San José de Cupertino, Presbítero (Memoria)

septiembre 18, 2021

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    1 Timoteo 6:13-16

    13Te ordeno en la presencia de Dios, que da vida a todo, y de Cristo Jesús, que dio el solemne testimonio ante Poncio Pilato,
    14que conserves lo mandado, sin tacha ni culpa, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;
    15manifestación que hará patente en el momento oportuno
    el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores;
    16el único que es inmortal,
    el que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él, el honor y el imperio eterno. Amén.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 100:1-5

    1Salmo. De alabanza.
    Aclamad al Señor, la tierra entera;
    2servid al Señor con alegría,
    entrad a su presencia con júbilo.
    3Sabed que el Señor es Dios:
    Él nos hizo y somos suyos, somos su pueblo y ovejas que Él apacienta.
    4Entrad por sus puertas con acción de gracias,
    en sus atrios con cantos de alabanza, dadle gracias, bendecid su Nombre.
    5Porque el Señor es bueno:
    su misericordia es eterna, y su fidelidad, por todas las generaciones. 

  • Evangelio

    Lucas 8:4-15

    4Reuniéndose una gran muchedumbre que de todas las ciudades acudía a él, dijo esta parábola:
    5—Salió el sembrador a sembrar su semilla; y al echar la semilla, parte cayó junto al camino, y fue pisoteada y se la comieron las aves del cielo.
    6Parte cayó sobre piedras, y cuando nació se secó por falta de humedad.
    7Otra parte cayó en medio de las espinas, y habiendo crecido con ella las espinas la ahogaron.
    8Y otra cayó en la tierra buena, y cuando nació dio fruto al ciento por uno.
    Dicho esto, exclamó: —El que tenga oídos para oír, que oiga.
    9Entonces sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola.
    10Él les dijo:
    —A vosotros se os ha concedido el conocer los misterios del Reino de Dios, pero a los demás, sólo a través de parábolas, de modo que viendo no vean y oyendo no entiendan.
    11»El sentido de la parábola es éste: la semilla es la palabra de Dios.
    12Los que están junto al camino son aquellos que han oído; pero viene luego el diablo y se lleva la palabra de su corazón, no sea que creyendo se salven.
    13Los que están sobre piedras son aquellos que, cuando oyen, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; éstos creen durante algún tiempo, pero a la hora de la tentación se vuelven atrás.
    14Lo que cayó entre espinos son los que oyeron, pero en su caminar se ahogan a causa de las preocupaciones, riquezas y placeres de la vida y no llegan a dar fruto.
    15Y lo que cayó en tierra buena son los que oyen la palabra con un corazón bueno y generoso, la conservan y dan fruto mediante la perseverancia.

  • Primera Lectura

    1 Corintios 12:31; 13:1-10, 13

    12
    31Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente.
    13
    1Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos.
    2Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, no sería nada.
    3Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo caridad, de nada me aprovecharía.
    4La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta,
    5no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal,
    6no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad;
    7todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
    8La caridad nunca acaba. Las profecías desaparecerán, las lenguas cesarán, la ciencia quedará anulada.
    9Porque ahora nuestro conocimiento es imperfecto, e imperfecta nuestra profecía.
    10Pero cuando venga lo perfecto, desaparecerá lo imperfecto.
    13Ahora permanecen la fe, la esperanza, la caridad: las tres virtudes. Pero de ellas la más grande es la caridad.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 25:1-5, 8-10

    1De David.
    (Alef) A Ti, Señor, levanto mi alma.
    2(Bet) Dios mío, en Ti confío.
    No quede yo avergonzado, no se alegren mis enemigos a mi costa.
    3(Guímel) Nadie que espera en Ti queda avergonzado;
    queden avergonzados los traidores sin motivo.
    4(Dálet) Muéstrame, Señor, tus caminos,
    enséñame tus sendas.
    5(He) Hazme caminar en tu fidelidad, instrúyeme,
    pues Tú eres mi Dios salvador, (Vav) y en Ti espero todo el día.
    8(Tet) El Señor es bueno y recto;
    por eso muestra el camino a los pecadores,
    9(Yod) guía a los mansos en la justicia,
    enseña su camino a los humildes.
    10(Kaf) Las sendas del Señor son amor y fidelidad
    para los que guardan su alianza y sus preceptos.

  • Evangelio

    Mateo 11:25-30

    25En aquella ocasión Jesús declaró:
    —Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las has revelado a los pequeños.
    26Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
    27Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo.
    28»Venid a mí todos los fatigados y agobiados, y yo os aliviaré.
    29Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas:
    30porque mi yugo es suave y mi carga es ligera.