San Alfonso Ligorio, Obispo, Doctor de la Iglesia (Memoria)

agosto 1, 2015

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Levítico 25:1, 8-17

    1Habló el Señor a Moisés en el monte Sinaí y dijo:
    8»Contarás siete semanas de años, es decir, siete veces siete años, de modo que resulte un periodo de cuarenta y nueve años.
    9El día diez del mes séptimo, el Día de la Expiación, harás sonar la trompeta: resonará la trompeta por toda vuestra tierra.
    10Declararéis santo el año quincuagésimo, promulgando en la tierra un decreto de liberación para todos sus habitantes. Será un año jubilar: cada uno volverá a su propiedad y regresará a su familia de origen.
    11El año quincuagésimo será para vosotros jubilar: no sembraréis ni recogeréis lo que renazca en el barbecho, ni vendimiaréis la viña no podada,
    12porque será año jubilar y será santo para vosotros. Os alimentaréis de lo que el campo produzca de por sí.
    13»El año jubilar cada uno recobrará su propiedad.
    14Cuando compréis o vendáis algo a un compatriota, que nadie perjudique a su hermano.
    15Habrás de comprar teniendo presente el número de años transcurridos desde el año jubilar, y tu compatriota ha de venderte atendiendo al número de años de cosecha restantes.
    16Cuantos más años queden mayor será el precio, cuantos menos queden, menor será el precio: lo que se vende es el número de cosechas.
    17Que nadie perjudique a su compatriota. Teme a tu Dios, pues yo soy el Señor, vuestro Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 67:2-3, 5, 7-8

    2Tenga Dios piedad de nosotros y nos bendiga,
    haga brillar su rostro sobre nosotros.
    3Para que se conozca en la tierra tu camino,
    tu salvación en todas las naciones.
    5Que se alegren y te aclamen las naciones,
    porque juzgas los pueblos con rectitud y diriges las naciones de la tierra.
    7La tierra ha dado su fruto:
    Dios, nuestro Dios, nos bendice.
    8Que Dios nos bendiga
    y que le teman todos los confines de la tierra. 

  • Evangelio

    Mateo 14:1-12

    1En aquel entonces oyó el tetrarca Herodes la fama de Jesús,
    2y les dijo a sus cortesanos:
    —Éste es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él esos poderes.
    3Herodes, en efecto, había apresado a Juan, lo había encadenado y lo había metido en la cárcel a causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo,
    4porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla».
    5Y aunque quería matarlo, tenía miedo del pueblo porque lo consideraban un profeta.
    6El día del cumpleaños de Herodes salió a bailar la hija de Herodías y le gustó tanto a Herodes,
    7que juró darle cualquier cosa que pidiese.
    8Ella, instigada por su madre, dijo:
    —Dame aquí, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.
    9El rey se entristeció, pero por el juramento y por los comensales ordenó dársela.
    10Y mandó decapitar a Juan en la cárcel.
    11Trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, que la entregó a su madre.
    12Acudieron luego sus discípulos, tomaron el cuerpo muerto, lo enterraron y fueron a dar la noticia a Jesús.

  • Primera Lectura

    Romanos 8:1-4

    1Así pues, no hay ya ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús.
    2Porque la ley del Espíritu de la vida que está en Cristo Jesús te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.
    3Pues lo que era imposible para la Ley, al estar debilitada a causa de la carne, lo hizo Dios enviando a su propio Hijo en una carne semejante a la carne pecadora; y por causa del pecado, condenó al pecado en la carne,
    4para que la justicia de la Ley se cumpliese en nosotros, que no caminamos según la carne sino según el Espíritu.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 119:9-14

    9(Bet) ¿Cómo podrá un joven mantener limpio su sendero?
    Guardando tus palabras.
    10Con todo el corazón te busco;
    no permitas que me desvíe de tus mandamientos.
    11En mi corazón he guardado tus palabras
    para no pecar contra ti.
    12Bendito eres, Señor,
    enséñame tus preceptos.
    13Con mis labios proclamo
    todas las normas de tu boca.
    14En el camino de tus preceptos me deleito
    más que en todas las riquezas.

  • Evangelio

    Mateo 5:13-19

    13»Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará? No vale más que para tirarla fuera y que la pisotee la gente.
    14»Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en lo alto de un monte;
    15ni se enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero para que alumbre a todos los de la casa.
    16Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos.
    17»No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud.
    18En verdad os digo que mientras no pasen el cielo y la tierra, de la Ley no pasará ni la más pequeña letra o trazo hasta que todo se cumpla.
    19Así, el que quebrante uno solo de estos mandamientos, incluso de los más pequeños, y enseñe a los hombres a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. Por el contrario, el que los cumpla y enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.