Santa María Goretti, Virgen, Mártir (Memoria Libre)

julio 6, 2015

Color: Rojo

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Génesis 28:10-22

    10Jacob partió de Berseba y se dirigió a Jarán.
    11Al llegar a un cierto lugar, se dispuso a pasar allí la noche porque se había puesto el sol; tomó una piedra de aquel lugar y, colocándosela como cabecera, se acostó allí mismo.
    12Entonces tuvo un sueño: una escala apoyada sobre la tierra tenía la cima tocando el cielo, y los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.
    13El Señor estaba sobre ella y le dijo:
    —Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán, el Dios de Isaac; voy a darte a ti y a tu descendencia la tierra sobre la que estás acostado.
    14Tu descendencia será como el polvo de la tierra, te extenderás al este y al oeste, al norte y al sur, y en ti y en tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra.
    15Yo estaré contigo y te guardaré donde quiera que vayas, haciéndote volver a esta tierra, pues no te abandonaré hasta que haya cumplido lo que te he dicho.
    16Cuando Jacob despertó del sueño, exclamó:
    —El Señor está realmente en este lugar y yo no lo sabía.
    17Y lleno de temor añadió:
    —¡Qué terrible es este lugar! Esto no es sino la casa de Dios y la puerta del cielo.
    18Se levantó Jacob muy de mañana y, tomando la piedra que había colocado de cabecera, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella.
    19Y llamó a aquel lugar Betel (aunque al principio el nombre de la ciudad era Luz).
    20Entonces Jacob hizo un voto diciendo:
    —Si Dios está conmigo y me guarda en este viaje que hago, si me proporciona pan para comer y ropa para vestirme,
    21y vuelvo con bien a casa de mi padre, el Señor será mi Dios.
    22Esta piedra que he erigido como estela será una casa de Dios, y de todo lo que me concedas te ofreceré el diezmo.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 91:1-4, 14-15

    1El que habita al amparo del Altísimo
    morará a la sombra del Omnipotente.
    2Dice al Señor: «Refugio mío,
    fortaleza mía, Dios mío en quien confío».
    3Él te librará de la red del cazador,
    de la peste destructora.
    4Te cubrirá con sus plumas,
    bajo sus alas encontrarás refugio: su fidelidad es escudo y coraza.
    14Porque se ha unido a Mí, lo libraré,
    porque reconoce mi Nombre, lo engrandeceré.
    15Me invocará y Yo le escucharé;
    con él estaré en la tribulación, lo libraré y lo glorificaré.

  • Evangelio

    Mateo 9:18-26

    18Mientras les decía estas cosas, un hombre importante se acercó, se postró ante él y le dijo:
    —Mi hija se acaba de morir, pero ven, pon la mano sobre ella y vivirá.
    19Jesús se levantó y le siguió con sus discípulos.
    20En esto, una mujer que padecía flujo de sangre hacía doce años, acercándose por detrás, tocó el borde de su manto,
    21porque se decía a sí misma: «Con sólo tocar su manto me curaré».
    22Jesús se volvió y mirándola le dijo:
    —Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado. Y desde ese mismo momento quedó curada la mujer.
    23Cuando llegó Jesús a la casa de aquel hombre y vio a los músicos fúnebres y a la gente alterada, comenzó a decir:
    24—Retiraos; la niña no ha muerto, sino que duerme.
    Pero se reían de él.
    25Y, cuando echaron de allí a la gente, entró, la tomó de la mano y la niña se levantó.
    26Y esta noticia corrió por toda aquella comarca.

  • Primera Lectura

    1 Corintios 6:13-15, 17-20

    13«La comida para el vientre, y el vientre para la comida». Pero Dios destruirá lo uno y lo otro. Por otra parte, el cuerpo no es para la fornicación sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.
    14Y Dios, que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros por su poder.
    15¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Voy, entonces, a tomar los miembros de Cristo para hacerlos miembros de una meretriz? ¡De ninguna manera!
    17En cambio, el que se une al Señor se hace un solo espíritu con él.
    18Huid de la fornicación. Todo pecado que un hombre comete queda fuera de su cuerpo; pero el que fornica peca contra su propio cuerpo.
    19¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?
    20Habéis sido comprados mediante un precio. Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 31:3-4, 6, 8, 16-17

    3Inclina tu oído hacia mí,
    date prisa en socorrerme. Sé para mí la roca de refugio, el alcázar firme de mi salvación;
    4porque Tú eres mi peña, mi fortaleza:
    por honor de tu Nombre, dirígeme y guíame;
    6En tus manos encomiendo mi espíritu:
    Tú, Señor, Dios fiel, me has rescatado.
    8Me alegraré y me gozaré en tu misericordia,
    pues te has fijado en mi miseria, has comprendido la angustia de mi alma,
    16Mi suerte está en tu mano;
    líbrame de la garra de mis enemigos y de mis perseguidores.
    17Haz brillar tu rostro sobre tu siervo;
    por tu misericordia, sálvame.

  • Evangelio

    Juan 12:24-26

    24En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no muere al caer en tierra, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto.
    25El que ama su vida la perderá, y el que aborrece su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna.
    26Si alguien me sirve, que me siga, y donde yo estoy allí estará también mi servidor. Si alguien me sirve, el Padre le honrará.