Sábado Memoria de la Santísima Virgen María

octubre 31, 2015

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Romanos 11:1-2, 11-12, 25-29

    1Entonces digo yo: ¿es que Dios rechazó a su pueblo? ¡De ninguna manera! Porque también yo soy israelita, del linaje de Abrahán, de la tribu de Benjamín.
    2No ha rechazado Dios a su pueblo, al cual eligió de antemano. ¿Es que no sabéis lo que dice la Escritura en el episodio de Elías, cómo dirige a Dios sus quejas contra Israel:
    11Digo, pues: ¿es que tropezaron hasta caer definitivamente? ¡De ninguna manera! Al contrario, por su caída vino la salvación a los gentiles, para provocar su celo.
    12Pues si su caída es riqueza del mundo, y su fracaso riqueza de los gentiles, ¡cuánto más lo será su plenitud!
    25Porque no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, para que no os consideréis sabios a vuestros ojos: que la ceguera de Israel fue parcial, hasta que entrara la plenitud de los gentiles,
    26y así todo Israel se salve, como está escrito:
    De Sión vendrá el libertador, apartará de Jacob las impiedades;
    27y ésta será mi alianza con ellos,
    cuando haya borrado yo sus pecados.
    28Por lo que se refiere al Evangelio, han llegado a ser enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de sus padres.
    29Porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 94:12-13, 14-15, 17-18

    12Dichoso el hombre a quien Tú enseñas, Señor,
    al que le instruyes en tu Ley,
    13dándole descanso de los días aciagos,
    mientras para el impío se cava la fosa.
    14Pues el Señor no rechaza a su pueblo,
    ni abandona su heredad;
    15hasta que la sentencia vuelva a ser justa,
    tras ella vayan todos los rectos de corazón.
    17Si el Señor no fuese mi auxilio
    pronto en el silencio reposaría mi alma.
    18Cuando pienso: «Mi pie vacila»,
    tu misericordia, Señor, me sostiene.

  • Evangelio

    Lucas 14:1, 7-11

    1Un sábado, entró él a comer en casa de uno de los principales fariseos y ellos le estaban observando.
    7Les proponía a los invitados una parábola, al notar cómo iban eligiendo los primeros puestos:
    8—Cuando alguien te invite a una boda, no vayas a ponerte en el primer puesto, no sea que otro más distinguido que tú haya sido invitado por él
    9y, al llegar el que os invitó a ti y al otro, te diga: «Cédele el sitio a éste», y entonces empieces a buscar, lleno de vergüenza, el último lugar.
    10Al contrario, cuando te inviten, ve a ocupar el último lugar, para que cuando llegue el que te invitó te diga: «Amigo, sube más arriba». Entonces quedarás muy honrado ante todos los comensales.
    11Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.