestro Dios,
y nosotros el pueblo que Él apacienta, las ovejas que Él cuida. ¡Ojalá escuchéis hoy su voz!8No endurezcáis vuestro corazón como en Meribá,
como el día de Masá, en el desierto,9donde me tentaron vuestros padres,
me pusieron a prueba, aunque habían visto mis obras. -
Segunda Lectura
1 Corintios 7:32-35
32Os quiero libres de preocupaciones. El que no está casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor;33el casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer,34y está dividido. La mujer no casada y la virgen se preocupan de las cosas del Señor, para ser santas en el cuerpo y en el espíritu; la casada, sin embargo, se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.35Os digo esto sólo para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino en atención a lo que es más noble y al trato con el Señor, sin otras distracciones. -
Evangelio
Marcos 1:21-28
21Entraron en Cafarnaún y, en cuanto llegó el sábado, fue a la sinagoga y se puso a enseñar.22Y se quedaron admirados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene potestad y no como los escribas.23Se encontraba entonces en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu impuro,24que comenzó a gritar:
—¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? ¡Sé quién eres: el Santo de Dios!25Y Jesús le conminó:
—¡Cállate, y sal de él!26Entonces, el espíritu impuro, zarandeándolo y dando una gran voz, salió de él.27Y se quedaron todos estupefactos, de modo que se preguntaban entre ellos:
—¿Qué es esto? Una enseñanza nueva con potestad. Manda incluso a los espíritus impuros y le obedecen.28Y su fama corrió pronto por todas partes, en toda la región de Galilea.