San Luis Grignion de Montfort, Presbítero (Memoria Libre)

abril 28, 2017

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Hechos 5:34-42

    34Pero un fariseo llamado Gamaliel, maestro de la Ley y estimado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín y mandó hacer salir un momento a aquellos hombres.
    35Y les dijo:
    —Israelitas, tened cuidado de lo que vais a hacer con estos hombres.
    36Porque hace poco se levantó Teudas, que decía ser alguien, y se le unieron unos cuatrocientos hombres; lo mataron y todos sus seguidores se disgregaron y quedaron en nada.
    37Después de él se levantó Judas el Galileo en los días del empadronamiento, y arrastró al pueblo tras de sí; murió también y todos sus seguidores se dispersaron.
    38Así pues, os digo ahora: desentendeos de estos hombres y dejadlos, porque si este designio o esta obra procede de hombres se disolverá;
    39pero si procede de Dios no podréis acabar con ellos; no sea que os vayáis a encontrar combatiendo contra Dios.
    Ellos se mostraron de acuerdo con él.
    40Entonces llamaron a los apóstoles, los azotaron, les ordenaron no hablar en el nombre de Jesús y los soltaron.
    41Ellos salían gozosos de la presencia del Sanedrín, porque habían sido dignos de ser ultrajados a causa del Nombre.
    42Todos los días, en el Templo y en las casas, no cesaban de enseñar y anunciar el Evangelio de Cristo Jesús.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 27:1, 4, 13-14

    1De David.
    El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién temeré? El Señor es el refugio de mi vida: ¿de quién tendré miedo?
    4Una cosa pido al Señor,
    ésta sólo busco: habitar en la Casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de las delicias del Señor y contemplar su Templo.
    13Seguro estoy de ver la bondad del Señor
    en la tierra de los vivos.
    14Espera en el Señor, sé recio,
    que se reanime tu corazón. ¡Espera en el Señor! 

  • Evangelio

    Juan 6:1-15

    1Después de esto partió Jesús a la otra orilla del mar de Galilea, el de Tiberíades.
    2Le seguía una gran muchedumbre porque veían los signos que hacía con los enfermos.
    3Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.
    4Pronto iba a ser la Pascua, la fiesta de los judíos.
    5Jesús, al levantar la mirada y ver que venía hacia él una gran muchedumbre, le dijo a Felipe:
    —¿Dónde vamos a comprar pan para que coman éstos?
    6—lo decía para probarle, pues él sabía lo que iba a hacer.
    7Felipe le respondió:
    —Doscientos denarios de pan no bastan ni para que cada uno coma un poco.
    8Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
    9—Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, ¿qué es esto para tantos?
    10Jesús dijo:
    —Mandad a la gente que se siente —había en aquel lugar hierba abundante. Y se sentaron un total de unos cinco mil hombres.
    11Jesús tomó los panes y, después de dar gracias, los repartió a los que estaban sentados, e igualmente les dio cuantos peces quisieron.
    12Cuando quedaron saciados, les dijo a sus discípulos:
    —Recoged los trozos que han sobrado para que no se pierda nada.
    13Y los recogieron, y llenaron doce cestos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.
    14Aquellos hombres, viendo el signo que Jesús había hecho, decían:
    —Éste es verdaderamente el Profeta que viene al mundo.
    15Jesús, conociendo que estaban dispuestos a llevárselo para hacerle rey, se retiró otra vez al monte él solo.

  • Primera Lectura

    1 Corintios 1:18-25

    18Porque el mensaje de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para los que se salvan, para nosotros, es fuerza de Dios.
    19Pues está escrito:
    Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé la prudencia de los prudentes.
    20¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el docto? ¿Dónde el investigador de este mundo? ¿No hizo Dios necia la sabiduría de este mundo?
    21Porque, como en la sabiduría de Dios el mundo no conoció a Dios por medio de la sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes, por medio de la necedad de la predicación.
    22Porque los judíos piden signos, los griegos buscan sabiduría;
    23nosotros en cambio predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles;
    24pero para los llamados, judíos y griegos, predicamos a Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
    25Porque lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 40:2, 4, 7-10

    2Esperaba confiadamente en el Señor;
    Él se inclinó a mí y escuchó mi clamor.
    4Ha puesto en mi boca un cántico nuevo,
    una alabanza a nuestro Dios. Muchos, al verlo, temerán y esperarán en el Señor.
    7No quisiste sacrificio ni ofrenda,
    pero me abriste el oído. No pediste holocausto ni sacrificio de expiación;
    8entonces dije: «Aquí estoy
    —como está escrito acerca de mí en el Libro—
    9para hacer tu voluntad, Dios mío».
    Ése es mi querer, pues llevo tu Ley dentro de mí.
    10He anunciado la justicia en la gran asamblea;
    no he cerrado mis labios, Señor, Tú lo sabes bien.

  • Evangelio

    Mateo 28:16-20

    16Los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
    17Y en cuanto le vieron le adoraron; pero otros dudaron.
    18Y Jesús se acercó y les dijo:
    —Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra.
    19Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;
    20y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.