San Juan de la Cruz, Presbítero, Doctor de la Iglesia (Memoria)

diciembre 14, 2012

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Isaías 48:17-19

    17Esto dice el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel:
    «Yo soy el Señor, tu Dios, que te enseña para tu bien, que te guía por el camino que has de seguir.
    18¡Si hubieras hecho caso de mis mandamientos!
    Sería tu paz como un río, y tu justicia como las olas del mar;
    19tu descendencia sería como la arena,
    y los vástagos de tus entrañas, como sus granos; su nombre no perecería, ni se borraría de mi presencia».

  • Salmo Responsorial

    Salmo 1:1-4, 6

    1Dichoso el hombre
    que no sigue el consejo de impíos, ni se detiene en el camino de pecadores, ni toma asiento con farsantes,
    2sino que se complace en la Ley del Señor,
    y noche y día medita en su Ley.
    3Será como un árbol
    plantado al borde de la acequia, que da fruto a su tiempo, y no se marchitan sus hojas: cuanto hace prospera.
    4No así los impíos, no así.
    Son como polvo que dispersa el viento.
    6Porque el Señor vela sobre el camino de los justos,
    mientras el de los impíos acaba en perdición. 

  • Evangelio

    Mateo 11:16-19

    16»¿Con quién voy a comparar esta generación? Se parece a unos niños que se sientan en las plazas y les reprochan a sus compañeros:
    17«Hemos tocado para vosotros la flauta
    y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones y no habéis hecho duelo».
    18»Porque ha venido Juan, que no come ni bebe, y dicen: «Tiene un demonio».
    19Ha venido el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: «Mirad un hombre comilón y bebedor, amigo de publicanos y pecadores».
    »Pero la sabiduría queda acreditada por sus propias obras».

  • Primera Lectura

    1 Corintios 2:1-10

    1Y yo, hermanos, cuando vine a vosotros, no vine a anunciaros el misterio de Dios con elocuencia o sabiduría sublimes,
    2pues no me he preciado de saber otra cosa entre vosotros sino a Jesucristo, y a éste, crucificado.
    3Y me he presentado ante vosotros débil, y con temor y mucho temblor,
    4y mi mensaje y mi predicación no se han basado en palabras persuasivas de sabiduría, sino en la manifestación del Espíritu y del poder,
    5para que vuestra fe no se fundamente en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios.
    6Ahora bien, enseñamos sabiduría entre los perfectos, pero una sabiduría no de este mundo ni de los gobernantes de este mundo que son pasajeros;
    7sino que enseñamos la sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, que Dios predestinó, antes de los siglos, para nuestra gloria.
    8Sabiduría que ninguno de los gobernantes de este mundo ha conocido, porque, de haberla conocido, nunca habrían crucificado al Señor de la gloria;
    9sino que, según está escrito: Ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó por el corazón del hombre, las cosas que preparó Dios para los que le aman.
    10A nosotros, en cambio, Dios nos lo reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, incluso las profundidades de Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 37:3-6, 30-31

    3(Bet) Confía en el Señor y haz el bien;
    habita tu tierra y guarda la fidelidad.
    4Pon tu delicia en el Señor,
    y te concederá los deseos de tu corazón.
    5(Guímel) Encomienda al Señor tu camino,
    confía en Él, que Él actuará
    6y hará despuntar tu justicia como la aurora,
    y tu derecho como luz del mediodía.
    30(Pe) La boca del justo habla sabiduría
    y su lengua pronuncia lo recto;
    31pues en su corazón está la Ley de su Dios:
    sus pasos no vacilan.

  • Evangelio

    Lucas 14:25-33

    25Iba con él mucha gente, y se volvió hacia ellos y les dijo:
    26—Si alguno viene a mí y no odia a su padre y a su madre y a su mujer y a sus hijos y a sus hermanos y a sus hermanas, hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo.
    27Y el que no carga con su cruz y viene detrás de mí, no puede ser mi discípulo.
    28»Porque, ¿quién de vosotros, al querer edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos a ver si tiene para acabarla?
    29No sea que, después de poner los cimientos y no poder acabar, todos los que lo vean empiecen a burlarse de él,
    30y digan: «Este hombre comenzó a edificar y no pudo terminar».
    31¿O qué rey, que sale a luchar contra otro rey, no se sienta antes a deliberar si puede enfrentarse con diez mil hombres al que viene contra él con veinte mil?
    32Y si no, cuando todavía está lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz.
    33Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo.