Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María (Memoria)

junio 8, 2013

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Tobías 12:1, 5-15, 20

    1Terminada la boda, Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo:
    —Ocúpate de pagar al hombre que te ha acompañado, hijo, y añádele algo más a la paga.
    5Tobías llamó al ángel y le dijo:
    —Toma como paga la mitad de todo lo que has traído conmigo al llegar, y vete con salud.
    6Entonces, Rafael les llamó a los dos aparte y les dijo:
    —Bendecid a Dios y proclamad ante todos los vivientes el bien que os ha hecho, para que alaben y canten himnos en su nombre. Manifestad con veneración a todos los hombres las acciones de Dios y no dejéis de proclamarlo.
    7Es bueno mantener oculto el secreto real, pero también lo es manifestar y proclamar las acciones de Dios con veneración. Practicad el bien, y el mal no os encontrará.
    8Buena es la oración sincera, y es preferible la limosna con justicia a la abundancia inicua. Es mucho mejor dar una limosna que atesorar oro.
    9La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de una larga vida.
    10Los que cometen pecado e iniquidad son enemigos de su propia vida.
    11Os explicaré toda la verdad sin ocultaros nada. Ya os he mostrado y os he dicho que es bueno mantener oculto el secreto real, y manifestar gloriosamente las acciones de Dios.
    12Cuando Sara y tú hacíais oración era yo el que presentaba el testimonio de vuestra plegaria ante la gloria del Señor. Lo mismo que cuando enterrabas a los muertos.
    13Cuando no dudaste en levantarte y dejar el banquete para salir y enterrar a aquel muerto, entonces fui yo el enviado a ti para probarte.
    14Al mismo tiempo, Dios me ha enviado para curarte a ti y a tu nuera Sara.
    15Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que servimos y estamos presentes ante la gloria del Señor.
    20Ahora, alabad al Señor sobre la tierra y proclamad a Dios. Yo subo hacia el que me ha enviado. Poned por escrito todo lo que os ha sucedido.
    Y se elevó.

  • Salmo Responsorial

    Tobías 13:2, 6-8

    2—Bendito sea Dios, que vive eternamente, y su reino;
    porque Él castiga y se compadece, hace descender hasta el hades en lo más profundo de la tierra, y levanta desde la gran perdición, sin que nada escape de su mano.
    6Si os volvéis a Él
    de todo corazón y con toda vuestra alma, para obrar lo recto ante Él, entonces Él se volverá a vosotros y ya no os ocultará jamás su rostro. Ahora mirad lo que ha realizado con vosotros y proclamadlo con toda vuestra voz. Yo le proclamo en el país de mi cautividad y hago conocer su poder y su grandeza a un pueblo de pecadores. Volved a Él, pecadores, y practicad la justicia en su presencia. ¿Quién sabe si os aceptará y se mostrará misericordioso con vosotros?
    7Mi alma y yo ensalzamos al Dios del cielo,
    mi alma se alegrará todos los días de su vida. Bendecid al Señor de la justicia y cantad himnos al rey de los siglos.
    8Bendecid al Señor, todos los elegidos,
    y cantad, todos, su majestad. Celebrad días de alegría, y proclamadlo.

  • Evangelio

    Lucas 2:41-51

    41Sus padres iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.
    42Y cuando tuvo doce años, subieron a la fiesta, como era costumbre.
    43Pasados aquellos días, al regresar, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo advirtiesen sus padres.
    44Suponiendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino buscándolo entre los parientes y conocidos,
    45y al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en su busca.
    46Y al cabo de tres días lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles.
    47Cuantos le oían quedaban admirados de su sabiduría y de sus respuestas.
    48Al verlo se maravillaron, y le dijo su madre:
    —Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo, angustiados, te buscábamos.
    49Y él les dijo:
    —¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre?
    50Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
    51Bajó con ellos, vino a Nazaret y les estaba sujeto. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.

  • Primera Lectura

    Isaías 61:9-11

    9Su descendencia será famosa entre las naciones,
    y sus vástagos, entre los pueblos; cuantos los vean los reconocerán, porque son la estirpe que bendijo el Señor.
    10Reboso de gozo en el Señor,
    y mi alma se alegra en mi Dios, porque me ha vestido con ropaje de salvación, me ha envuelto con manto de justicia, como novio que se ciñe la diadema, como novia que se adorna con sus joyas.
    11Lo mismo que la tierra echa sus brotes,
    y el huerto hace germinar sus semillas, así el Señor Dios hace germinar la justicia y la alabanza ante todas las naciones.

  • Salmo Responsorial

    1 Samuel 2:1, 4-8

    1Entonces Ana recitó esta oración:
    —Mi corazón exulta en el Señor, mi frente se enaltece en el Señor, mi boca se ríe de mis enemigos pues me gozo con tu salvación.
    4Se ha quebrado el arco de los héroes
    y los débiles se han ceñido de vigor.
    5Los hartos se alquilan por pan,
    y los hambrientos han cesado en sus fatigas. La estéril da a luz siete hijos, y la que tiene muchos se marchita.
    6El Señor da muerte y vida,
    hace bajar al sheol y de allí los hace retornar.
    7El Señor da la pobreza y la riqueza,
    Él humilla y enaltece.
    8Levanta del polvo al indigente,
    del estiércol levanta al pobre para sentarlo con los príncipes y hacer que herede un trono de gloria. Del Señor son los pilares de la tierra y sobre ellos se ha afirmado el orbe.

  • Evangelio

    Lucas 2:41-51

    41Sus padres iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.
    42Y cuando tuvo doce años, subieron a la fiesta, como era costumbre.
    43Pasados aquellos días, al regresar, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo advirtiesen sus padres.
    44Suponiendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino buscándolo entre los parientes y conocidos,
    45y al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en su busca.
    46Y al cabo de tres días lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles.
    47Cuantos le oían quedaban admirados de su sabiduría y de sus respuestas.
    48Al verlo se maravillaron, y le dijo su madre:
    —Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo, angustiados, te buscábamos.
    49Y él les dijo:
    —¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre?
    50Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
    51Bajó con ellos, vino a Nazaret y les estaba sujeto. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.