Santa Margarita de Cortona, III Order (Memoria)

mayo 16, 2015

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Hechos 18:23-28

    23Pasó allí algún tiempo y marchó recorriendo una tras otra las regiones de Galacia y Frigia, confortando a todos los discípulos.
    24Un judío que se llamaba Apolo, de origen alejandrino, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras, llegó a Éfeso.
    25Había sido instruido en el Camino del Señor. Hablaba con fervor de espíritu y enseñaba con esmero lo referente a Jesús, aunque sólo conocía el bautismo de Juan.
    26Comenzó a hablar con libertad en la sinagoga. Al oírle Priscila y Aquila le tomaron consigo y le expusieron con más exactitud el camino de Dios.
    27Como deseaba pasar a Acaya, los hermanos le animaron y escribieron a los discípulos para que le recibieran. Cuando llegó fue de gran provecho, con la gracia divina, para los que habían creído,
    28pues refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús es el Cristo.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 47:2-3, 8-10

    2Pueblos todos, batid palmas,
    aclamad a Dios con voces de júbilo.
    3Porque el Señor es el Altísimo, temible,
    el gran Rey en toda la tierra.
    8Que Dios es el rey de toda la tierra,
    cantadle el himno más bello.
    9Dios reina sobre las naciones;
    Dios está sentado en su santo trono.
    10Los príncipes de las naciones se unen
    al pueblo del Dios de Abrahán, pues a Dios pertenecen los poderosos de la tierra. ¡Él es el más sublime! 

  • Evangelio

    Juan 16:23-28

    23Ese día no me preguntaréis nada. En verdad, en verdad os digo: si le pedís al Padre algo en mi nombre, os lo concederá.
    24Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa.
    25»Os he dicho todo esto con comparaciones. Llega la hora en que ya no hablaré con comparaciones, sino que claramente os anunciaré las cosas acerca del Padre.
    26Ese día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros,
    27ya que el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado y habéis creído que yo salí de Dios.
    28Salí del Padre y vine al mundo; de nuevo dejo el mundo y voy al Padre.

  • Primera Lectura

    Ezequiel 18:21-23, 27-28

    21»Pero si el impío se convierte de todos los pecados que cometió, guarda todos mis preceptos y obra justicia y derecho, ciertamente vivirá, no morirá.
    22No le será recordado ninguno de los delitos que cometió. Vivirá por la justicia que ha practicado.
    23¿Acaso me agrada la muerte del impío, oráculo del Señor Dios, y no que se convierta de sus caminos y viva?
    27Y si el impío se aparta de la impiedad que había obrado y hace justicia y derecho, él mismo se dará la vida.
    28Si se arrepiente y se aparta de todos los delitos que había cometido, ciertamente, vivirá, no morirá.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 103:1-4, 8, 10-12

    1De David.
    Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su Nombre santo.
    2Bendice, alma mía, al Señor,
    no olvides ninguno de sus beneficios.
    3Él es quien perdona tus culpas,
    quien sana tus enfermedades.
    4Quien rescata tu vida de la fosa,
    quien te corona de misericordia y compasión.
    8El Señor es compasivo y misericordioso,
    lento a la ira y rico en misericordia.
    10No nos trata según nuestros pecados,
    ni nos paga según nuestras culpas.
    11Pues cuanto se elevan los cielos sobre la tierra,
    así prevalece su misericordia con los que le temen.
    12Cuanto dista el oriente del occidente,
    así aleja de nosotros nuestras iniquidades.

  • Evangelio

    Lucas 15:1-10

    1Se le acercaban todos los publicanos y pecadores para oírle.
    2Pero los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
    —Éste recibe a los pecadores y come con ellos.
    3Entonces les propuso esta parábola:
    4—¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y sale en busca de la que se perdió hasta encontrarla?
    5Y, cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso,
    6y, al llegar a casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: «Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdió».
    7Os digo que, del mismo modo, habrá en el cielo mayor alegría por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de conversión.
    8»¿O qué mujer, si tiene diez dracmas y pierde una, no enciende una luz y barre la casa y busca cuidadosamente hasta encontrarla?
    9Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas y les dice: «Alegraos conmigo, porque he encontrado la dracma que se me perdió».
    10Así, os digo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.