San León Magno, Papa, Doctor de la Iglesia (Memoria)

noviembre 10, 2020

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Tito 2:1-8, 11-14

    1Tú, en cambio, habla de lo que está de acuerdo con la sana doctrina.
    2Que los ancianos sean sobrios, dignos, prudentes, fuertes en la fe, en la caridad y en la paciencia.
    3Que las ancianas, asimismo, se comporten como corresponde a los santos; que no sean ni calumniadoras ni estén dominadas por el vicio del vino, que sean maestras del bien,
    4para que enseñen a las más jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,
    5a ser prudentes, castas, buenas amas de casa, sujetas a sus maridos, para que no sea ultrajada la palabra de Dios.
    6Del mismo modo, a los más jóvenes exhórtales a ser prudentes,
    7mostrándote tú mismo como modelo de buenas obras en todo: pureza de doctrina, dignidad,
    8predicación sana e intachable, para que el adversario se avergüence al no tener nada malo que decir de nosotros.
    11Pues se ha manifestado la gracia de Dios, portadora de salvación para todos los hombres,
    12educándonos para que renunciemos a la impiedad y a las concupiscencias mundanas, y vivamos con prudencia, justicia y piedad en este mundo,
    13aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo,
    14que se entregó a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y para purificar para sí un pueblo escogido, celoso por hacer el bien.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 37:3-4, 18, 23, 27, 29

    3(Bet) Confía en el Señor y haz el bien;
    habita tu tierra y guarda la fidelidad.
    4Pon tu delicia en el Señor,
    y te concederá los deseos de tu corazón.
    18(Yod) El Señor conoce los días de los íntegros,
    su heredad durará por siempre;
    23(Mem) El Señor afianza los pasos del hombre
    y se complace en su conducta.
    27(Sámek) Aléjate del mal y obra el bien,
    y tendrás una morada para siempre;
    29Los justos heredarán la tierra
    y habitarán en ella eternamente.

  • Evangelio

    Lucas 17:7-10

    7»Si uno de vosotros tiene un siervo en la labranza o con el ganado y regresa del campo, ¿acaso le dice: «Entra enseguida y siéntate a la mesa?»
    8Por el contrario, ¿no le dirá más bien: «Prepárame la cena y disponte a servirme mientras como y bebo, que después comerás y beberás tú?»
    9¿Es que tiene que agradecerle al siervo el que haya hecho lo que se le había mandado?
    10Pues igual vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: «Somos unos siervos inútiles; no hemos hecho más que lo que teníamos que hacer».

  • Primera Lectura

    Eclesiástico 39:6-10

    8si el Señor, el Grande, lo quiere,
    será colmado de espíritu de inteligencia;
    9como lluvia esparcirá las palabras de su sabiduría,
    y en la oración alabará al Señor.
    10Enderezará su consejo y su ciencia,
    y meditará en sus misterios.
    11Hará brillar la doctrina de su enseñanza,
    y se gloriará en la Ley de la alianza del Señor.
    12Muchos alabarán su inteligencia,
    que no será olvidada por siglos;
    13no desaparecerá su recuerdo
    y su nombre perdurará de generación en generación.
    14Las naciones proclamarán su sabiduría,
    y la asamblea pronunciará su elogio.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 37:3-6, 30-31

    3(Bet) Confía en el Señor y haz el bien;
    habita tu tierra y guarda la fidelidad.
    4Pon tu delicia en el Señor,
    y te concederá los deseos de tu corazón.
    5(Guímel) Encomienda al Señor tu camino,
    confía en Él, que Él actuará
    6y hará despuntar tu justicia como la aurora,
    y tu derecho como luz del mediodía.
    30(Pe) La boca del justo habla sabiduría
    y su lengua pronuncia lo recto;
    31pues en su corazón está la Ley de su Dios:
    sus pasos no vacilan.

  • Evangelio

    Mateo 16:13-19

    13Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, comenzó a preguntar a sus discípulos:
    —¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
    14Ellos respondieron:
    —Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o alguno de los profetas.
    15Él les dijo:
    —Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
    16Respondió Simón Pedro:
    —Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.
    17Jesús le respondió:
    —Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, porque no te ha revelado eso ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
    18Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
    19Te daré las llaves del Reino de los Cielos; y todo lo que ates sobre la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desates sobre la tierra quedará desatado en los cielos.