Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Hebreos 13:1-8
1Mantened el amor fraterno.2No olvidéis la hospitalidad, gracias a la cual algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles.3Acordaos de los encarcelados, como si estuvierais en prisión con ellos, y de los que sufren, pues también vosotros vivís en un cuerpo.4Que todos honren el matrimonio y guarden inmaculado el lecho conyugal, porque Dios juzgará a fornicarios y adúlteros.5Que vuestra conducta esté libre de avaricia; contentaos con lo que tengáis, porque Él ha dicho:
No te dejaré ni abandonaré,6de modo que podamos decir confiadamente:
El Señor es mi auxilio y no temeré; ¿qué podrá hacerme el hombre?7Acordaos de vuestros pastores, que os proclamaron la palabra de Dios, e imitad su fe, considerando el buen final de su conducta.8Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y por los siglos. -
Salmo Responsorial
Salmo 27:1, 3, 5, 8-9
1De David.
El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién temeré? El Señor es el refugio de mi vida: ¿de quién tendré miedo?3Aunque acampe contra mí un ejército,
mi corazón no teme. Aunque se levante contra mí la guerra, me siento seguro.5Él me ocultará en su tienda
en los días aciagos; me esconderá en lo secreto de su morada, me subirá a lo alto de una roca.8De ti piensa mi corazón:
«Busca su rostro». Tu rostro, Señor, buscaré.9No me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo. Tú eres mi auxilio: no me rechaces, no me abandones, Dios de mi salvación. -
Evangelio
Marcos 6:14-29
14Llegó esto a oídos del rey Herodes, pues su nombre se había hecho famoso, y decía:
—Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él unos poderes.15Otros decían:
—Es Elías. Otros, en fin, decían: —Es un profeta, igual que los demás profetas.16Pero cuando lo oyó Herodes decía:
—Éste es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.17En efecto, el propio Herodes había mandado apresar a Juan y le había encadenado en la cárcel a causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo; porque se había casado con ella18y Juan le decía a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano».19Herodías le odiaba y quería matarlo, pero no podía:20porque Herodes tenía miedo de Juan, ya que se daba cuenta de que era un hombre justo y santo. Y le protegía y al oírlo le entraban muchas dudas; y le escuchaba con gusto.21Cuando llegó un día propicio, en el que Herodes por su cumpleaños dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea,22entró la hija de la propia Herodías, bailó y gustó a Herodes y a los que con él estaban a la mesa. Le dijo el rey a la muchacha:
—Pídeme lo que quieras y te lo daré.23Y le juró varias veces:
—Cualquier cosa que me pidas te daré, aunque sea la mitad de mi reino.24Y, saliendo, le dijo a su madre:
—¿Qué le pido? —La cabeza de Juan el Bautista —contestó ella.25Y al instante, entrando deprisa donde estaba el rey, le pidió:
—Quiero que enseguida me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.26El rey se entristeció, pero por el juramento y por los comensales no quiso contrariarla.27Y enseguida el rey envió a un verdugo con la orden de traer su cabeza. Éste se marchó, lo decapitó en la cárcel28y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha y la muchacha la entregó a su madre.29Cuando se enteraron sus discípulos, vinieron, tomaron su cuerpo muerto y lo pusieron en un sepulcro.
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Primera Lectura
Gálatas 2:19-20
19Porque yo por la Ley he muerto a la Ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy crucificado:20vivo, pero ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y la vida que vivo ahora en la carne la vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí. -
Salmo Responsorial
Salmo 126:1-6
1Canto de las subidas.
Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar.2Se nos llenaba de risas la boca,
la lengua, de cantares de alegría. Entonces se decía entre las naciones: «El Señor ha hecho con ellos cosas grandes».3El Señor ha hecho con nosotros cosas grandes:
estamos llenos de alegría.4Haz volver, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Négueb.5Los que siembran con lágrimas
cosechan entre cantares de alegría.6Al marchar iban llorando,
llevando las semillas. Al volver vienen cantando, trayendo sus gavillas. -
Evangelio
Mateo 28:16-20
16Los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.17Y en cuanto le vieron le adoraron; pero otros dudaron.18Y Jesús se acercó y les dijo:
—Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra.19Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;20y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
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Primera Lectura
Romanos 8:31-39
31¿Qué diremos a esto? Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?32El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él todas las cosas?33¿Quién presentará acusación contra los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica?34¿Quién condenará? ¿Cristo Jesús, el que murió, más aún, el que fue resucitado, el que además está a la derecha de Dios, el que está intercediendo por nosotros?35¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, o la persecución, o el hambre, o la desnudez, o el peligro, o la espada?36Como dice la Escritura:
Por tu causa somos llevados a la muerte todo el día, somos considerados como ovejas destinadas al matadero.37Pero en todas estas cosas vencemos con creces gracias a aquel que nos amó.38Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes, ni las futuras, ni las potestades,39ni la altura, ni la profundidad, ni cualquier otra criatura podrá separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, Señor nuestro. -
Salmo Responsorial
Salmo 31:3-4, 6-8, 16-17
3Inclina tu oído hacia mí,
date prisa en socorrerme. Sé para mí la roca de refugio, el alcázar firme de mi salvación;4porque Tú eres mi peña, mi fortaleza:
por honor de tu Nombre, dirígeme y guíame;6En tus manos encomiendo mi espíritu:
Tú, Señor, Dios fiel, me has rescatado.7Detestas a los que veneran ídolos vanos.
Yo confío en el Señor.8Me alegraré y me gozaré en tu misericordia,
pues te has fijado en mi miseria, has comprendido la angustia de mi alma,16Mi suerte está en tu mano;
líbrame de la garra de mis enemigos y de mis perseguidores.17Haz brillar tu rostro sobre tu siervo;
por tu misericordia, sálvame. -
Evangelio
Mateo 16:24-27
24Entonces les dijo Jesús a sus discípulos:
—Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga.25Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará.26»Porque, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?, o ¿qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?27Porque el Hijo del Hombre va a venir en la gloria de su Padre acompañado de sus ángeles, y entonces retribuirá a cada uno según su conducta.

