San Gregorio Magno, Papa, Doctor de la Iglesia (Memoria)

septiembre 3, 2015

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Colosenses 1:9-14

    9Por eso también nosotros, desde el día en que nos enteramos, no cesamos de rezar y pedir por vosotros, para que alcancéis un pleno conocimiento de su voluntad con toda sabiduría y entendimiento espiritual.
    10Rezamos para que viváis de una manera digna del Señor, agradándole en todo, dando como fruto toda clase de obras buenas y creciendo en el conocimiento de Dios.
    11Así seréis fortalecidos con toda la fuerza propia de su glorioso poder para tener en todo paciencia y longanimidad, con alegría,
    12dando gracias al Padre, que os hizo dignos de participar en la herencia de los santos en la luz.
    13Él nos arrebató del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor,
    14en quien tenemos la redención, el perdón de los pecados.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 98:2-6

    2El Señor ha dado a conocer su salvación;
    ha revelado su justicia a los ojos de las naciones.
    3Se acordó de su misericordia y fidelidad
    con la casa de Israel. Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
    4Aclamad al Señor, la tierra entera;
    gritad, cantad, entonad salmos.
    5Entonad salmos al Señor con la cítara,
    con la cítara al son de la música;
    6con trompetas y el sonido del cuerno,
    aclamad ante el Rey y Señor.

  • Evangelio

    Lucas 5:1-11

    1Estaba Jesús junto al lago de Genesaret y la multitud se agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios.
    2Y vio dos barcas que estaban a la orilla del lago; los pescadores habían bajado de ellas y estaban lavando las redes.
    3Entonces, subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que la apartase un poco de tierra. Y, sentado, enseñaba a la multitud desde la barca.
    4Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón:
    —Guía mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca.
    5Simón le contestó:
    —Maestro, hemos estado bregando durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero sobre tu palabra echaré las redes.
    6Lo hicieron y recogieron gran cantidad de peces. Tantos, que las redes se rompían.
    7Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que vinieran y les ayudasen. Vinieron, y llenaron las dos barcas, de modo que casi se hundían.
    8Cuando lo vio Simón Pedro, se arrojó a los pies de Jesús, diciendo:
    —Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.
    9Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos estaban con él, por la gran cantidad de peces que habían pescado.
    10Lo mismo sucedía a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Entonces Jesús le dijo a Simón:
    —No temas; desde ahora serán hombres los que pescarás.
    11Y ellos, sacando las barcas a tierra, dejadas todas las cosas, le siguieron.

  • Primera Lectura

    2 Corintios 4:1-2, 5-7

    1Por eso, teniendo este ministerio por la misericordia que se nos hizo, no desfallecemos.
    2Antes bien, nos abstuvimos de los disimulos vergonzosos, no procediendo con astucia ni falsificando la palabra de Dios, sino recomendándonos a nosotros mismos ante toda conciencia humana por la manifestación de la verdad delante de Dios.
    5Pues no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por Jesús.
    6Porque el mismo Dios que mandó: «Del seno de las tinieblas brille la luz», hizo brillar la luz en nuestros corazones, para que irradien el conocimiento de la gloria de Dios que está en el rostro de Cristo.
    7Pero llevamos este tesoro en vasos de barro, para que se reconozca que la sobreabundancia del poder es de Dios y que no proviene de nosotros:

  • Salmo Responsorial

    Salmo 96:1-3, 7-8, 10

    1Cantad al Señor un cántico nuevo,
    cantad al Señor, la tierra entera.
    2Cantad al Señor, bendecid su Nombre,
    anunciad, día tras día, su salvación.
    3Proclamad su gloria a las naciones,
    sus maravillas a todos los pueblos.
    7Rendid al Señor, familias de los pueblos,
    rendid al Señor gloria y poder.
    8Rendid al Señor la gloria de su Nombre.
    Llevad ofrendas, entrad en sus atrios.
    10Decid a las naciones: «El Señor reina.
    Él afianza el orbe, y no vacilará. Él juzga a los pueblos con rectitud».

  • Evangelio

    Lucas 22:24-30

    24Entonces se suscitó entre ellos una disputa sobre quién sería considerado el mayor.
    25Pero él les dijo:
    —Los reyes de las naciones las dominan, y los que tienen potestad sobre ellas son llamados bienhechores.
    26Vosotros no seáis así; al contrario: que el mayor entre vosotros se haga como el menor, y el que manda como el que sirve.
    27Porque ¿quién es mayor: el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Sin embargo, yo estoy en medio de vosotros como quien sirve.
    28»Vosotros sois los que habéis permanecido junto a mí en mis tribulaciones.
    29Por eso yo os preparo un Reino como mi Padre me lo preparó a mí,
    30para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino, y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.