Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Sofonías 3:1-2, 9-13
1¡Ay de la rebelde e impura, la ciudad prepotente!2No escuchó la voz,
ni aceptó la instrucción; no confió en el Señor, ni se acercó a su Dios.9»Entonces volveré puros
los labios de los pueblos, para que invoquen, todos ellos, el Nombre del Señor, para que le sirvan todos juntos.10Desde más allá de los ríos de Etiopía,
los que me veneran, la hija de mis dispersos, me traerán ofrendas.11«Aquel día no serás avergonzada
por ninguna de las fechorías con que te rebelaste contra Mí; porque entonces apartaré de ti a quienes se jactan en tu altivez, para que no vuelvas a engreírte en mi monte santo.12Dejaré en medio de ti
un pueblo humilde y pobre». Y pondrán su esperanza en el Nombre del Señor.13Los restos de Israel
no cometerán iniquidad, ni hablarán mentira, ni se encontrará en su boca lengua dolosa. Ellos podrán apacentarse y reposar sin que nadie los espante. -
Salmo Responsorial
Salmo 34:2-3, 6-7, 17-19, 23
2(Alef) Bendigo al Señor en todo tiempo;
su alabanza está en mi boca de continuo.3(Bet) Mi alma se gloría en el Señor;
que lo escuchen los humildes y se alegren.6(He) Miradle y brillaréis de gozo,
vuestros rostros no se avergonzarán.7(Záin) Cuando el pobre invoca, el Señor le escucha,
y lo salva de todas sus angustias.17(Pe) El rostro del Señor está contra los malhechores
para borrar de la tierra su memoria.18(Sade) Claman y el Señor los escucha,
y los libra de todas sus angustias.19(Qof) El Señor está cerca de los contritos de corazón,
y salva a los de espíritu abatido.23El Señor rescata el alma de sus siervos;
cuantos en Él se refugian no serán condenados. -
Evangelio
Mateo 21:28-32
28»¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos; dirigiéndose al primero, le mandó: «Hijo, vete hoy a trabajar en la viña».29Pero él le contestó: «No quiero». Sin embargo se arrepintió después y fue.30Se dirigió entonces al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió: «Voy, señor»; pero no fue.31¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?
—El primero —dijeron ellos. Jesús prosiguió: —En verdad os digo que los publicanos y las meretrices van a estar por delante de vosotros en el Reino de Dios.32Porque vino Juan a vosotros con un camino de justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y las meretrices le creyeron. Pero vosotros, ni siquiera viendo esto os arrepentisteis después para poder creerle.
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Primera Lectura
2 Corintios 10:17--11:2
1017El que se gloría, que se gloríe en el Señor.18Pues no es hombre probado quien se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien el Señor recomienda.111¡Ojalá pudierais soportar un poco mi necedad! ¡Pero sí, soportadme!2Porque estoy celoso de vosotros con celo de Dios: os he desposado con un solo esposo para presentaros a Cristo como a una virgen casta. -
Salmo Responsorial
Salmo 31:3-4, 6, 8, 16-17
3Inclina tu oído hacia mí,
date prisa en socorrerme. Sé para mí la roca de refugio, el alcázar firme de mi salvación;4porque Tú eres mi peña, mi fortaleza:
por honor de tu Nombre, dirígeme y guíame;6En tus manos encomiendo mi espíritu:
Tú, Señor, Dios fiel, me has rescatado.8Me alegraré y me gozaré en tu misericordia,
pues te has fijado en mi miseria, has comprendido la angustia de mi alma,16Mi suerte está en tu mano;
líbrame de la garra de mis enemigos y de mis perseguidores.17Haz brillar tu rostro sobre tu siervo;
por tu misericordia, sálvame. -
Evangelio
Mateo 25:1-13
1»Entonces el Reino de los Cielos será como diez vírgenes, que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al esposo.2Cinco de ellas eran necias y cinco prudentes;3pero las necias, al tomar sus lámparas, no llevaron consigo aceite;4las prudentes, en cambio, junto con las lámparas llevaron aceite en sus alcuzas.5Como tardaba en venir el esposo, les entró sueño a todas y se durmieron.6A medianoche se oyó una voz: «¡Ya está aquí el esposo! ¡Salid a su encuentro!»7Entonces se levantaron todas aquellas vírgenes y aderezaron sus lámparas.8Y las necias les dijeron a las prudentes: «Dadnos aceite del vuestro porque nuestras lámparas se apagan».9Pero las prudentes les respondieron: «No, no sea que no alcance para nosotras y vosotras. Mejor es que vayáis a quienes lo venden y compréis para vosotras».10Mientras fueron a comprarlo vino el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas y se cerró la puerta.11Luego llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!»12Pero él les respondió: «En verdad os digo que no os conozco».13Por eso: velad, porque no sabéis el día ni la hora.

