San Cornelio, Papa, Mártir y San Cipriano, Obispo, Mártir (Memoria)

septiembre 16, 2021

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Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    1 Timoteo 4:12-16

    12Que nadie te menosprecie por tu juventud. Debes ser, más bien, un modelo para los fieles en el hablar, en el trato, en la caridad, en la fe y en la pureza.
    13Hasta que yo llegue, pon cuidado en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
    14No descuides la gracia que hay en ti, que te fue conferida mediante la profecía junto con la imposición de manos del presbiterio.
    15Medita estas cosas y pon atención en ellas, para que tu progreso sea patente a todos.
    16Cuida de ti mismo y de la enseñanza. Persevera en esta disposición, pues actuando así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 111:7-10

    7(Mem) Las obras de sus manos son verdad y justicia.
    (Nun) Dignos de confianza, todos sus mandatos;
    8(Sámek) promulgados para siempre,
    (Áin) se han de cumplir con fidelidad y rectitud.
    9(Pe) Envió la redención a su pueblo;
    (Sade) ordenó para siempre su alianza. (Qof) Su Nombre es santo y temible.
    10(Resh) Principio de la sabiduría es el temor del Señor.
    (Shin) Sensatos son cuantos lo practican. (Tav) Su alabanza permanece para siempre. 

  • Evangelio

    Lucas 7:36-50

    36Uno de los fariseos le rogaba que comiera con él; y entrando en casa del fariseo se recostó a la mesa.
    37Y entonces una mujer pecadora que había en la ciudad, al enterarse de que estaba recostado a la mesa en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro con perfume,
    38y por detrás se puso a sus pies llorando; y comenzó a bañarle los pies con sus lágrimas, y los enjugaba con sus cabellos, los besaba y los ungía con el perfume.
    39Al ver esto el fariseo que le había invitado, se decía: «Si éste fuera profeta, sabría con certeza quién y qué clase de mujer es la que le toca: que es una pecadora».
    40Jesús tomó la palabra y le dijo:
    —Simón, tengo que decirte una cosa. Y él contestó: —Maestro, di.
    41—Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y otro cincuenta.
    42Como ellos no tenían con qué pagar, se lo perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le amará más?
    43—Supongo que aquel a quien perdonó más —contestó Simón.
    Entonces Jesús le dijo: —Has juzgado con rectitud.
    44Y vuelto hacia la mujer, le dijo a Simón:
    —¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella en cambio me ha bañado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos.
    45No me diste el beso. Pero ella, desde que entré no ha dejado de besar mis pies.
    46No has ungido mi cabeza con aceite. Ella en cambio ha ungido mis pies con perfume.
    47Por eso te digo: le son perdonados sus muchos pecados, porque ha amado mucho. Aquel a quien poco se le perdona, poco ama.
    48Entonces le dijo a ella:
    —Tus pecados quedan perdonados.
    49Y los convidados comenzaron a decir entre sí:
    —¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?
    50Él le dijo a la mujer:
    —Tu fe te ha salvado; vete en paz.

  • Primera Lectura

    2 Corintios 4:7-15

    7Pero llevamos este tesoro en vasos de barro, para que se reconozca que la sobreabundancia del poder es de Dios y que no proviene de nosotros:
    8en todo atribulados, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados;
    9perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados,
    10llevando siempre en nuestro cuerpo el morir de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
    11Porque nosotros, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
    12De manera que en nosotros actúe la muerte, y en vosotros la vida.
    13Pero teniendo el mismo espíritu de fe —según lo que está escrito: Creí, por eso hablé—, también nosotros creemos, y por eso hablamos,
    14sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará con Jesús y nos pondrá a su lado con vosotros.
    15Porque todo es para vuestro bien, a fin de que la gracia, multiplicada a través de muchos, haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 126:1-6

    1Canto de las subidas.
    Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar.
    2Se nos llenaba de risas la boca,
    la lengua, de cantares de alegría. Entonces se decía entre las naciones: «El Señor ha hecho con ellos cosas grandes».
    3El Señor ha hecho con nosotros cosas grandes:
    estamos llenos de alegría.
    4Haz volver, Señor, a nuestros cautivos
    como los torrentes del Négueb.
    5Los que siembran con lágrimas
    cosechan entre cantares de alegría.
    6Al marchar iban llorando,
    llevando las semillas. Al volver vienen cantando, trayendo sus gavillas. 

  • Evangelio

    Juan 17:11-19

    11»Ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo y yo voy a Ti. Padre Santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado, para que sean uno como nosotros.
    12Cuando estaba con ellos yo los guardaba en tu nombre. He guardado a los que me diste y ninguno de ellos se ha perdido, excepto el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura.
    13Pero ahora voy a Ti y digo estas cosas en el mundo, para que tengan mi alegría completa en sí mismos.
    14»Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, lo mismo que yo no soy del mundo.
    15No pido que los saques del mundo, sino que los guardes del Maligno.
    16No son del mundo lo mismo que yo no soy del mundo.
    17Santifícalos en la verdad: tu palabra es la verdad.
    18Lo mismo que Tú me enviaste al mundo, así los he enviado yo al mundo.
    19Por ellos yo me santifico, para que también ellos sean santificados en la verdad.