Feria

mayo 29, 2013

Color: Verde

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Eclesiástico 36:1, 4-5, 10-17

    1Ten piedad de nosotros, Señor Dios del universo;
    míranos, muéstranos la luz de tus misericordias.
    5Que te reconozcan, como nosotros reconocimos
    que no existe otro Dios fuera de ti, Señor.
    6Renueva tus signos y repite tus maravillas.
    7Glorifica tu mano y tu brazo diestro.
    13Reúne todas las tribus de Jacob
    y dales la heredad como al principio.
    14Ten piedad, Señor, del pueblo llamado con tu Nombre,
    de Israel, a quien declaraste primogénito.
    15Ten piedad de tu ciudad santa,
    de Jerusalén, lugar de tu descanso.
    16Llena a Sión de tu majestad,
    y de tu gloria a tu Templo.
    17Testifica cuáles desde el principio son tus criaturas,
    y cumple las profecías hechas en tu Nombre.
    18Da su recompensa a quienes esperan en Ti,
    y que tus profetas sean dignos de crédito. Escucha, Señor, la oración de tus siervos,
    19según el beneplácito sobre tu pueblo.
    Dirígenos por el camino de la justicia; que sepan cuantos habitan la tierra que Tú eres el Señor, el Dios eterno.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 79:8-9, 11, 13

    8No nos recuerdes nuestras culpas antiguas,
    que pronto nos preceda tu compasión, pues estamos en miseria extrema.
    9Socórrenos, oh Dios, Salvador nuestro,
    por la gloria de tu Nombre; sálvanos, borra nuestros pecados, por amor de tu Nombre.
    11Llegue a tu presencia el gemido del cautivo.
    Conforme a la grandeza de tu brazo, libra a los destinados a la muerte.
    13Nosotros, tu pueblo, ovejas de tu rebaño,
    te daremos gracias por siempre, y proclamaremos tu alabanza de generación en generación. 

  • Evangelio

    Marcos 10:32-45

    32Iban de camino subiendo a Jerusalén. Jesús los precedía y ellos estaban sorprendidos: los que le seguían tenían miedo. Tomó de nuevo consigo a los doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder:
    33—Mirad, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles;
    34se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán, pero después de tres días resucitará.
    35Entonces se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, diciéndole:
    —Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.
    36Él les dijo:
    —¿Qué queréis que os haga?
    37Y ellos le contestaron:
    —Concédenos sentarnos uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu gloria.
    38Y Jesús les dijo:
    —No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?
    39—Podemos —le dijeron ellos.
    Jesús les dijo: —Beberéis el cáliz que yo bebo y seréis bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado;
    40pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde concederlo, sino que es para quienes está dispuesto.
    41Al oír esto los diez comenzaron a indignarse contra Santiago y Juan.
    42Entonces Jesús les llamó y les dijo:
    —Sabéis que los que figuran como jefes de las naciones las oprimen, y los poderosos las avasallan.
    43No tiene que ser así entre vosotros; al contrario: quien quiera llegar a ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor;
    44y quien entre vosotros quiera ser el primero, que sea esclavo de todos:
    45porque el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en redención de muchos.