San Leonardo de Puerto Mauricio, OFM, Presbítero (Memoria)

noviembre 26, 2018

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Apocalipsis 14:1-5

    1Entonces, en la visión, el Cordero estaba en pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que llevaban escrito en la frente el nombre de él y el nombre de su Padre.
    2Y oí una voz del cielo, semejante al ruido de muchas aguas y al estruendo de un gran trueno. La voz que oí era como el canto de citaristas que tañían sus cítaras,
    3cantando un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres y de los ancianos. Y ninguno podía aprender el cántico más que aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, que fueron rescatados de la tierra.
    4Éstos son los que no se mancillaron con mujeres, porque son vírgenes. Éstos son los que siguen al Cordero dondequiera que vaya. Éstos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;
    5y no se halló mentira en su boca: no tienen mancha.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 24:1-6

    1De David. Salmo.
    Del Señor es la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y los que lo habitan.
    2Él la cimentó sobre los mares
    y la asentó sobre los ríos.
    3¿Quién podrá subir al monte del Señor?
    ¿Quién podrá estar en su lugar santo?
    4El de manos inocentes
    y de corazón puro, el que no dirige su alma a la vanidad, ni jura en falso.
    5Él recibirá la bendición del Señor,
    y la justificación de Dios, su Salvador.
    6Tal es la estirpe de quienes le buscan,
    de los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.

  • Evangelio

    Lucas 21:1-4

    1Al levantar la vista, vio a unos ricos que echaban sus ofrendas en el gazofilacio.
    2Vio también a una viuda pobre que echaba allí dos monedas pequeñas,
    3y dijo:
    —En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos;
    4pues todos estos han echado como ofrenda algo de lo que les sobra, ella, en cambio, en su necesidad ha echado todo lo que tenía para su sustento.

  • Primera Lectura

    Efesios 1:3-14

    3Bendito sea el Dios y Padre
    de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos,
    4ya que en él nos eligió
    antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor;
    5nos predestinó a ser sus hijos adoptivos
    por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad,
    6para alabanza y gloria de su gracia,
    con la cual nos hizo gratos en el Amado;
    7en quien, mediante su sangre,
    tenemos la redención, el perdón de los pecados, según las riquezas de su gracia,
    8que derramó sobre nosotros sobreabundantemente
    con toda sabiduría y prudencia.
    9Nos dio a conocer el misterio de su voluntad,
    según el benévolo designio que se había propuesto realizar mediante él
    10y llevarlo a cabo en la plenitud de los tiempos:
    recapitular en Cristo todas las cosas, las de los cielos y las de la tierra. En él,
    11por quien también fuimos constituidos herederos, predestinados según el designio de quien realiza todo con arreglo al consejo de su voluntad,
    12para que nosotros, los que antes habíamos esperado en el Mesías, sirvamos para alabanza de su gloria.
    13Por él también vosotros, una vez oída la palabra de la verdad —el Evangelio de nuestra salvación—, al haber creído, fuisteis sellados con el Espíritu Santo prometido,
    14que es prenda de nuestra herencia, para redención de los que ha hecho suyos, para alabanza de su gloria.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 85:2-4, 7-11

    2Te has complacido en tu tierra, Señor;
    has devuelto la suerte de Jacob.
    3Has perdonado la culpa de tu pueblo,
    has cubierto todos sus pecados.
    4Has depuesto toda tu ira,
    has revocado el ardor de tu cólera.
    7¿No volverás a darnos la vida,
    para que se alegre en Ti tu pueblo?
    8Señor, muéstranos tu misericordia
    y danos tu salvación.
    9Escucharé lo que dice Dios:
    el Señor anuncia la paz a su pueblo y a sus fieles, con tal de que no retornen a la necedad.
    10En verdad, ya está cerca la salvación
    para los que le temen, para que en nuestra tierra habite la Gloria.
    11Misericordia y fidelidad se encontrarán,
    justicia y paz se besarán.

  • Evangelio

    Mateo 16:24-27

    24Entonces les dijo Jesús a sus discípulos:
    —Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga.
    25Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará.
    26»Porque, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?, o ¿qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
    27Porque el Hijo del Hombre va a venir en la gloria de su Padre acompañado de sus ángeles, y entonces retribuirá a cada uno según su conducta.