San Luis, Obispo (Memoria Libre)

agosto 19, 2019

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Jueces 2:11-19

    11Los israelitas hicieron el mal a los ojos del Señor y dieron culto a los baales.
    12Abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, para seguir y adorar a otros dioses, los dioses de los pueblos circundantes. La ira del Señor se encendió
    13cuando lo abandonaron y dieron culto a Baal y a las astartés.
    14Así pues, la ira del Señor se encendió contra Israel y los entregó en manos de saqueadores que los despojaron: los vendió a los enemigos que tenían a su alrededor y ya no pudieron resistir ante ellos.
    15Adonde quiera que salieran, allí estaba la mano del Señor para hacerles daño, tal como el Señor se lo había advertido y jurado. Les sobrevino entonces una angustia tremenda.
    16El Señor suscitaba jueces que los salvaban de las manos de sus saqueadores.
    17Pero tampoco escucharon a sus jueces, sino que fornicaron con otros dioses y los adoraron. Se apartaron enseguida del camino por el que habían marchado sus padres escuchando los mandamientos del Señor, y no siguieron su ejemplo.
    18Cuando el Señor les suscitaba algún juez, el Señor estaba con él y, mientras ese juez vivía, los salvaba de la mano de sus enemigos, pues el Señor se compadecía de sus gemidos ante quienes los presionaban y los oprimían.
    19Pero cuando el juez moría, volvían a corromperse más que sus padres, dirigiéndose a otros dioses para darles culto y adorarlos. No se apartaban de sus malas acciones ni de su perverso camino.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 106:34-37, 39-40, 43-44

    34No exterminaron a los pueblos
    como el Señor había mandado;
    35y se mezclaron con las naciones
    y aprendieron sus prácticas.
    36Dieron culto a sus ídolos,
    que fueron para ellos una trampa.
    37Inmolaron sus hijos y sus hijas a los demonios.
    39Se contaminaron con sus prácticas,
    y se prostituyeron con sus obras.
    40La ira del Señor se inflamó contra su pueblo,
    y abominó de su heredad.
    43Muchas veces Él los libró,
    pero ellos se rebelaban contra su designio, y se hundían en sus iniquidades.
    44Pero Él miró su angustia,
    y escuchó su clamor.

  • Evangelio

    Mateo 19:16-22

    16Y se le acercó uno, y le dijo:
    —Maestro, ¿qué obra buena debo hacer para alcanzar la vida eterna?
    17Él le respondió:
    —¿Por qué me preguntas sobre lo bueno? Uno solo es el bueno. Pero si quieres entrar en la Vida, guarda los mandamientos.
    18—¿Cuáles? —le preguntó.
    Jesús le respondió: —No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no dirás falso testimonio,
    19honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.
    20—Todo esto lo he guardado —le dijo el joven—. ¿Qué me falta aún?
    21Jesús le respondió:
    —Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes y dáselos a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos. Luego, ven y sígueme.
    22Al oír el joven estas palabras se marchó triste, porque tenía muchas posesiones.

  • Primera Lectura

    Ezequiel 34:11-16

    11»Porque esto dice el Señor Dios: «Yo mismo buscaré mi rebaño y lo apacentaré.
    12Como recuenta un pastor su rebaño cuando está en medio de sus ovejas que se han dispersado, así recontaré mis ovejas y las recogeré de todos los lugares en que se dispersaron en día de niebla y oscuridad.
    13Las sacaré de entre las naciones, las reuniré de entre los países y las haré entrar en su tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en las vaguadas y en todas las moradas del país.
    14Las apacentaré en buenos pastos. Su aprisco estará en los montes altos de Israel. Descansarán allí en un aprisco bueno y encontrarán abundantes pastos en los montes de Israel.
    15Yo mismo pastorearé mis ovejas y las haré descansar, dice el Señor Dios.
    16Buscaré a la perdida, haré volver a la descarriada, a la que esté herida la vendaré, y curaré a la enferma. Tendré cuidado de la bien nutrida y de la fuerte. Las pastorearé con rectitud».

  • Salmo Responsorial

    Salmo 23:1-6

    1Salmo. De David.
    El Señor es mi pastor, nada me falta.
    2En verdes prados me hace reposar;
    hacia aguas tranquilas me guía;
    3reconforta mi alma,
    me conduce por sendas rectas por honor de su Nombre.
    4Aunque camine por valles oscuros,
    no temo ningún mal, porque Tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan.
    5Preparas una mesa para mí
    frente a mis adversarios. Unges con óleo mi cabeza, mi copa rebosa.
    6Tu bondad y misericordia me acompañan
    todos los días de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor por dilatados días. 

  • Evangelio

    Juan 10:11-16

    11»Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas.
    12El asalariado, el que no es pastor y al que no le pertenecen las ovejas, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye —y el lobo las arrebata y las dispersa—,
    13porque es asalariado y no le importan las ovejas.
    14Yo soy el buen pastor, conozco las mías y las mías me conocen.
    15Como el Padre me conoce a mí, así yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas.
    16Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ésas también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño, con un solo pastor.