San Cornelio, Papa, Mártir y San Cipriano, Obispo, Mártir (Memoria)

septiembre 16, 2019

Color: Rojo

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    1 Timoteo 2:1-8

    1Por eso, te encarezco ante todo que se hagan súplicas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres,
    2por los emperadores y todos los que ocupan altos cargos, para que pasemos una vida tranquila y serena con toda piedad y dignidad.
    3Todo ello es bueno y agradable ante Dios, nuestro Salvador,
    4que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
    5Porque uno solo es Dios
    y uno solo también el mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre,
    6que se entregó a sí mismo en redención por todos.
    Éste es el testimonio dado a su debido tiempo.
    7Yo he sido constituido mensajero y apóstol de ese testimonio —digo la verdad, no miento—, doctor de los gentiles en la fe y en la verdad.
    8Por tanto, quiero que los hombres hagan oración en todo lugar, alzando sus manos inocentes, sin ira ni disensiones;

  • Salmo Responsorial

    Salmo 28:2, 7-9

    2Escucha mi voz suplicante
    cuando clamo a Ti, cuando levanto mis manos hacia tu santo Templo.
    7El Señor es mi fuerza y mi escudo,
    en Él confió mi corazón y fui socorrido. Exulta mi corazón, con mi canto lo alabo.
    8El Señor es fuerza para su pueblo,
    refugio de salvación para su Ungido.
    9Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad.
    Sé su pastor y su guía para siempre. 

  • Evangelio

    Lucas 7:1-10

    1Cuando terminó de decir todas estas palabras al pueblo que le escuchaba, entró en Cafarnaún.
    2Había allí un centurión que tenía un siervo enfermo, a punto de morir, a quien estimaba mucho.
    3Habiendo oído hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su siervo.
    4Ellos, al llegar donde Jesús, le rogaban encarecidamente diciendo:
    —Merece que hagas esto,
    5porque aprecia a nuestro pueblo y él mismo nos ha construido la sinagoga.
    6Jesús, pues, se puso en camino con ellos. Y no estaba ya lejos de la casa cuando el centurión le envió unos amigos para decirle:
    —Señor, no te tomes esa molestia, porque no soy digno de que entres en mi casa,
    7por eso ni siquiera yo mismo me he considerado digno de ir a tu encuentro. Pero dilo de palabra y mi criado quedará sano.
    8Pues también yo soy un hombre sometido a disciplina y tengo soldados a mis órdenes. Le digo a uno: «Vete», y va; y a otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace.
    9Al oír esto, Jesús se admiró de él, y volviéndose a la multitud que le seguía, dijo:
    —Os digo que ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande.
    10Y cuando volvieron a casa, los enviados encontraron sano al siervo.

  • Primera Lectura

    2 Corintios 4:7-15

    7Pero llevamos este tesoro en vasos de barro, para que se reconozca que la sobreabundancia del poder es de Dios y que no proviene de nosotros:
    8en todo atribulados, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados;
    9perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados,
    10llevando siempre en nuestro cuerpo el morir de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
    11Porque nosotros, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
    12De manera que en nosotros actúe la muerte, y en vosotros la vida.
    13Pero teniendo el mismo espíritu de fe —según lo que está escrito: Creí, por eso hablé—, también nosotros creemos, y por eso hablamos,
    14sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará con Jesús y nos pondrá a su lado con vosotros.
    15Porque todo es para vuestro bien, a fin de que la gracia, multiplicada a través de muchos, haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 126:1-6

    1Canto de las subidas.
    Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar.
    2Se nos llenaba de risas la boca,
    la lengua, de cantares de alegría. Entonces se decía entre las naciones: «El Señor ha hecho con ellos cosas grandes».
    3El Señor ha hecho con nosotros cosas grandes:
    estamos llenos de alegría.
    4Haz volver, Señor, a nuestros cautivos
    como los torrentes del Négueb.
    5Los que siembran con lágrimas
    cosechan entre cantares de alegría.
    6Al marchar iban llorando,
    llevando las semillas. Al volver vienen cantando, trayendo sus gavillas. 

  • Evangelio

    Juan 17:11-19

    11»Ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo y yo voy a Ti. Padre Santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado, para que sean uno como nosotros.
    12Cuando estaba con ellos yo los guardaba en tu nombre. He guardado a los que me diste y ninguno de ellos se ha perdido, excepto el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura.
    13Pero ahora voy a Ti y digo estas cosas en el mundo, para que tengan mi alegría completa en sí mismos.
    14»Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, lo mismo que yo no soy del mundo.
    15No pido que los saques del mundo, sino que los guardes del Maligno.
    16No son del mundo lo mismo que yo no soy del mundo.
    17Santifícalos en la verdad: tu palabra es la verdad.
    18Lo mismo que Tú me enviaste al mundo, así los he enviado yo al mundo.
    19Por ellos yo me santifico, para que también ellos sean santificados en la verdad.