Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Sofonías 2:3; 3:12-13
23Buscad al Señor3
todos los humildes de la tierra, que cumplisteis sus mandatos. Buscad la justicia, buscad la humildad; quizás así seáis preservados el día de la ira del Señor.12Dejaré en medio de ti
un pueblo humilde y pobre». Y pondrán su esperanza en el Nombre del Señor.13Los restos de Israel
no cometerán iniquidad, ni hablarán mentira, ni se encontrará en su boca lengua dolosa. Ellos podrán apacentarse y reposar sin que nadie los espante. -
Salmo Responsorial
Salmo 146:6-10
6que hizo los cielos y la tierra,
el mar y cuanto hay en él; que guarda fidelidad eternamente;7que hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos;8el Señor abre los ojos a los ciegos;
el Señor endereza a los que se encorvan; el Señor ama a los justos.9El Señor guarda a los extranjeros,
sustenta al huérfano y a la viuda, pero tuerce el camino de los impíos.10El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de generación en generación. -
Segunda Lectura
1 Corintios 1:26-31
26Considerad, si no, hermanos, vuestra vocación; porque no hay entre vosotros muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;27sino que Dios escogió la necedad del mundo para confundir a los sabios, y Dios eligió la flaqueza del mundo para confundir a los fuertes;28escogió Dios a lo vil, a lo despreciable del mundo, a lo que no es nada, para destruir lo que es,29de manera que ningún mortal pueda gloriarse ante Dios.30De Él os viene que estéis en Cristo Jesús, a quien Dios lo hizo para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención,31para que, como está escrito: El que se gloría, que se gloríe en el Señor. -
Evangelio
Mateo 5:1-12
1Al ver Jesús a las multitudes, subió al monte; se sentó y se le acercaron sus discípulos;2y abriendo su boca les enseñaba diciendo:3—Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo es el Reino de los Cielos.4»Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.5»Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra.6»Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán saciados.7»Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia.8»Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios.9»Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios.10»Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque suyo es el Reino de los Cielos.11»Bienaventurados cuando os injurien, os persigan y, mintiendo, digan contra vosotros todo tipo de maldad por mi causa.12Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo: de la misma manera persiguieron a los profetas de antes de vosotros.

