Santa Inés, Virgen, Mártir (Memoria)

enero 21, 2016

Color: Rojo

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    1 Samuel 18:6-9; 19:1-7

    18
    6Sucedió que a su regreso, cuando volvía David de vencer al filisteo, las mujeres salían de todas las ciudades de Israel cantando y danzando ante el rey Saúl, al son de alegres panderos y tímpanos.
    7Las mujeres cantaban gozosas a coro:
    «Saúl ha matado a mil y David a diez mil».
    8Se irritó mucho Saúl y le desagradó esta copla, pues decía:
    —Le atribuyen a David diez mil y a mí sólo mil; no les falta más que hacerlo rey.
    9Desde aquel día Saúl no miraba a David con buenos ojos.
    19
    1Saúl habló a Jonatán, su hijo, y a todos sus servidores sobre la intención de matar a David. Pero Jonatán, hijo de Saúl, tenía mucho afecto a David
    2y le previno:
    —Saúl, mi padre, te busca para matarte; por tanto, mañana ten cuidado. Retírate y escóndete.
    3Yo saldré y permaneceré junto a mi padre en la zona en que tú estás. Le hablaré de ti y todo lo que vea te lo comunicaré.
    4Contó, pues, Jonatán muchas cosas buenas de David a su padre Saúl, diciéndole:
    —No haga daño el rey a su siervo David, que él nada malo ha hecho; al contrario, sus obras te han sido favorables.
    5Ha puesto su vida en peligro, ha matado al filisteo y el Señor ha concedido una gran victoria a todo Israel. Tú mismo te alegraste al verlo, ¿por qué ahora vas a hacerte reo de sangre inocente, matando a David que no tiene la culpa?
    6Saúl atendió las palabras de Jonatán y juró:
    —¡Por vida del Señor, no morirá!
    7Llamó enseguida Jonatán a David y le comunicó todas estas palabras; luego lo llevó ante Saúl y David siguió a su servicio como antes.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 56:2-3, 9-13

    2Ten piedad de mí, Dios mío,
    porque un hombre me pisotea, todo el día me hostiga y me oprime;
    3todo el día mis adversarios me aplastan,
    son muchos los que me acosan, ¡oh Altísimo!
    9Tú llevas la cuenta de mi vida errante;
    recoge mis lágrimas en tu odre: ¿no están en tu libro?
    10Entonces retrocederán mis enemigos,
    el día en que yo invoque; pues esto sé, que Dios está de mi parte.
    11De Dios alabo la palabra,
    del Señor alabo la palabra
    12en Dios confío, no temo:
    ¿qué podrá hacerme un hombre?
    13Soy deudor, Dios mío,
    de los votos que te hice, cumpliré los sacrificios de alabanza que te debo;

  • Evangelio

    Marcos 3:7-12

    7Jesús se alejó con sus discípulos hacia el mar. Y le siguió una gran muchedumbre de Galilea y de Judea.
    8También de Jerusalén, de Idumea, de más allá del Jordán y de los alrededores de Tiro y de Sidón, vino hacia él una gran multitud al oír las cosas que hacía.
    9Y les dijo a sus discípulos que le tuviesen dispuesta una pequeña barca, por causa de la muchedumbre, para que no le aplastasen;
    10porque sanaba a tantos, que todos los que tenían enfermedades se le echaban encima para tocarle.
    11Y los espíritus impuros, cuando lo veían, se arrojaban a sus pies y gritaban diciendo:
    —¡Tú eres el Hijo de Dios!
    12Y les ordenaba con mucha fuerza que no le descubriesen.

  • Primera Lectura

    1 Corintios 1:26-31

    26Considerad, si no, hermanos, vuestra vocación; porque no hay entre vosotros muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
    27sino que Dios escogió la necedad del mundo para confundir a los sabios, y Dios eligió la flaqueza del mundo para confundir a los fuertes;
    28escogió Dios a lo vil, a lo despreciable del mundo, a lo que no es nada, para destruir lo que es,
    29de manera que ningún mortal pueda gloriarse ante Dios.
    30De Él os viene que estéis en Cristo Jesús, a quien Dios lo hizo para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención,
    31para que, como está escrito: El que se gloría, que se gloríe en el Señor.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 23:1-6

    1Salmo. De David.
    El Señor es mi pastor, nada me falta.
    2En verdes prados me hace reposar;
    hacia aguas tranquilas me guía;
    3reconforta mi alma,
    me conduce por sendas rectas por honor de su Nombre.
    4Aunque camine por valles oscuros,
    no temo ningún mal, porque Tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan.
    5Preparas una mesa para mí
    frente a mis adversarios. Unges con óleo mi cabeza, mi copa rebosa.
    6Tu bondad y misericordia me acompañan
    todos los días de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor por dilatados días. 

  • Evangelio

    Mateo 13:44-46

    44»El Reino de los Cielos es como un tesoro escondido en el campo que, al encontrarlo un hombre, lo oculta y, en su alegría, va y vende todo cuanto tiene y compra aquel campo.
    45»Asimismo el Reino de los Cielos es como un comerciante que busca perlas finas
    46y, cuando encuentra una perla de gran valor, va y vende todo cuanto tiene y la compra.