Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Ezequiel 36:23-28
23Voy a santificar mi gran Nombre, que ha sido profanado entre las naciones, porque lo habéis profanado en medio de ellas. Y sabrán las naciones que Yo soy el Señor, oráculo del Señor Dios, cuando ante sus ojos haga resplandecer mi santidad en vosotros.24Voy a tomaros de entre las naciones, voy a reuniros de entre los pueblos y os haré entrar en vuestra tierra.25»Rociaré sobre vosotros agua pura y quedaréis purificados de todas vuestras impurezas. De todos vuestros ídolos voy a purificaros.26Os daré un corazón nuevo y pondré en vuestro interior un espíritu nuevo. Arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.27Pondré mi espíritu en vuestro interior y haré que caminéis según mis preceptos, y guardaréis y cumpliréis mis normas.28Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y Yo seré vuestro Dios. -
Salmo Responsorial
Salmo 51:12-15, 18-19
12Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva en mi interior un espíritu firme.13No me arrojes de tu presencia,
ni me retires tu santo Espíritu.14Devuélveme el gozo de tu salvación
y afírmame con un espíritu noble.15Enseñaré a los malvados tus caminos,
y se convertirán a Ti los pecadores.18No te complaces en los sacrificios,
y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría.19El sacrificio grato a Dios es un espíritu contrito:
un corazón contrito y humillado, Dios mío, no lo desprecias. -
Evangelio
Mateo 22:1-14
1Jesús les habló de nuevo con parábolas y dijo:2—El Reino de los Cielos es como un rey que celebró las bodas de su hijo,3y envió a sus siervos a llamar a los invitados a las bodas; pero éstos no querían acudir.4Nuevamente envió a otros siervos diciéndoles: «Decid a los invitados: mirad que tengo preparado ya mi banquete, se ha hecho la matanza de mis terneros y mis reses cebadas, y todo está a punto; venid a las bodas».5Pero ellos, sin hacer caso, se marcharon: quien a su campo, quien a su negocio.6Los demás echaron mano a los siervos, los maltrataron y los mataron.7El rey se encolerizó, y envió a sus tropas a acabar con aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.8Luego les dijo a sus siervos: «Las bodas están preparadas pero los invitados no eran dignos.9Así que marchad a los cruces de los caminos y llamad a las bodas a cuantos encontréis».10Los siervos salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos; y se llenó de comensales la sala de bodas.11Entró el rey para ver a los comensales, y se fijó en un hombre que no vestía traje de boda;12y le dijo: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin llevar traje de boda?» Pero él enmudeció.13Entonces el rey les dijo a los servidores: «Atadlo de pies y manos y echadlo a las tinieblas de afuera; allí habrá llanto y rechinar de dientes».14Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos.

