San Augustine, Obispo, Doctor de la Iglesia (Memoria)

agosto 28, 2021

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    1 Tesalonicenses 4:9-11

    9En cuanto al amor fraterno, no tenéis necesidad de que os escriba, pues vosotros mismos habéis sido instruidos por Dios para que os améis los unos a los otros,
    10y, en efecto, así lo estáis poniendo por obra con todos los hermanos en toda Macedonia. Pero os encarecemos, hermanos, a que progreséis más
    11y a que os esmeréis en vivir con serenidad, ocupándoos de vuestros asuntos y trabajando con vuestras manos, como os lo ordenamos,

  • Salmo Responsorial

    Salmo 98:1, 7-9

    1Salmo.
    Cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha salvado, su santo brazo.
    7Brame el mar y cuanto lo llena,
    el orbe y sus habitantes.
    8Aplaudan los ríos,
    festejen a una las montañas
    9ante el Señor, que ya viene a juzgar la tierra:
    juzgará al orbe con justicia, y a los pueblos con rectitud. 

  • Evangelio

    Mateo 25:14-30

    14»Porque es como un hombre que al marcharse de su tierra llamó a sus servidores y les entregó sus bienes.
    15A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno sólo: a cada uno según su capacidad; y se marchó.
    16El que había recibido cinco talentos fue, trabajó con ellos y ganó otros cinco.
    17Del mismo modo, el que había recibido dos ganó otros dos.
    18Pero el que había recibido uno fue, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
    19Después de mucho tiempo, regresó el amo de dichos servidores e hizo cuentas con ellos.
    20Cuando se presentó el que había recibido los cinco talentos, entregó otros cinco diciendo: «Señor, cinco talentos me entregaste; mira, he ganado otros cinco talentos».
    21Le respondió su amo: «Muy bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho: entra en la alegría de tu señor».
    22Se presentó también el que había recibido los dos talentos y dijo: «Señor, dos talentos me entregaste; mira, he ganado otros dos talentos».
    23Le respondió su amo: «Muy bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho: entra en la alegría de tu señor».
    24Cuando llegó por fin el que había recibido un talento, dijo: «Señor, sé que eres hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
    25por eso tuve miedo, fui y escondí tu talento en tierra: aquí tienes lo tuyo».
    26Su amo le respondió: «Siervo malo y perezoso, sabías que cosecho donde no he sembrado y que recojo donde no he esparcido;
    27por eso mismo debías haber dado tu dinero a los banqueros, y así, al venir yo, hubiera recibido lo mío con los intereses.
    28Por lo tanto, quitadle el talento y dádselo al que tiene los diez.
    29»Porque a todo el que tiene se le dará y tendrá en abundancia; pero al que no tiene incluso lo que tiene se le quitará.
    30En cuanto al siervo inútil, arrojadlo a las tinieblas de afuera: allí habrá llanto y rechinar de dientes».

  • Primera Lectura

    1 Juan 4:7-16

    7Queridísimos: amémonos unos a otros, porque el amor procede de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios, y conoce a Dios.
    8El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor.
    9En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios: en que Dios envió a su Hijo Unigénito al mundo para que recibiéramos por él la vida.
    10En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
    11Queridísimos: si Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
    12A Dios nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor alcanza en nosotros su perfección.
    13En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros: en que nos ha hecho participar de su Espíritu.
    14Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo.
    15Si alguien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
    16Y nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 119:9-14

    9(Bet) ¿Cómo podrá un joven mantener limpio su sendero?
    Guardando tus palabras.
    10Con todo el corazón te busco;
    no permitas que me desvíe de tus mandamientos.
    11En mi corazón he guardado tus palabras
    para no pecar contra ti.
    12Bendito eres, Señor,
    enséñame tus preceptos.
    13Con mis labios proclamo
    todas las normas de tu boca.
    14En el camino de tus preceptos me deleito
    más que en todas las riquezas.

  • Evangelio

    Mateo 23:8-12

    8Vosotros, al contrario, no os hagáis llamar rabbí, porque sólo uno es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
    9No llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque sólo uno es vuestro Padre, el celestial.
    10Tampoco os dejéis llamar doctores, porque vuestro doctor es uno sólo: Cristo.
    11Que el mayor entre vosotros sea vuestro servidor.
    12El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.