Santiago de la Marca, Presbítero (Memoria Libre)

noviembre 28, 2018

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Apocalipsis 15:1-4

    1Vi en el cielo otro signo grande y admirable: siete ángeles que tenían siete plagas, las últimas, porque en ellas culmina la ira de Dios.
    2Vi también como un mar de cristal mezclado con fuego, y a los que vencieron a la bestia y a su imagen y al número de su nombre, que estaban de pie sobre el mar de cristal llevando las cítaras de Dios.
    3Y cantaban el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero:
    «¡Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios omnipotente! ¡Justos y verdaderos tus caminos, Rey de las naciones!
    4¿Quién no temerá, Señor,
    y glorificará tu nombre? Porque sólo Tú eres Santo, porque todas las naciones vendrán y se postrarán en tu presencia, porque tus juicios se han manifestado».

  • Salmo Responsorial

    Salmo 98:1-3, 7-9

    1Salmo.
    Cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha salvado, su santo brazo.
    2El Señor ha dado a conocer su salvación;
    ha revelado su justicia a los ojos de las naciones.
    3Se acordó de su misericordia y fidelidad
    con la casa de Israel. Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
    7Brame el mar y cuanto lo llena,
    el orbe y sus habitantes.
    8Aplaudan los ríos,
    festejen a una las montañas
    9ante el Señor, que ya viene a juzgar la tierra:
    juzgará al orbe con justicia, y a los pueblos con rectitud. 

  • Evangelio

    Lucas 21:12-19

    12Pero antes de todas estas cosas os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, llevándoos ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre:
    13esto os sucederá para dar testimonio.
    14Así pues, convenceos de que no debéis tener preparado de antemano cómo os vais a defender;
    15porque yo os daré palabras y sabiduría que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios.
    16Seréis entregados incluso por padres y hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros,
    17y seréis odiados por todos a causa de mi nombre.
    18Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
    19Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

  • Primera Lectura

    Eclesiástico 45:1-5

    1que fue amado por Dios y por los hombres:
    Moisés, de bendita memoria.
    2Le hizo semejante en gloria a los santos
    y le engrandeció para temor de los enemigos.
    3Por su palabra hizo bajar los prodigios,
    le glorificó ante los reyes; le dio autoridad ante su pueblo y le mostró su gloria.
    4Le santificó con fidelidad y con mansedumbre,
    le eligió entre toda carne.
    5Le hizo oír su voz;
    le introdujo dentro de la nube.
    6Le dio cara a cara los mandamientos,
    Ley de vida y de ciencia, para enseñar su alianza a Jacob y sus decretos a Israel.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 16:1-2, 5-8, 11

    1Mictam. De David.
    Guárdame, Dios mío, que me refugio en Ti.
    2Yo digo al Señor:
    «Tú eres mi Señor. No tengo otro bien que Tú».
    5Señor, Tú eres el lote de mi heredad y de mi copa:
    Tú sostienes mi parte.
    6Me ha tocado en suerte un lote hermoso;
    me agrada mi heredad.
    7Yo bendigo al Señor, que me aconseja;
    hasta de noche mi corazón me instruye.
    8Pongo ante mí al Señor sin cesar;
    con Él a mi derecha, no vacilo.
    11Me enseñas la senda de la vida,
    saciedad de gozo en tu presencia, dicha perpetua a tu derecha. 

  • Evangelio

    Lucas 10:1-9

    1Después de esto designó el Señor a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.
    2Y les decía:
    —La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies.
    3Id: mirad que yo os envío como corderos en medio de lobos.
    4No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias, y no saludéis a nadie por el camino.
    5En la casa en que entréis decid primero: «Paz a esta casa».
    6Y si allí hubiera algún hijo de la paz, descansará sobre él vuestra paz; de lo contrario, retornará a vosotros.
    7Permaneced en la misma casa comiendo y bebiendo de lo que tengan, porque el que trabaja merece su salario. No vayáis de casa en casa.
    8Y en la ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os pongan;
    9curad a los enfermos que haya en ella y decidles: «El Reino de Dios está cerca de vosotros».