San Juan Pablo II, Papa (Memoria Libre)

octubre 22, 2016

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Efesios 4:7-16

    7A cada uno de nosotros, sin embargo, ha sido dada la gracia en la medida en que Cristo quiere otorgar sus dones.
    8Por esto dice:
    Subiendo a lo alto llevó cautiva la cautividad y concedió dones a los hombres.
    9¿Qué significa «subió» sino que primero descendió a las regiones inferiores de la tierra?
    10El que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llevarlo todo a la plenitud.
    11Él constituyó a algunos como apóstoles, a otros profetas, a otros evangelizadores, a otros pastores y doctores,
    12a fin de que trabajen en perfeccionar a los santos cumpliendo con su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
    13hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la plenitud de Cristo,
    14para que ya no seamos niños que van de un lado a otro y están zarandeados por cualquier corriente doctrinal, por el engaño de los hombres, por la astucia que lleva al error.
    15Por el contrario, viviendo la verdad con caridad, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza, Cristo,
    16de quien todo el cuerpo —compacto y unido por todas las articulaciones que lo sostienen según la energía correspondiente a la función de cada miembro— va consiguiendo su crecimiento para su edificación en la caridad.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 122:1-5

    1Canto de las subidas. De David.
    Qué alegría cuando me dijeron: «¡Vamos a la Casa del Señor!
    2Ya se han parado nuestros pies
    a tus puertas, Jerusalén».
    3Jerusalén, bien cimentada,
    ciudad sólida y unida.
    4Allí suben las tribus,
    las tribus del Señor. Es un precepto de Israel, para alabar el Nombre del Señor.
    5Pues allí está la sede de justicia,
    la sede de la casa de David.

  • Evangelio

    Lucas 13:1-9

    1Estaban presentes en aquel momento unos que le contaban lo de los galileos, cuya sangre mezcló Pilato con la de sus sacrificios.
    2Y en respuesta les dijo:
    —¿Pensáis que estos galileos eran más pecadores que todos los galileos, porque padecieron tales cosas?
    3No, os lo aseguro; pero si no os convertís, todos pereceréis igualmente.
    4O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que vivían en Jerusalén?
    5No, os lo aseguro; pero si no os convertís, todos pereceréis igualmente.
    6Les decía esta parábola:
    —Un hombre tenía una higuera plantada en su viña y fue a buscar en ella fruto y no lo encontró.
    7Entonces le dijo al viñador: «Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera sin encontrarlo; córtala, ¿para qué va a ocupar terreno en balde?»
    8Pero él le respondió: «Señor, déjala también este año hasta que cave a su alrededor y eche estiércol,
    9por si produce fruto; si no, ya la cortarás».